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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Infierno en el VRAE

Uri Ben Schmuel
uribs@larazon.com.pe
La guerra contra el terrorismo, que aún no acaba, ha cobrado una nueva víctima en el VRAE, el teniente EP Roberto Ángeles. Y como algunos medios progres ahora derraman lágrimas de cocodrilo por su muerte, conviene refrescar un poco la memoria y desnudar su hipocresía. Porque esos medios son los mismos que por una década han jugado en pared con las ONG derechohumanistas para perseguir judicialmente y asesinar moralmente a los militares y policías que nos salvaron de convertirnos en la Camboya sudamericana.
En el Perú, como en otros países de la región, el perverso mecanismo llamado justicia transicional –un paquete que incluye CVR, procesos vinculantes a las FF AA, reparaciones colectivas a los familiares de los terroristas y “museo de la memoria”– ha logrado todos sus objetivos.
No debería, pues, llamar a sorpresa que un millar de uniformados, incluyendo los comandos “Chavín de Huántar” enfrenten juicios por supuesta “violación sistemática de DD HH”. No olvidemos que la progresía logró sentar en el banquillo y condenar a 25 años de prisión a un ex presidente por ganar una guerra. Y no una cualquiera, sino la más complicada de todas, aquella que se libra contra el terrorismo.
La argolla caviar que domina los medios ha logrado desviar la atención de este hecho central. Y argumenta que Alberto Fujimori fue sentenciado por comandar una “guerra sucia”. El término, claro, impacta. Pero no es más que un juego de palabras.
El general Sherman, que sabía de estas cosas (de paso, nunca fue juzgado pese a sus métodos brutales durante la guerra civil estadounidense), lo dijo muy claro, en frase que bien podría estar dirigida al caviaraje y aplicada a Sendero y al MRTA:
“Ustedes no pueden calificar la guerra en términos más duros de lo que yo haré. La guerra es el infierno, y ustedes no la pueden civilizar; y aquellos que llevaron la guerra a nuestro país merecen todas las maldiciones y condenas que la gente pueda verter sobre ellos”.
Al Sr. Fujimori y a nuestras fuerzas armadas se les ha reclamado un imposible. Debieron ganar una guerra sin “costo social” alguno. No importa que ese costo haya sido mínimo, no solo en relación a los gobiernos que lo antecedieron sino también en comparación a guerras similares en muchos países. ¿O alguien cree que George Bush o Barack Obama serán juzgados algún día por lo que han hecho en Irak y Afganistán?
Los caviares dicen que sí es posible desarrollar una “guerra limpia”. Ponen como ejemplo la de los británicos en Malasia contra la guerrilla comunista, desde 1949 hasta 1960. Recordemos en qué consistió:
Los británicos combatieron de la misma manera que sus adversarios, con una limitación de recursos y adaptándose a vivir y luchar por largos períodos en áreas remotas con una cantidad mínima de abastecimientos. Usaron mejor y de manera más inteligente que los comunistas los mismos métodos de acantonar, rastrear y emboscar. Al mismo tiempo, construyeron postas, carreteras y escuelas, y organizaron a las comunidades en rondas. El Ejército Británico ganó los corazones y las mentes del pueblo y por eso ganó la guerra.
Este modelo es el que más se aproxima al ideal que reclaman aquí. Mejor dicho: es exactamente lo que se hizo aquí. Pero el Sr. Fujimori no es Sir Gerald Templer, el Alto Comisionado Británico en Malasia. Y nuestros militares no son como los británicos, oficiales y caballeros. El ex presidente según los caviares, es Hitler. Y así los muy canallas insinúan que nuestras gloriosas fuerzas armadas son como las infames SS.
Un pequeño detalle: en Malasia los británicos eliminaron a balazos a 6.710 de los 12.000 terroristas Todo un ejemplo de “guerra limpia”…