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viernes, 4 de marzo de 2011

Ola de cambio en el mundo árabe - Revuelta popular en Libia

Los rebeldes intentan avanzar hacia Trípoli en un duro choque con las tropas de Gadafi

Los sublevados avanzan hacia la ciudad petrolífera de Ras Lanuf y atacan una base de la fuerzas del dictador.- "Numerosos muertos y heridos", según fuentes médicas.- Los fieles a Gadafi atacan Zauiya (oeste) para arrancarla del control de los rebeldes y provocan decenas de víctimas mortales

JUAN MIGUEL MUÑOZ | Ajdabiya (Enviado especial) 04/03/2011

La artillería rebelde dispara contra las posiciones de Gadafi en Ras Lanuf, donde se encuentra el mayor puerto de buques petroleros en el Mediterráneo.- GORAN TOMASEVIC (REUTERS)
Fuerzas insurgentes han emprendido hoy una marcha a la conquista de la ciudad de Ras Lanuf, donde están librando una dura batalla con los hombres de Gadafi, que se replegaron allí el miércoles tras su fracasado asalto a Brega. Fuentes médicas han asegurado a France Presse que los choques han provocado "numerosos muertos y heridos". Lo que está en juego en realidad es el control de la zona entre Bengasi, la capital de los sublevados, y Sirte, el verdadero objetivo de los rebeldes al ser la cuna del dictador y el gran baluarte de su poder junto a Trípoli. Al oeste, las fuerzas de seguridad fieles a Gadafi han atacado duramente a los opositores en Zauiya, la primera ciudad occidental donde triunfaron las protestas, dejando decenas de víctimas mortales. En Benghazi, al este del país, las fuerzas leales a Gadafi han bombardeado un depósito de armas controlado por los opositores causando numerosos muertos.

