La OTAN vigila Libia las 24 horas
del día con aviones espía
La Alianza Atlántica lanza un aviso a Gadafi para que frene los ataques sistemáticos.- Obama advierte a los seguidores del dictador de que "responderán por sus actos".- Reino Unido y Francia plantearán al Consejo de Seguridad la creación de una zona de exclusión aérea.- La UE prepara nuevas sanciones
AGENCIAS - Bruselas / Washington - 07/03/2011
La OTAN ha desplegado un plan de vigilancia aérea las 24 horas del día en Libia con aviones de reconocimiento AWACS. De acuerdo con la explicación del embajador estadounidense ante la OTAN, Ivo Daalder, se ha tomado la decisión de reforzar el control con estos aviones para disponer de "una imagen más precisa de lo que realmente está pasando en esta parte del mundo". Los AWACS (Airborne Warning and Control System o Sistema de Alerta y Control Aerotransportado) disponen de un radar capaz de cubrir más de 300.000 kilómetros cuadrados y los datos obtenidos por su sistema de alerta temprana se envían inmediatamente a todos los países de la OTAN.
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Horas antes de este anuncio, la Alianza Atlántica incrementó la presión sobre el régimen de Muamar el Gadafi. El secretario general de la organización militar, Anders Fogh Rasmussen, ha exigido a Libia una transición hacia la democracia y ha advertido de que habrá una reacción internacional si continúa usando la violencia. "Si Gadafi y su Ejército siguen atacando sistemáticamente a la población, no puedo imaginar que la comunidad internacional se quede mirando", según Rasmussen, quien ha añadido: "Mucha gente en todo el mundo se verá tentada a decir: hagamos algo para detener esta masacre".
Posteriormente, Barack Obama se ha expresado en una línea parecida y ha asegurado que la OTAN está valorando "potenciales opciones militares" ante la crisis libia. El presidente de EE UU ha lanzado además una advertencia a los seguidores de Gadafi: "Quiero decir a los que están con él, de que depende de ellos tomar la decisión sobre cómo quieren operar de aquí en adelante y tendrán que responder por cualquier violencia que siga habiendo allí".
En paralelo a las manifestaciones de Rasmussen y Obama, la Unión Europea ha acordado extender sus sanciones contra Libia y, en especial, para bloquear los recursos de algunas entidades controladas por el régimen, han informado fuentes diplomáticas. Los Veintisiete ya tienen en marcha medidas restrictivas -prohibición de viajes y congelación de activos financieros- contra Gadafi y 25 personas de su entorno y estudian ahora la ampliación de esa lista y la inclusión en ella de personas jurídicas. Las nuevas sanciones se adoptarían, según esas mimas fuentes, a lo largo de esta semana y afectarían, en un principio, a la Autoridad de Inversión Libia, un fondo soberano con participaciones en importantes empresas internacionales.
En opinión del máximo dirigente de la OTAN, en Libia se pueden estar cometiendo "crímenes contra la humanidad". El planteamiento es similar al del fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno-Ocampo, quien ha abierto una investigación contra el coronel y sus máximos colaboradores.
Rasmussen ha puntualizado, sin embargo, que la OTAN no tiene por el momento prevista una actuación militar y ha insistido en que intervendrá siempre y cuando se le solicite y cuente con un mandato apropiado de la ONU. "Hemos pedido a nuestros militares que lleven a cabo la planificación necesaria para que estén preparados en caso de cualquier eventualidad", ha subrayado. Simultáneamente, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, ha advertido de que cualquier intervención militar extranjera en la crisis en Libia necesita contar con "respaldo internacional". Mientras, el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney ha confirmado que una de las opciones que estudia el Gobierno de EE UU es armar a los rebeldes, aunque ha matizado que es una más entre varias posibilidades que por el momento están sobre la mesa.
Pese a que formalmente se solicitó el viernes pasado al comité militar de la OTAN comenzar los preparativos necesarios para atender una petición de intervención, Rasmussen ha dejado claro que esto requerirá la recomendación de Naciones Unidas. "Asumo que cualquier operación de la OTAN se llevaría a cabo en concordancia y consonancia con un mandato de la ONU", según el máximo responsable de la Alianza, quien ha recordado que la resolución sobre Libia aprobada por el momento por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no prevé el uso de la fuerza.
Zona de exclusión aérea
Rasmussen ha advertido además que decretar una zona de exclusión aérea sobre Libia constituye una cuestión "compleja" y ha asegurado que de momento la Alianza Atlántica no ha recibido ninguna petición de intervención. Reino Unido y Francia están preparando un proyecto de resolución que presentarán esta semana ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para imponer una zona de exclusión aérea, según han informado fuentes diplomáticas. Los Estados árabes del Golfo han sumado esta tarde su apoyo a la inmediata puesta en marcha de una zona de exclusión aérea.
La posibilidad de que la comunidad internacional cree una zona de exclusión aérea para ayudar a los rebeldes ha recobrado hoy fuerza tras el anuncio del apoyo de los países árabes, en un momento en el que Gadafi ha intensificado sus contraataques en el este del país. Las fuerzas leales al régimen libio intentan hoy recuperar Ras Lanuf, el enclave petrolero que cayó en manos de los rebeldes hace tres días, y su aviación bombardea desde hace horas las inmediaciones del lugar.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, ha sido enviada este fin de semana a Trípoli en una misión de carácter técnico, según lo ha calificado hoy la Comisión. "No tendrá contactos políticos" ni con el régimen de Gadafi, ni con los representantes de la oposición. La misión de observación cuenta con unos cinco expertos que han llegado a Trípoli tras conseguir que las autoridades les dieran visados y no está claro si visitarán otras zonas antes de regresar a Bruselas. Sus encuentros se limitarán a "ONG y personas sobre el terreno en el país", ha resumido el portavoz de Ashton, Michael Mann.
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