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sábado, 15 de noviembre de 2014

Editorial: De armas tomar http://elcomercio.pe/opinion/editorial/editorial-armas-tomar-noticia-1770157?ref=portada_home


Editorial: De armas tomar

El control de las armas debe realizarse de manera integral y sin afectar el derecho de los peruanos a protegerse.  

Editorial: De armas tomar


En medio de robos, extorsiones y sicariato, los peruanos se sienten cada vez más desprotegidos por un Estado que no ha podido presentar una estrategia integral contra el crimen. Por ello, más peruanos optan, legítimamente, por adquirir un arma de uso civil para poder ejercer su derecho a la defensa. Así lo demuestra un reciente estudio de la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos (Sucamec), según el cual, en lo que va del año, se han emitido más de 32 mil licencias para portar armas, mientras que en todo el 2013 se emitieron 24 mil. 
El estudio también revela que casi un tercio de las 1.867 armas de uso civil que la policía incautó a delincuentes en el 2013 tenía procedencia legal. Es decir, se encontraban debidamente inscritas en la Sucamec. Esto se explicaría, en parte, por el hecho que el procedimiento para la obtención y renovación de licencias es engorroso, contiene restricciones absurdas y no se cuenta con registros integrados y actualizados. Como consecuencia, muchas de las armas legales terminan migrando al mercado informal. 
La buena noticia es que, al menos, se estaría tratando de solucionar el primer problema. Dos proyectos de ley que se espera sean discutidos próximamente en el Congreso –uno presentado por el congresista Eguren y otro por la propia Sucamec- buscan optimizar el procedimiento para la obtención de armas legales. De lo que se trata no es hacer imposible que quienes quieran adquirir un arma puedan hacerlo, sino de evitar que los delincuentes se hagan de un arma por vías alternativas.
Uno de los cambios que buscan los proyectos es ampliar el plazo de vigencia de licencia para portar armas que hoy es de un año (la Sucamec propone tres años, Eguren cinco). Esta propuesta aliviaría los engorrosos trámites que se deben realizar anualmente y que un gran número de propietarios no los hacen. Otra de las medidas es acabar con la restricción que, sin ningún sustento técnico, prohíbe la utilización de ciertos tipos de armas de uso civil, como por ejemplo las pistolas de 9 milímetros. Esta propuesta evitaría que las personas que requieran este tipo de armas recurran al mercado negro. 
Otro tema clave de ambas iniciativas es que pretenden solucionar una importante fuente de descontrol: hoy en día, los policías y militares registran sus armas de uso personal en sus respectivas instituciones y nunca vuelven a renovar sus licencias. Con estas reformas, se busca unificar el régimen para el uso de armas, no haciendo distinción entre civiles y fuerzas del orden. Lo anterior va de la mano con las sanciones que se establecen para aquellos propietarios  -civiles o no- que actúan con irresponsabilidad, como cuando no reportan que sus armas han sido robadas o resultan perdidas.
Finalmente, se propone también aumentar las restricciones para que personas que se han visto envueltas en actos delictivos no puedan acceder a armas. Actualmente se pide un registro de antecedentes penales del último año, pero ahora se propone que se presente un registro sin límite temporal, y que incluya también aquellos delitos que una persona cometió aunque ya haya cumplido su sentencia.
Por supuesto, los proyectos de ley, aunque positivos, no lograrán solucionar por sí solos el problema de la proliferación de armas en nuestro país. Para ello hay que atacar el problema más grave: lasarmas ilegales que se estima ascienden a 300 mil. Una importante fuente de estas se explica por el contrabando fronterizo, especialmente con Bolivia y Brasil. Además, de acuerdo a Eduardo Pérez Rocha, ex secretario del Conasec, uno de los principales problemas es que, en muchos casos, policías y militares al ser dados de baja se llevan armas y municiones o las sustraen para venderlas.  Ello sin contar las armas que ingresaron al país producto del terrorismo y del narcotráfico. 
Por todo lo anterior, sería bueno no solo que se apruebe pronto una nueva legislación sobre la tenencia legal de armas que promueva un control adecuado y proteja nuestro derecho a poder contar con armas para nuestra defensa personal, sino también que el gobierno se enfoque en identificar de dónde provienen la gran mayoría de armas ilegales y diseñe una estrategia integral para prevenir que ingresen más armas ilegales a nuestro país.