Interrogatorio
 Rebeldes interrogan, arma en mano, a un sospechoso de ser partidario de Gadafi, entre las localidades de Brega, núcleo de los combates, y Ras Lanuf.- GORAN TOMASEVIC (REUTERS)
anuf es una población costera junto a una importante refinería de la compañía de petróleo. Testigos de Reuters han confirmado un violento enfrentamiento en una base militar a unos 10 kilómetros de la localidad. Los rebeldes han atacado la base con morteros y cohetes. Las fuerzas leales a Gadafi han respondido y el intercambio de disparos de artillería se ha prolongado al menos una hora, en la que los rebeldes han resistido también ataques desde el aire con helicópteros. "Hemos lanzado cohetes y misiles contra una base militar que protege el acceso a la terminal petrolera de Ras Lanuf , a las afueras de la ciudad", ha explicado otro rebelde. "Vamos a por todas", ha proclamado Magdi Mohammed, que forma parte de esta avanzadilla.
También en la primera línea de frente, las fuerzas anti-Gadafi han reivindicado enseguida el control del aeropuerto. Tras horas de combate también el de la ciudad: "Hemos tomado Ras Lanuf al 100%, todas las fuerzas de Gadafi se han ido", ha dicho el soldado Hafez Ihrahim desde el centro de la localidad en declaraciones telefónicas a Reuters. El Gobierno libio se ha apresurado a desmentir estas informaciones asegurando que son las fuerzas fieles al dictador las que controlan la importante ciudad portuaria.
Pese al ímpetu rebelde, la batalla sigue siendo desigual. Los sublevados se miden a un cuerpo de paramilitares bien adiestrado y pertrechado. Al menos dos docenas de rebeldes armados con fusiles Kalashnikov y con lanzacohetes ponían rumbo a Ras Lanuf esta mañana. Formaban una de las columnas que avanzaban hacia ese importante puerto petrolífero. Las unidades rebeldes se han adentrado en el desierto y han obviado el camino más directo por carretera para alcanzar Ras Lanuf, por miedo a toparse con las fuerzas de Gadafi. "El perro de Gadafi tiene aviones y vehículos armados. Es más difícil que nos vean en el desierto", ha explicado un ex oficial del Ejército libio que ahora integra la Coalición del 17 de febrero.
En paralelo a la ofensiva rebelde, el jefe del Consejo Nacional, una suerte de Gobierno de transición, ha dado aliento a los que luchan en el frente con un encendido discurso desde Al Baida. "No nos rendiremos. Victoria o muerte. No pararemos hasta liberar a todo el país...el tiempo de la hipocresía ha terminado", ha proclamado Mustafa Abdel Jalil . La multitud ha gritado: "Libia es libre y Gadafi debe marcharse".
Decenas de muertos al oeste
Pero la realidad es que Gadafi no está dispuesto a irse y sigue empleando su fuerza. Especialmente en la zona en la que es más fuerte, al oeste del país. Es el caso de Zauiya, la primera población de la parte occidental donde triunfaron las protestas, unos 50 kilómetros al oeste de Trípoli. "Creemos que posiblemente Zauiya estará bajo control total del Gobierno esta noche", ha asegurado Musa Ibrahim, portavoz gubernamental, en la televisión estatal.
Vecinos de la ciudad contactados telefónicamente por la agencia Reuters han explicado que agentes de fuerzas de seguridad fieles al dictador han entrado a la ciudad para expulsar a los opositores que se concentran en el centro de la población. "Todavía tenemos el control de la plaza central y ellos están a unos 4 o 5 kilómetros de distancia", ha indicado un portavoz de los rebeldes. "[Las fuerzas de Gadafi] han disparado contra civiles", ha añadido a la vez que confirmaba que entre los muertos se encuentra el "comandante militar" de los insurgentes en la zona. La cifra de muertos - que Reuters cifra en al menos 30 personas y la televisión Al Yazira ha elevado a medio centenar- no ha podido ser verificada de manera independiente por las restricciones impuestas a los periodistas para moverse por Libia.
Tercer día de castigo aéreo
Otra muestra de que el dictador no está dispuesto a rendirse, esta vez al este, son los bombardeos aéreos que las ciudades de Brega y Ajdabiya, en el vértice del golfo de Sirte, siguen recibiendo. La aviación de Gadafi intenta por todos los medios, sin éxito hasta la fecha al menos en el este, impedir el avance de los rebeldes libios. Este viernes, por tercer día consecutivo, los cazas libios han reanudado a primera hora los bombardeos de posiciones enemigas. El objetivo esta vez ha sido una base militar de Ajdabiya, 80 kilómetros al oeste de Brega, que guarda un importante arsenal de armas. Por la tarde los bombardeos se han extendido también a Bengasi, la segunda ciudad libia. Convertida en capital de los rebeldes, una fuerte explosión se ha escuchado allí a última hora de la tarde. Procedía de un acuartelamiento militar situado a unos 30 kilómetros de la ciudad, según las primeras informaciones, que no han podido precisar si se trata de un golpe de la aviación de Gadafi ni si hay víctimas.
Según el relato ofrecido por los rebeldes a Reuters, las bombas cayeron cerca pero no llegaron a dañar la instalación. "Escuchamos el avión sobrevolando, después llegó la explosión y la tierra tembló", ha explicado Hassan Faraj, que trabaja en la base atacada. Otro voluntario, Aziz Saleh, ha añadido que el avión lanzó dos cohetes que cayeron muy cerca del acceso a la base.
Las bombas también han vuelto a caer esta mañana en Brega. Según el canal Al Arabiya, los aviones del dictador han dirigido sus misiles contra las instalaciones petroleras de la ciudad, a unos 200 kilómetros al oeste de Bengasi, y cuyo control es clave para el suministro eléctrico del este del país, además de ser la principal ruta de acceso a Bengasi, la capital de los sublevados. El ataque no ha dejado víctimas, según fuentes sanitarias de esa ciudad.
La aviación se empleó ayer con dureza contra el aeropuerto de Brega y posiciones de los sublevados en Adjabiya . Brega repelió el miércoles el ataque que lanzaron los esbirros africanos y asiáticos de Gadafi, y unos kilómetros más al oeste, Al Ugayla es también tierra rebelde, según afirmaban vecinos de esta ciudad.
El ataque de las fuerzas leales al régimen de Gadafi contra un arsenal de armas en Benghazi, al este del país, han acabado con la vida de 17 personas según ha informado la cadena de televisión catarí Al Yazira. Otras fuentes hablan que las víctimas podrían llegar hasta las 35. El portavoz de la Coalición 17 de Febrero, Mustafá Gheriani, había informado previamente a Reuters que las fuerzas gubernamentales habían bombardeado el arsenal de armas, situado a las afueras de esta localidad conrtolada por los opositores.
Petición de ayuda
Gadafi, sin control ya sobre la mayoría de las 13 bases aéreas de Libia, ha provocado los mayores daños y destrozos desde el aire. Este es la razón por la que el Consejo Nacional, una suerte de Gobierno de transición, pidió anteayer a la comunidad internacional que establezca una zona de exclusión aérea sobre el país. La aviación libia llegó a tener casi 200 aviones de combate, principalmente de fabricación rusa. "Ahora solo dispone de entre 20 y 25 cazabombarderos", aseguró a este diario el coronel de la aviación Jamal Mansur Zuayeh, convertido en un rebelde más.
Parece imposible frenar el ímpetu de miles de jóvenes, y hombres de edades más avanzadas, que arden en deseos de engrosar las filas de los rebeldes para luchar en una primera línea que se mueve muy despacio, entre otros motivos por la pésima preparación, si es que han tenido alguna, de los novatos combatientes. Algunos han sufrido en los últimos días heridas, a veces muy graves, mientras manejaban armamento. Los mandos que organizan el nuevo Ejército tratan de hacer acopio de las armas que poseen infinidad de ciudadanos en sus casas después del asalto a varios arsenales y rechazan entregarlas a quienes las requieren para sumarse a la lucha. Pese a ello no resulta excesivamente difícil conseguirlas, aunque frecuentemente se trata de viejos fusiles. Ayer se distribuían en Bengasi panfletos de un grupo llamado Unión de Jóvenes de Libia que han convocado para hoy una marcha de vehículos 
·         El espejo libio

