Buscar este blog

domingo, 11 de diciembre de 2011

Alfredo Crespo

“En toda guerra siempre hay muertos”

Alfredo Crespo, abogado de Abimael Guzmán  Reinoso, defiende una amnistía general que permitiría la liberación del líder de Sendero Luminoso, de Alberto Fujimori e incluso de Martin Rivas.
Alfredo Crespo, abogado de Abimael Guzmán Reinoso, defiende una amnistía general que permitiría la liberación del líder de Sendero Luminoso, de Alberto Fujimori e incluso de Martin Rivas.
Imprimir
 Alfredo Crespo, abogado de Abimael Guzmán  Reinoso, defiende una amnistía general que permitiría la liberación del líder de Sendero Luminoso, de Alberto Fujimori e incluso de Martin Rivas. “No podemos seguir con odio y con rencores”, argumenta. Aquí señala  que por el momento el camino de SL y del Movadef es  la lucha política y respalda el pedido de tregua planteado por  el ‘camarada Artemio’.
 Por Flor Huilca
Foto Rocío Orrellana
 El abogado Alfredo Crespo es una de las pocas personas que cada viernes visitan en la Base Naval a Abimael Guzmán Reynoso, su patrocinado. El viernes 2 de diciembre le llevó una torta por su cumpleaños que compartió con sus vecinos de presidio, incluido el disidente Alberto Ramírez Durand “Feliciano”.  Crespo estuvo preso doce años, acusado de pertenecer a un organismo de fachada de Sendero Luminoso y ahora es subsecretario general del Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), una organización política que busca la excarcelación de los senderistas y de todos los actores de la guerra interna que bañó de sangre al país durante 20 años.
¿Respalda usted el llamado de ‘Artemio’ para una tregua y deponer las armas?
–Sí, nos parece una propuesta positiva para el país; no es la primera vez que la hace y es el momento en que su propuesta sea analizada por el gobierno y se tome la decisión más favorable para el Perú.
–¿Y las columnas que actúan en el Vrae?, ¿también las reconocen como parte del PCP?
Abimael Guzmán, quien es el jefe del PCP, ha dicho que ellos no son del PCP, son anti marxistas, leninistas, maoístas, pensamiento Gonzalo. Son antipartido, antipueblo. Son mercenarios movidos por intereses personales.
–Si el Movadef cree que la amnistía es el camino a la reconciliación, ¿por qué Abimael no empieza pidiendo perdón al país por las acciones sangrientas de su guerra popular?
–Él ha dicho que el PCP debe hacer una autocrítica ante el pueblo por los excesos, errores y limitaciones que ha tenido su organización en esa guerra que buscaba el beneficio del pueblo y que le ha causado también sufrimiento. Desde un primer momento él asumió su responsabilidad.
¿Pero debería o no pedir perdón?
–Lo ha planteado en términos de autocrítica, que es lo que corresponde a una responsabilidad política. El Estado también debe hacerlo; Alberto Fujimori y Alan García no asumen nada.
–Fujimori está en la cárcel, no lo olvide.
–Bueno, pero Fujimori no es el único gobernante. El señor Fernando Belaunde se murió en paz. Pero nuestra posición no es que todos vayan a juicio y a la cárcel. Eso no resuelve las cosas. Estamos por una amnistía general para civiles, militares y policías que resuelva el problema de la guerra interna y se vaya a una reconciliación.
No puede haber reconciliación sin justicia. ¿Por qué le cuesta entender eso?
–La amnistía es una forma de justicia en beneficio de la sociedad. Si pensamos en términos de justicia individual, estaríamos poniendo en primer lugar el dolor –muy respetable– de los que perdieron a sus seres queridos frente al interés del país. Muchos dicen que la Corte Interamericana se opone a las amnistías; a lo que se opone es a la autoamnistía, eso lo ha dicho en el caso Barrios Altos.
La Corte es contraria a acciones que favorezcan la impunidad. ¿Por qué Guzmán tendría que ser la excepción?
–La amnistía no personaliza. La amnistía no es impunidad. La regla general dice que todo el que cometió delito debe ser sancionado, pero la amnistía es una excepción a la regla, implica que los juicios y las sentencias se cortan. Constituye el olvido.
–El accionar de SL causó 69 mil muertos, la mayoría de los cuales eran campesinos pobres que nunca quisieron estar en esa guerra. ¿Quiere que eso quede en el olvido?
–En toda guerra siempre hay muertos, y si lo comparamos con la guerra revolucionaria de otros países, aquí el costo en vida ha sido mucho menor. Esa cifra de 69 mil muertos que dio la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) ha sido inflada.
–Se parecen al fujimorismo cuando dijo “nosotros matamos menos”.
–No, no. No se puede valorar la vida humana por el número de muertos. La guerra en El Salvador dejó 100 mil muertos; la guerra de secesión en EEUU 500 mil. En una guerra siempre hay una cantidad considerable de muertos. En el Perú, hasta antes de la CVR, eran 25 mil; después se infló a 69 mil