ANARQUISMO by Pedro Echeverría V. http://pedroecheverriav.wordpress.com/


Los anarquistas tienen la sensibilidad a flor de piel y poseen la convicción de que el Estado es enemigo del pueblo
Pedro Echeverría V.
1. Sin la acción de los jóvenes anarquistas y sin el radicalismo de luchadores sociales las manifestaciones y los mítines serían simples paseíllos de un sábado o domingo feriado. Yo he participado en más de tres mil de ellos durante más de 50 años y me he retirado a mi casita a descansar. Los gobiernos nunca hicieron caso o simplemente se burlaron de nosotros. Pero cuando se ha roto el orden impuesto, cuando ser han roto las columnas se soldados y policías que impiden el paso de las protestas, cuando se han pintado paredes o se han roto vidrios, entonces el gobierno sí hace un poco de caso. ¿Y si no protestaras? Pues simplemente no existes.
2. Ya no habrá ningún movimiento de protesta y de lucha en que no se culpe a los anarquistas (A) o a radicalizados. Dado que los (A) no aceptan ninguna autoridad, ningún Estado, ningún orden establecido, todo persona que sienta poseer un poquito o mucho poder en el hogar, la escuela, la iglesia, el partido, el gobierno, el Estado, los empresarios, expresan su repudio contra los (A). ¿”Cómo hacer rebeldes a nuestros hijos, a nuestros fieles, a los obreros y campesinos, sin nuestro consentimiento”?, señalan los autoritarios. Me recuerda los primeros párrafos del Manifiesto Comunista de 1847 de Marx cuando decía que todos los poderes culpaban a los comunistas.
3. En México los gobiernos, los empresarios, los medios de información se han unido en un cruzada capitalista para desprestigiar y combatir a los anarquistas, porque no hay poder que pueda comprarlos o someterlos. Desde el triunfo de la Revolución Rusa en 1917 los comunistas fueron los enemigos del capitalismo, pero desde hace 40 años –sometidos los “comunistas” a elecciones y cargos- son ahora los anarquistas los más perseguidos y anatematizados por el poder del capital. Los anarquistas no tienen partido, ni jefes, ni gobiernos, por ello no se les puede comprar y someter. A los (A) les basta con identificar a los explotadores, los opresores, para luchar contra ellos.
4. Los anarquistas existían desde el XVIII, pero comenzaron a crecer en número en el mundo en los años sesenta del XX construyendo comunas libertarias donde se reunían jóvenes que rompieron a se separaron de sus padres buscando la libertad. No se decían así mismos anarquistas pero repudiaban a la autoridad, construían su mundo colectivo repudiando al capitalismo en el que la propiedad, las riquezas, la autoridad, significaban todo. El capitalismo autoritario los ridiculizó, los desprestigió y los persiguió con el mote de “malvivientes” y flojos porque no creaban riquezas; jamás se dieron cuenta de que en el seno de esas comunas nacían otras ideas y formas de ver el mundo.
5. El anarquismo y su antiestado, antipropiedad, antigobierno, resurgió con fuerza espontáneamente en el 1968 francés, alemán, estadounidense y mexicano. Los partidos políticos de la derecha buscaron todas las formas de represión para frenar los movimientos de masas estudiantiles y populares; los partidos de la llamada izquierda, en todos esos países, buscaron controlar los movimientos para someterlos a negociaciones con el poder. En México muchos jóvenes se vieron obligados a renunciar a sus partidos “de izquierda” porque éstos buscaban someterlos a su línea burocrática y oportunista. Meses después sabríamos de esas renuncias.
6. El anarquismo es una posición política, filosófica, pero sobre todo humana. No existe partido anarquista, organización permanente, ni dirección o mando alguno; mucho menos jerarquías o personas manipuladas para actuar. Los anarquistas trabajan y actúan siguiendo una convicción: la lucha por la libertad, por la justicia colectiva y por la igualdad entre todos los seres humanos. No aceptan ningún gobierno o Estado en transición, porque la historia les ha enseñado que basta con un poco de autoridad para que el Estado se institucionalice. Señalan: la propiedad privada y el gobierno se disuelven y se instituye la colectividad igualitaria y funcional.
7. No se trata de instalar “un nuevo poder” o “el poder de la mayoría” como ha propagado o dice la llamada democracia; se busca por el contrario construir un autogobierno o la autogestión en el campo, en la fábrica, en las escuelas y los barrios a partir de la participación directa de los miembros de una comunidad. Nadie compra ni nadie vende porque el dinero y la propiedad tendrían que desaparecer; todos –de acuerdo a su conciencia- producen de acuerdo a su capacidad y todos consumen de acuerdo a sus necesidades. ¿Cuántas personas y por cuánto tiempo podrían mantener su conciencia capitalista, tramposa o ambiciosa en unas condiciones que han cambiado radicalmente en beneficio de la colectividad?
8. Así que a aquellos clasemedieros o pequeñoburgueses hay que decirles que no se muerdan la lengua haciendo campañas contra los jóvenes anarquistas y luchadores sociales radicales que indudablemente han sido la vanguardia de las luchas sociales porque ellos sí son enemigos del capitalismo, la explotación, la desigualdad y la opresión; ellos sí tienen mucho que enseñarnos lo que es la dignidad y la valentía para defender nuestros derechos. Los anarquistas no pueden degenerar a políticas de fortalecimiento del Estado, a dictaduras militares o civiles o al apoyo de la acumulación de capitales. Si no son anticapitalistas no son anarquistas. (10/XI/14)