La carrera política del hijo de 

Gadafi, arruinada por una jaima

Mutasim, el gran aspirante a suceder a su padre, cae en desgracia porque no consigue el permiso para colocar la jaima de su progrenitor durante una visita a Nueva York

FRANCISCO PEREGIL - Madrid - 04/03/2011
Muamar el Gadafi
Muamar el Gadafi 

Mutasim llegó a ser el hijo predilecto de Muamar el Gadafi, el hombre destinado a sucederle en Libia hasta que topó con la burocracia de Estados Unidos. Era "violento y sediento de sangre", según escribieron los diplomáticos estadounidenses en los cables filtrados por Wikileaks. Pero su padre lo nombró en 2008 Consejero Nacional de Seguridad y comenzó a promoverlo en el exterior. Mutasim se había formado militarmente en Rusia. A diferencia de su hermano Saif el Islam, él no se prodigaba en comparecencias públicas; los seis millones y medio de habitantes del país apenas lo conocían. Pero eso no le impedía luchar por su cuota de poder en Trípoli. No dudaba a la hora de encarcelar y amenazar de muerte a los amigos de su hermano Saif el Islam, su más directo rival en la sucesión.
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Su carrera iba en ascenso hasta que en septiembre de 2009 topó con la legislación neoyorquina. Ocurrió durante el viaje que Gadafi emprendió para asistir a la Asamblea de Naciones Unidas. A pesar de su empeño, Mutasim no consiguió autorización para que el padre instalara su jaima en las propiedades de la embajada libia en Nueva Jersey, ni en Central Park, ni tampoco en la casa del multimillonario Donald Trump en Nueva York. El 22 de septiembre un grupo de funcionarios libios ya estaban levantando la tienda en los jardines de Trump, cuando los funcionarios neoyorquinos les obligaron a parar.
La razón de su caída en desgracia puede parecer demasiado arbitraria, incluso proviniendo de un personaje tan excéntrico como Muamar el Gadafi. Pero los diplomáticos de Estados Unidos en Libia tenían muy buenas fuentes cuando escribieron que el padre se había sentido "decepcionado" a raíz de aquella gestión. En una entrevista celebrada en noviembre de 2009 entre el embajador Gene A. Cretz y Mutasim este le plantea seis quejas respecto a las relaciones con Estados Unidos. Pero el embajador se detiene en la quinta y concluye que esa era la que más le dolía a Mutasim: "La quinta estaba relacionada con su fracaso a la hora de instalar la tienda de su padre durante la visita de septiembre a Nueva York, incluidas sus restricciones de movimientos. Dijo que los libios no podían creer la reacción que había tenido Estados Unidos hacia la tienda, porque no suponía ninguna amenaza de seguridad".
El embajador concluyó en su informe: "Su objetivo durante el encuentro parecía estar centrado en su lista de quejas -particularmente el tema de la tienda, quizás debido a que es una cuestión donde él personalmente tuvo que acarrear con la culpa por parte de su padre".
Los 52 países de América... ¿o eso es de África?"
Cuatro semanas después, el embajador se entrevistó con Saif el Islam Gadafi, el hijo a quien Gadafi designaría sucesor en detrimento de Mutasim. Saif le hizo saber que la cuestión de la tienda y la prohibición de visitar la Zona Cero en Nueva York "humillaron" a Gadafi. "Hasta los turistas pueden visitar la Zona Cero, ¿pero no puede hacerlo un jefe de Estado?", recriminó Saif al Islam al embajador. Ese mismo noviembre de 2009 el diplomático redactó otro cable en el que la cuestión de la tienda había afectado a la carrera política de Mutasim, aunque este seguía esforzándose por conseguir un encuentro entre su padre y Barack Obama y eso podía ser indicativo de que "seguía compitiendo en el juego de la sucesión".
En agosto de 2009 una delegación de senadores encabezada por el republicano John McCain visitó a Gadafi en Trípoli. Mutasim recibió a los senadores en una tienda y empezó a hablar con ellos en inglés sobre compra y venta de armas, sobre todo helicópteros. Gadafi llegó a las once de la noche, "como si se levantara de una profunda siesta", el pelo "alborotado", los ojos "hinchados", "mangas cortas, pantalones arrugados y zapatillas". Gadafi hablaba poco y se servía de un intérprete. Pero el hijo, cuando hablaba, dejaba ver su falta de conocimientos en las relaciones estratégicas internacionales. Los diplomáticos reseñaron que en un momento dado hizo referencia "a los 52 países de América... ¿o eso es de África?".
El padre permaneció casi todo el tiempo callado, como si examinara al hijo. Pero el examen definitivo vendría un mes después, durante el viaje a Nueva York.

