El misterio de Veracruz
La llegada de grupos dispuestos a tomarse la justicia por su mano enturbia la lucha contra el narcotráfico
La aparición de 35 cadáveres en la zona turística de Veracruz el pasado 20 de septiembre conmocionó por enésima vez a una sociedad mexicana sacudida diariamente por la violencia. Pero las circunstancias, datos y pormenores de los hechos conocidos en los días siguientes han agravado y enturbiado un caso que podría suponer un salto cualitativo en la guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón: la irrupción de grupos paramilitares dispuestos a tomarse la justicia por su mano.
El martes 20 fueron arrojados a plena luz del día en una de las principales avenidas de Veracruz 35 cadáveres desnudos, maniatados y con señales de tortura. Sobre los cuerpos unos carteles decían “Por Z”, en alusión al cartel de los Zetas que domina el tráfico de drogas en este Estado desde finales de 2008, y unas pancartas llamaban al pueblo veracruzano a no dejarse extorsionar: “Si lo hacen es porque quieren”.
La macabra exhibición de los asesinos tuvo lugar al día siguiente de la fuga de 32 presos de tres penales locales y dos días antes, la noche del jueves 22, de que fueran encontrados otros 14 cuerpos en idénticas circunstancias en varios puntos de la capital. Todo ocurrió mientras en la ciudad existía un fuerte despliegue de seguridad con motivo de una reunión nacional de fiscales y magistrados.
Las autoridades de Veracruz se apresuraron a señalar primero que las víctimas eran los presos prófugos y después a asegurar que se trataba de delincuentes. Como dijo el gobernador del PRI, Javier Duarte, “criminales que irremediablemente tienen un final trágico”.
La rutinaria explicación de los hechos consistente en considerar culpables a las víctimas del fuego cruzado de las balaceras entre los carteles o entre estos y las fuerzas de seguridad se vino abajo muy pronto. Un grupo poco conocido, llamado Los Mata Zetas, se atribuía los asesinatos vía Internet y una investigación del periódico local Notiverinformaba de que las víctimas, de los que daba nombres y dos apellidos, eran hombres y mujeres de entre 15 y 30 años, incluidos cinco menores. El diario añadía que entre ellas se encontraba un transexual, de nombre Brigeth, una “sexoservidora” muy popular en ciertos ambientes de la ciudad hasta el punto de contar ahora con un foro póstumo en Facebook. Veintisiete de los 35 muertos no tenían antecedentes penales.
Las autoridades locales rectificaron. Reconocieron que los muertos no eran los presos fugados pero desmintieron la lista de víctimas aportada por Notiver, un diario que ha sufrido en su propia carne la violencia derivada del narcotráfico. En junio, el subdirector Miguel Ángel López Velasco y su mujer fueron acribillados mientras dormían y un mes más tarde aparecía en una calle de Veracruz el cadáver decapitado, torturado y violado de Yolanda Ordaz, la reportera de información policial del diario.
Veracruz ha sido uno de los Estados más castigados por la violencia del crimen organizado en lo que va de año
Hasta el momento, el Gobierno y la fiscalía de Veracruz no han aportado un solo dato de la investigación en curso aduciendo que el secreto facilita las indagaciones . Tampoco se ha producido ninguna detención. El Ejecutivo federal, por su parte, ha insistido en los últimos días en negar el surgimiento de un grupo paramilitar, justificando el auge de la violencia por la situación geográfica de Veracruz, “un paso codiciado para el trasiego de drogas hacia el centro y el norte del país”.
Sea como fuere, la posibilidad de que grupos paramilitares entren en acción en la guerra contra el narco ha entrado de lleno en el debate político mexicano. Emilio Álvarez Icaza, exdefensor del Pueblo de México DF y dirigente del Movimiento por la Paz que lidera el poeta Javier Sicilia, señala que la aparición de los Mata Zetas “inaugura una nueva etapa en el proceso de violencia que está viviendo México, semejante al que ya vimos en Colombia en los años ochenta”. Otro analista que prefiere guardar el anonimato considera difícil de creer que “un cartel rival de los Zetas irrumpa en territorio ajeno, identifique a los objetivos y lleve a cabo semejante acción sin ningún tipo de enfrentamiento”.
Los propios Zetas surgieron en 1996 como una organización armada integrada por desertores del Ejército ligada al cartel del Golfo y los llamados Mata Zetas se presentaron en sociedad el pasado 27 de julio enun vídeo en Youtube como parte del cartel Jalisco Nueva Generación.
Veracruz ha sido uno de los Estados más castigados por la violencia del crimen organizado en lo que va de año. Según el Ejecutómetro que publica el diario Reforma, los asesinatos pasaron de 52 en 2010 a 208 este año. La razón, según los analistas, se explica en parte por el cambio de gobernador del Estado el pasado enero. Javier Duarte, que sucedió al también priista Fidel Herrera, asumió la estrategia de guerra contra el narco de Calderón y entregó el peso de la lucha a la Infantería y Fuerzas Especiales de la Marina, cuyas filas han sufrido en estos meses los embates de los narcotraficantes.
La actuación de grupos paramilitares, de confirmarse, junto con el elevado número de desaparecidos en la guerra contra el narco, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos cifra en más de 5.000, tienen metralla suficiente para convertirse en una bomba de relojería para el Gobierno de Calderón.
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