Justicia. Oficial de promoción de Humala enfrentó a tribunal por desaparición de cuatro campesinos.

Coronel Ambía: ‘Yo no soy el teniente Rubén’

 

acusado. El coronel Marino Ambía, recientemente ascendido a general de brigada, responde al tribunal.

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Testigos identificaron a Marino Ambía en fotografías, pero él sostiene que jamás estuvo en comunidad de Matero cuando ocurrieron los hechos.

María Elena Hidalgo.

“Yo no soy el teniente ‘Rubén’. Yo no conocía la comunidad de Matero cuando ocurrieron los hechos. Yo sí estuve en Cangallo, pero en las localidades de Ocros, Tocto y Río Pampas, pero no en Matero”, se defendió el coronel EP Marino Ambía Vivanco, acusado por la detención y desaparición de cuatro campesinos en Matero, entre el 26 y 30 de julio de 1986.

Marino Ambía, compañero de promoción del presidente Ollanta Humala, ascendido al grado de general de brigada el último fin de semana, respondió con serenidad el interrogatorio del fiscal Jesús Prado León. El Ministerio Público  pide 20 años de prisión para el oficial del Ejército.

La defensa de Ambía se sustentó en que jamás usó el apelativo “Rubén”. “Yo sí tuve un seudónimo. Cuando llegué a Cangallo me registré en la Oficina de Personal y me puse el nombre de un amigo, Fernando, a quien recuerdo y aprecio porque me socorrió en un accidente. Yo era el subteniente ‘Fernando’”, afirmó: “En la base de Cangallo no conocí a nadie con el apelativo de ‘Rubén’ o ‘Robin’”.

Los testigos de la detención de Seferino Quispe Pillaca, Melchor Tineo Pérez, Albino Quino Sulca y Martín Escriba Pillaca señalan que el autor fue un subteniente que usaba el sobrenombre de “Rubén” y que pertenecía a la base contrasubversiva de Cangallo.

“No solo familiares de las víctimas sino también hay militares y policías que han reconocido a Marino Ambía como el subteniente ‘Rubén’. Es más, a los testigos se les mostró fotografías del personal militar de la base de Cangallo y reconocieron a Marino Ambía como ‘Rubén’”, explicó Karim Ninaquispe, abogada de los familiares de los desaparecidos.

“Hay documentación del Ejército que prueba que Marino Ambía pertenecía al puesto de comando de la base de Cangallo, además de instructor y el único que realizaba patrullajes en la zona”, añadió.

Durante el interrogatorio, precisamente, el fiscal Jesús Prado reclamó al coronel Marino Ambía que fuera preciso sobre las funciones que cumplió en la base de Cangallo y respecto al procedimiento que aplicaba a los detenidos sospechosos de pertenecer a Sendero Luminoso.

Ambía respondió: “Cuando se detenía a una persona, se le respetaban sus derechos humanos y la entregábamos a las autoridades. Pero durante mi permanencia en Cangallo nunca participé en algún enfrentamiento ni realicé ninguna detención”.

Preguntado por qué Francisca Janampa Pillaca, viuda de Albino Quino, lo sindicaba como el que detuvo primero a ella y luego a su esposo, el coronel Marino Ambía alegó: “Ella tiene una angustia y eso explica por qué ha dado diferentes versiones de los hechos”.

El proceso continuará el 24 de octubre y los familiares esperan una sentencia condenatoria.

Militares y policías lo reconocen

Dos efectivos del Ejército, Juan Peña Guerrero y Juan Torres Loayza, y otros dos de la Policía Nacional, Fausto Serrati Oliveira y José Cavero Peralta, quienes cumplieron misión en Cangallo en 1986, coincidieron en manifestar que en ese año conocieron a un oficial del Ejército que usaba el apelativo de “Teniente Rubén”.

Cuando se le presentaron varias fotografías a Fausto Serrati, identificó plenamente a Marino Ambía como el oficial que usaba el sobrenombre de “teniente Rubén”.

”Las fotografías (...) corresponden a Ambía Vivanco, quien era el ‘teniente Rubén’, a quien lo veía a cargo de una patrulla y debo suponer que era el jefe de dicha patrulla”, dijo el ex oficial de la Policía de Investigaciones del Perú, Fausto Serrati.