La visita del rey Juan Carlos a Libia sirvió para ahuyentar los amenazas de nacionalizar el petróleo

La visita que efectuó el rey Juan Carlos a Libia entre el 23 y el 24 de enero de 2009 sirvió para ahuyentar los amenazas sobre una posible nacionalización de la industria petrolera en Libia, según desvelan los cables del departamento de Estado filtrados por Wikileaks. En una "acción inusual", Gadafi invitó a 16 empresarios españoles para unirse al rey en uno de sus encuentros. Gadafi intentó quitarle importancia al anuncio que había hecho días antes sobre la posible nacionalización del sector y les dijo que las empresas españolas "no tenían nada que temer".
Los diplomáticos estadounidenses concluyeron: "Dado que en Libia los negocios son política y que Gadafi controla los dos, España se beneficiará, probablemente, de la cálida interacción entre el rey y Gadafi", concluyó el informe.
Un año antes, tras la primera visita de Gadafi a España, desde la embajada estadounidense en Madrid se redactó otro cable en el que se hablaba sobre las "importantes oportunidades" que se abrían para las intereses comerciales de España. El despacho señalaba: "Aparte de las críticas hechas por Izquierda Unida (IU) y, al inicio de la visita, el editorial negativo del influyente periódico El País, la mayoría de la prensa se mostró muy positiva al final de la visita. Sin embargo, el editorial de El País argumentaba: "La visita de Gadafi va contra los principios declarados por el Gobierno de lo que debe ser su política exterior. No importa cuán suculento pueda ser los acuerdos económicos que se alcancen; el efecto de esta contradicción para la democracia en África es devastador".

Wisconsin, epicentro de un terremoto político en EE UU

La pugna sindical local abre un debate nacional sobre

el gasto público

A. CAÑO | Washington 02/03/2011

A la sombra de la sublevación popular en el mundo árabe ha ido creciendo en las últimas semanas en el corazón de la América industrial, en Wisconsin, un movimiento de protesta que tiene un origen sindical y local, pero que, en realidad, es un reflejo del mayor y más complejo debate que tiene lugar en estos momentos en Estados Unidos: la reducción del déficit público y el papel del Estado. Del resultado de ese debate depende no solo el futuro político de Wisconsin, sino el rumbo de este país en la próxima década.