–No debió morir ni uno, ¿no cree?
 –Mi posición es que esa guerra nunca debió ocurrir, pero ocurrió por causas sociales, económicas y políticas. Quien habla también ha perdido seres queridos. Esa guerra ha sido de dos partes.
–Pero las víctimas fueron civiles que no querían saber nada con esa guerra. Por el contrario, se organizaron para enfrentarlos.
–¿Cómo sabe que no querían saber, si la reacción de las FFAA contra las poblaciones fue porque apoyaban al PCP? No ha sido una población al margen. Las rondas campesinas fueron fuerzas civiles organizadas por las FFAA. ¿Cómo que estaban al margen de la guerra? Habían tomado posición por las FFAA en la guerra.
–Tenían que defenderse pues, doctor.
–Es que en la guerra se van definiendo las fuerzas, las poblaciones, y se produce también muerte de civiles. En las guerras contemporáneas quienes más mueren son los civiles. Por un soldado que muere hay nueve civiles que también mueren. Esa es una realidad objetiva.
Usted dice que SL no tuvo acciones terroristas. ¿Cómo llama al coche bomba en Tarata, a la matanza de Lucanamarca, al asesinato de autoridades civiles?
Todo esto se ha dado en un contexto de guerra civil. Ha sido una lucha por el poder político. Tarata fue un error. Lucanamarca hay que verlo relacionado con otras muertes. Allí hubo campesinos organizados por las FFAA que aniquilaron a guerrilleros del PCP. Fue una reacción. Hubo un exceso. Mucho se cogen de Lucanamarca y se trafica con esas muertes. Ahora no es momento de escarbar el pasado y remover el fango, sino ver qué le conviene al país políticamente.
–Ahora entiendo por qué se queja tanto de que el país tenga memoria.
–Estoy de acuerdo con que haya un debate sobre la guerra y que el Lugar de la Memoria albergue las diferentes posiciones sobre la guerra, pero hasta cuándo vamos a estar con odio, con rencores.
–Una amnistía permitirá que salgan también Fujimori y los militares que violaron los DDHH. ¿Pensó alguna vez que estaría junto a quienes consideraba genocidas del pueblo?
–A mí no me importa que salga tal o cual persona, si eso beneficia al país.
–¿No le importa que salgan asesinos como Martin Rivas?
–No personalizo la amnistía.
–Dada la cercanía que hay entre el Movadef y SL, ¿reconocen la lucha armada como parte de sus métodos de lucha?
–Eso correspondió a un momento de la sociedad peruana. Hoy es momento de lucha política en todo caso.
–¿Pero son métodos que han quedado desterrados o no?
–Consideramos que no deben morir policías ni militares. Aquellos que cierran las puertas a la propuesta de ‘Artemio’ ¿no sienten por los militares que mueren? ¿No les importa que sigan muriendo?
–Eso tendría que preguntarles a Artemio y a la facción de SL que actúa en el Vrae.
–Los FFAA son hijos del pueblo, están en una guerra, eso debe resolverse.
–Usted menciona que hoy es un momento de lucha política, y ¿mañana? ¿Pueden retomar acciones armadas?
–Lo que se dio en el 80 tuvo un proceso de gestación de 30 años en el país; la lucha armada no se fue porque se le ocurrió a alguien. Ahorita veo que es momento de  un largo periodo de lucha política.
–Queda claro entonces que han hecho solo un paréntesis para la lucha política pero que no renuncian a la violencia.
–El PCP no ha hecho un paréntesis, sino que las condiciones históricas que lo han llevado a esta situación han terminado.
–¿Cómo se define el Movadef?
–Nos guiamos por el marxismo, leninismo, maoísmo, pensamiento Gonzalo.
–¿Y qué diferencia hoy este pensamiento Gonzalo de aquel que alentó la guerra?
–El pensamiento Gonzalo es la aplicación del marxismo, leninismo, maoísmo, a las condiciones concretas de la sociedad peruana; en la época de la guerra se expresó de esa forma. Hoy el pensamiento Gonzalo es paz, democracia, desarrollo y está por una amnistía general.
La inscripción del Movadef
El Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del JNE rechazóla inscripción del Movadef porque sus principios son contrarios a los DDHH. ¿No tiene razón acaso?
–Es por cuestiones ideológicas del pensamiento Gonzalo, pero la Constitución dice que nadie puede ser perseguido por ideas o creencias. Esperamos que el JNE revoque esa decisión; allí hay magistrados de alta calidad jurídica.
Su patrocinado estuvo de cumpleaños, ¿lo visitó?
Debo manifestar mi rechazo porque le ponen mayores restricciones y endurecen su régimen carcelario. Le han prohibido llamar a sus familiares, le restringen el ingreso de material para su defensa, medios de información. Está estable, con dolencias propias de su edad.
Su sentencia a cadena perpetua establece una revisión. ¿Van a pedirla?
La revisión es a los 35 años de iniciada la sentencia. Ya tiene 20 años preso y le faltan 15. Ahora tiene 77 años, sería a los 92. ¿Cien años va a vivir? No es Matusalén. Es prácticamente la muerte en vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario