¿Senderismo, Narcotráfico o
Narcoterrorismo?
Autor: General de Brigada Wilson Barrantes Mendoza
Las discusiones de
líderes de opinión Agencias de Inteligencia del Estado así como de la Fuerza Armada
y del Ministerio del Interior, por definir con claridad y objetividad el nombre
de la real amenaza que enfrentemos,
proveniente del problema mayor del Estado que es el narcotráfico, nos lleva a
revisar la Historia y hacer algunas precisiones. En primer lugar tenemos que
definir que el fenómeno político que enfrentamos en la década del 80 fue una Guerra Interna en el marco de la
Guerra Contrarrevolucionaria a dos organizaciones la denominadas: Organización
Terrorista sendero luminoso y la Organización Terrorista Túpac Amaru, que
buscaban la captura del poder y terminaron con sus líderes máximos en
prisión hasta el año 1999, que con la
captura de Ramírez Durand (a) Feliciano donde se pone fin a esta primera etapa y nace o surge el Militarizado Partico Comunista del
Perú Marxista Leninista, Maoísta, al frente de los hermanos Quispe Palomino
quienes reniegan del Pensamiento Gonzalo y se escinden de Sendero Luminoso.
Curiosamente
mientras el Estado enfrentaba la crisis generada por el cambio de
administración fujimorista por la Transición de Paniagua y posteriormente la de Alejandro Toledo, el país
se polarizo, de esta manera, todos contra lo que significaba Fujimori, sus
logros políticos e indudablemente su Fuerza Armada a quien se le consideraba equivocadamente
su principal instrumento de gobierno desconociendo que sus mando en esta
materia actuaron y actúan al margen de la decisiones de sus subordinados,
frente a todo ello se logró la conformación de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación, desarticulación del sistema judicial antiterrorista, repliegue
de bases contrasubversivas, reducción presupuestal a las Fuerzas Armadas, abandono
de los comités de autodefensa, flexibilización del sistema penitenciario, la
judicialización abusiva de los militares y una campaña mediática para acusar a
las Fuerzas Armadas de supuestos actos de corrupción que pudiendo ser cierto,
no es lo único corrupto del Perú de ayer y el de hoy, evidenciando que de esta
manera se escondía oscuros intereses de los verdaderos corruptos que por
desgracia no han sido tocados ni con el pétalo de una rosa y que no valoraban
el trabajo político del Estado contra el terrorismo y menos la participación de
la Fuerza Armada en este logro.
Esta situación de indiferencia
genero dos grandes problemas el primero que muchos sentenciados por terrorismo alrededor
de 4,700 se encuentren en libertad y que de aquí en un máximo de 3 a 5 años estarán casi la
totalidad libres, logro político significativo que los ha llevado a plantear un
proyecto político denominado MOVADEF
(movimiento en defensa de los derechos fundamentales) y un frente político en
el principal gremio del profesores del país: el de la Educación denominado
SUTEP CONARE y con ambos iniciar una campaña que intenta demostrar que han
abandonado la lucha armada para lograr ingresar al sistema democrática, gracias
a la debilidad de los partidos políticos que no han realizado una labor
efectiva en los sindicatos, frentes estudiantiles, comités distritales, provinciales,
regionales y nacionales que no han sido capaces de confrontarlos políticamente agravándose hoy en día porque sus
principales líderes están próximos a salir en libertad, lo que les causa pánico, los llena
de miedo y nos quieren vender el “cuco” del resurgimiento del terrorismo lo que es totalmente falso, sus miedos, su
mezquindad política y su miseria les golpea las orejas por no haber actuado maduramente y
probablemente en estas elecciones regionales así como en las presidenciales van
a ser testigos de su derrota política y desaparición del escenario nacional
reduciéndose a simples insectos políticas sin un claro futuro auspicioso en las
próximas décadas.
Ósea viene el
“Cuco” pero no como en el pasado con
torres de alta tensión derribadas, asesinatos selectivos y sistemáticos,
violencia política, todo lo contrario, lucha política que los partidos
políticos casi la totalidad abandonaron y nos quieren mediáticamente asustar,
lo cual la población no cree. Una cosa es no olvidar la historia para no repetirla,
y otra es la tarea que deben cumplir tanto los órganos de inteligencia de perfeccionar sus parámetros pentagonizados
para analizar el fenómeno de la guerra interna, así como los medios de
comunicación que tiene que repensar sus códigos informativos, de acuerdo a la
realidad concreta.
Otro fenómeno que
se benefició de esta mezquindad política es el narcotráfico que se ha
convertido en la real y autentica amenaza para el Estado y el mundo ya que de
38,700 hectáreas de cultivo de hoja de coca al año 1999, hoy en día estamos
sobre la base de 66,000 hectáreas cultivadas,
así como un incremento de cultivos de amapola y marihuana,
convirtiéndonos en este momento en el principal exportador de Clorhidrato de
Cocaína del mundo y proveedor de amapola y marihuana, con un
incremento del consumo interno y una creciente incremento de la violencia que
deviene de esta lacra como es el sicariato, inseguridad ciudadana, problemas de
corrupción y lavado de activos, lo que es
tanto más grave que la violencia terrorista de las décadas pasadas y que
de no adoptarse medidas reales y firmes, nos puede llevar a convertirnos en un
Narco Estado. Es necesario precisar que a partir del año 1999 el denominado
“Militarizado Partido Comunista, Marxista, Leninista, Maoísta”, aprovechando la
experiencia de la guerra subversiva de sus cuadros que quedaron abandonados y a
la deriva, hoy reestructurados en torno a esta nueva visión se han convertidos
en el principal protector del narcotráfico en la zona y además sobre la base de
las 200 hectáreas de cultivos propio, se
ha convertido en una firma importante del narcotráfico siendo el principal
responsable en la zona de las acciones armadas
contra el Estado. Esta simbiosis con el narcotráfico configura el delito
denominado NARCOTERRORISMO por lo que se sugiere, en vista de que la Fuerza Armada
son necesarias en esta etapa para destruir el aparato militar de esa amenaza se
las debe proveer de un marco legal para salvaguardar jurídicamente su
integridad como institución.
Frente a esta realidad
concreta solo cabe una visión homogénea combatir el narcoterrorismo en el VRAEM
y trabajar políticamente para que el Estado con Políticas Públicas integrales que
marque la diferencia frente a cualquier propuesta política radical y de otro
lado los partidos políticos asuman su responsabilidad de trabajar desde el
nivel más bajo hasta el nivel nacional dando frontalmente la batalla política en
todos los frentes sin repetir conductas de indiferencia del pasado que nos
llevaron a épocas de oscurantismo que no deben repetirse.