El gobernador republicano quiere eliminar los convenios colectivos
El conflicto comenzó por la audacia de un gobernador republicano, Scott Walker, quien, espoleado por el avance de las ideas conservadoras en las elecciones de noviembre y forzado por la lastimosa situación financiera del Estado de Wisconsin, decidió atacar el problema presupuestario desde dos frentes, el económico y el ideológico. Propuso una ley que impide que los sindicatos negocien convenios colectivos para los trabajadores públicos excepto para acordar mejoras salariales, e incluso en ese caso solo podrán hacerlo sin sobrepasar el índice de inflación del Estado. De esta manera, Walker pretendía al mismo tiempo reducir la nómina de los funcionarios y el poder de los sindicatos, que equivale a reducir el poder del Partido Demócrata, para el que habitualmente recaudan fondos y piden el voto.
La iniciativa de Walker inmediatamente fue elogiada por los comentaristas conservadores y por otros gobernadores republicanos, que prometieron copiarla en sus Estados. El propio Walker se convirtió en un héroe de la derecha, que lo pone como ejemplo y lo anima a buscar la Casa Blanca. La razón de esos elogios es que, con su ley, Walker se había atrevido a señalar al corazón del problema del déficit y la deuda nacional: los privilegios de los funcionarios y los abusos sindicales. Estirando un poco el argumento, Wisconsin era la evidencia de que para atajar el déficit hay que reformar el Estado, liberalizar el aparato estatal.
Esta propuesta no quedó, por supuesto, sin respuesta de quienes se sentían el blanco del ataque conservador: los trabajadores públicos de Wisconsin, los sindicatos y el Estado federal, representado por el propio Barack Obama. "Yo no creo que se haga ningún bien a nadie cuando los trabajadores públicos son denigrados, vilipendiados o privados de sus derechos", dijo el lunes el presidente al dirigirse a una reunión de gobernadores, a la que, por cierto, no acudió Walker.
Los trabajadores ocuparon el Congreso de Wisconsin -sin violencia porque es de libre acceso a todos los ciudadanos-, los demócratas de ese Estado se negaron a participar en el debate de la ley y huyeron a Estados vecinos para no ser obligados por la policía a acudir a sus escaños, como el gobernador, en uso de sus potestades, ha ordenado hacer. El pasado fin de semana los sindicatos realizaron manifestaciones de solidaridad en varias ciudades y el país se encuentra sumergido en una estimulante polémica sobre cuál de los dos bandos tiene razón.
Una encuesta de Pew publicada el lunes daba el 42% de apoyo a los trabajadores y el 31% al gobernador. En otro sondeo de The New York Times, la diferencia era de 60% a 30% en el mismo sentido. ¿Se pueden trasladar estas cifras a las preferencias políticas y electorales de los ciudadanos? Esa es la pregunta del millón.
En el conflicto de Wisconsin los dos partidos están probando sus argumentos y ensayando sus armas ante la gran contienda de 2012. Wisconsin es algo así como lo que la Guerra Civil española fue para la Segunda Guerra Mundial. El déficit público y el papel del Estado van a seguir, sin duda, siendo temas centrales del debate nacional cuando las aguas vuelvan a su cauce en Wisconsin. Pero en esa batalla los republicanos están comprobando, por ahora, que no es tan fácil cumplir el programa revolucionario que prometieron, mientras que los demócratas han recuperado cierta confianza en sus fuerzas.

Wisconsin ordena a la policía detener a los demócratas huidos

Desde su huida, hace ya dos semanas, los recortes sindicales se encuentran paralizados en el Congreso

DAVID ALANDETE | Washington 04/03/2011
 
    Estados Unidos

    Estados Unidos

    A FONDO

    Capital:
    Washington.
    Gobierno:
    República Federal.
    Población:
    303,824,640 (est. 2008)
Los republicanos en el Senado de Wisconsin han aprobado una resolución por la cual ordenan a la policía que obligue a regresar a aquel Estado a los congresistas demócratas que lo abandonaron hace dos semanas para impedir que se produzca un voto para despojar a los sindicatos del derecho a negociar convenios colectivos para funcionarios, excepto en el caso único de mejoras salariales. La ley, apoyada por el gobernador, el también republicano Scott Walker, pretende debilitar el poder de los sindicatos y reducir el número de trabajadores públicos en el Estado .
Los funcioarios y sindicalistas ocuparon pacíficamente el Capitolio de Wisconsin mientras los congresistas demócratas huían a Estados vecinos, como Illinois, para evitar que se produjera un voto que iban a ganar cómodamente los republicanos. Desde su huida, hace ya dos semanas, la ley se encuentra paralizada en el Congreso estatal. El gobernador Walker ya ordenó a los demócratas que volvieran. Ahora, los legisladores republicanos han ordenado a la policía que se encargue de que eso suceda.
La resolución no contempla el arresto formal de los demócratas. Simplemente ordena explícitamente a los agentes de la policía estatal que "acompañen" a los congresistas huidos a sus escaños, ya que los considera culpables de desacato. Ya el miércoles el congreso de Wisconsin aprobó la imposición de una multa de 100 dólares [74 euros] diarios a los demócratas desaparecidos. A ellos se unió ayer jueves el propio gobernador que dio un ultimátum a los congresistas huidos: o regresan a Wisconsin el fin de semana o despedirá a 1.500 funcionarios.

TRIBUNA: RAFAEL DÍAZ-SALAZAR

El futuro político del mundo árabe y la laicidad

RAFAEL DÍAZ-SALAZAR 04/03/2011
 
Son las revueltas en el mundo árabe una nueva expresión de lo que Gramsci llamaba subversivismo, es decir, manifestaciones de descontento social incapaces de crear un nuevo orden político? O, por el contrario, ¿estamos ante el inicio de una transición para la creación de democracia política y económica? Estas preguntas son esenciales para analizar lo que está sucediendo en Túnez, Egipto, Libia y otros países.
Ya existe un islam democrático, racionalista y feminista. Ahora es esencial que avance
La imposición de modelos laicistas estrictos como el francés no es viable

Uno de los elementos fundamentales para construir un nuevo futuro político 
en el mundo árabe es el de la laicidad
¿Qué papel van a jugar los partidos islamistas? 
¿Se van a reconfigurar? ¿Va a ser posible elaborar constituciones laicas?
 ¿Cuál va a ser la estructura laica del Estado?
 ¿Qué relaciones se establecerán entre las comunidades religiosas, 
sus autoridades, las convicciones islámicas y las leyes civiles?
 ¿Avanzarán los derechos de las mujeres o quedarán frenados si los partidos islamistas vencen en las futuras contiendas electorales?
No podemos desconocer la fuerza de los partidos islamistas y, sobre todo, las bases sociales que los sostienen y apoyan. En un proceso democrático, será imposible ilegalizarlos. Ellos tienen ahora una disyuntiva de fondo, más allá de declaraciones tranquilizadoras coyunturales para Occidente y para las fuerzas sociales laicas que están siendo decisivas en la organización de las revueltas. Por un lado, pueden reconfigurarse como partidos laicos de inspiración religiosa, algo parecido a los partidos de la Democracia Cristiana en Europa y América Latina. Por otro lado, pueden reforzarse como partidos confesionales que intentan lograr por vías democráticas la hegemonía política, una vez que llevan mucho tiempo construyendo hegemonía cultural y hegemonía social en la sociedad civil, especialmente entre los sectores más empobrecidos. Esperar a que se conviertan en partidos totalmente laicos me parece poco verosímil.
La primera opción podría encajar en un marco constitucional democrático y aconfesional. La segunda opción es muy peligrosa. Por eso es muy importante la elaboración de un consenso fuerte de laicidad constitucional que impida que la hegemonía política de un partido en un proceso electoral pueda llevar a la creación de un Estado teocrático o a la interferencia indebida de las autoridades religiosas en el proceso legislativo. La laicidad es un requisito imprescindible para el desarrollo de leyes y derechos cívicos antagónicos a la concepción fundamentalista del islam.
En declaraciones de líderes políticos y religiosos hay elementos que hacen albergar ciertas esperanzas. Hamdy Hasan, de los Hermanos Musulmanes, ha afirmado que "Egipto debe sern país laico". Mohamed el Baradei ha advertido que se ha de impedir constitucionalmente la posibilidad de crear un Estado religioso. El tunecino Rachid Ghanuchi ha declarado que su partido islamista respetará la legislación laica establecida sobre derechosde las mujeres. Noman Benotman, líder del Grupo Islámico Combatiente Libio, se ha desvinculado de Al Qaeda y defiende una acción política pacífica. Sin embargo, permanecen muchas sombras sobre lo que podríamos denominar una fundamentación religiosa de la laicidad. Mucho queda por aprender del cristianismo protestante que en Francia y en Estados Unidos favoreció la laicidad de sus repúblicas y de las tesis del Concilio Vaticano II sobre la "autonomía del orden temporal", la separación Iglesia-Estado y la distinción entre una fe compartida y el pluralismo político de los católicos. El islamismo político sigue alejado de la fundamentación islámica de la laicidad y del feminismo que también está presente en ese mundo, pues existen creyentes musulmanes que se oponen al integrismo religioso.
Ghanuchi defiende una peligrosa distinción entre democracia y laicidad. Hamdy Hasan afirma que los partidos laicos "tendrán que ganarse la calle y nosotros el registro oficial" (EL PAÍS, 15 de febrero). ¿Está aquí el punto de inicio para luchar democráticamente por la hegemonía política del islamismo? Él plantea una cuestión que deja la puerta abierta a una reconfiguración del proyecto político de los Hermanos Musulmanes: "Queremos un país laico, porque en él se en-globan todas las personas sin distinciones, como dice el islam, pero ha de ser un Egipto laico que respete la tradición musulmana". Desde un punto de vista literal, esto supone un avance. Y plantea otra gran pregunta: ¿qué tipo de laicidad necesita el Estado y la sociedad civil en el mundo árabe? No veo viable la imposición de los modelos clásicos de Francia y Turquía.
Una buena opción sería apostar por el modelo de laicidad inclusiva que, manteniendo el mínimo común denominador de la laicidad (autonomía legislativa del Estado, pluralismo religioso y libertad de conciencia), estableciera relaciones de cooperación con las confesiones religiosas y asumiera los valores del islam, sin pretender traducirlos en leyes vinculantes y excluyentes.
Para lograr la laicidad, va a ser muy importante el avance del islam modernizado, democrático, racionalista y feminista. Existen sectores religiosos que apoyan la hermenéutica crítica del Corán y la renovación del islam expresadas en las obras de Abu Zayd, Mohamed Arkoun, Ramin Jahanbegloo, Asghaar Enginer, Riffat Hassan, Tariq Ramadán, Omaima Abou-Bakr, por poner solo algunos ejemplos.
El pluralismo existe en el islam, basta con visitar las webs Islam&laicité, webislam o feminismeislamic. La batalla intrarreligiosa para que este islam emancipatorio alcance la hegemonía frente al islam fundamentalista tiene grandes implicaciones para el futuro político del mundo árabe.
La laicidad no solo tiene que ver con la desconfesionalización de la política. No se trata solo de vencer la dominación de las jerarquías religiosas, sino de acabar con las diversas formas de dominación económica, social y cultural. El laicismo socialista va mucho más allá del laicismo liberal que, por cierto, es el predominante entre los socialistas europeos que no han tenido ningún problema en que los partidos de los dictadores Ben Ali y Mubarak formaran parte de la Internacional Socialista prácticamente hasta el día en que la presión popular los doblegó.
La laicidad va más allá del progresismo burgués y tiene mucho que ver con la igualdad social, la educación cívica, la democracia económica y la emancipación de las mujeres. Su conexión con el republicanismo de la no dominación es estrecha. La religión islámica tiene fuertes componentes igualitarios que pueden inspirar la búsqueda laica de modelos de democracia económica y participativa, en los que el protagonismo de las mujeres sea esencial.
En medio de la crisis global, la rebelión de la ciudadanía árabe nos muestra que necesitamos ir más allá de la democracia liberal y construir democracia económica. El modelo imperante de democracia no es eficaz para resolver las desigualdades y pobrezas en numerosos países. Necesitamos otra democracia que haga verdadera la soberanía popular sobre la riqueza. Este es el reto universal que están lanzado las revueltas sociales en el mundo árabe.
Rafael Díaz-Salazar es profesor de Sociología en la Universidad Complutense.