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domingo, 3 de octubre de 2010

LA GUERRA IRRESTRICTA, Nuevo Concepto de la Guerra en un Mundo Globalizado

Luego de 2500 años de haber sido escrito el famoso libro “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu, Dos coroneles de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China (EPL), Qiao Liang y Wang Xiangsui, se encerraron en una casa en Gongzhufen- Baizhifang en Beijing, China, luego de participar en las maniobras militares que se tornaron muy tensas debido a la presencia de dos fuerzas de portaaviones norteamericanos en el estrecho de China. Qiao describe que los motivó a “pensar en estratégias cuando se enfrentan a situaciones. Por consiguiente nos decidimos a escribir este libro, un libro en el que sea posible concentrar los pensamientos y preocupaciones que cada uno ha tenido durante las pasadas décadas, especialmente durante los últimos diez años en lo que concierne a temas militares.”

En febrero de 1999, y luego de tres años de trabajo, La Casa de Publicaciones de Arte y Literatura del EPL en Beijing, publicó el libro titulado “LA GUERRA IRRESTRICTA”. Liang y Xiangsui iniciaban de esta manera una revolución en el campo de las teorías de la guerra aunque nadie lo notó en ese momento.
En una temprana entrevista con el periódico Zhongguo Qingnian Bao (Juventud China), Liang afirmó “La primera regla de la Guerra Irrestricta es que no hay reglas, nada está prohibido”. La publicación encendió alarmas en los Estados Unidos. El libro fue inmediatamente traducido por el Servicio de Inteligencia de la USAF y la Escuela de Guera de la Marina de los Estados Unidos pidió autorización a sus autores para emplearlo como un libro de estudio.
Pero no fue hasta después de los ataques del 9/11 que el libro empezó a tomar una importancia inaudita. Se llegó al colmo de publicarse en los Estados Unidos una edición titulada: “Guerra Irrestricta: el plan maestro de China para destruir América”.
El sistema de seguridad norteamericano, atacado por la paranoia, no comprendía lo que Qiao y Wang ya habían percibido y predicho: La exagerada confianza en la tecnología por parte de su sistema de defensa de Estados Unidos y la incapacidad de definir sus verdaderas e inmediatas amenazas.


En una entrevista que dieron al periódico Ta Kung Pao el 13 de setiembre del 2001 a los pocos días de los ataques, Qiao y Wang afirmaron; “los ataques que tuvieron lugar en los Estados Unidos fueron espantosos e inhumanos, pero no deben ser vistos desde una sola perspectiva. Mientras que los miles de inocentes muertos y heridos fueron víctimas del terrorismo, también fueron víctimas de la política exterior de los Estados Unidos. El 11 de Setiembre del 2001, podría constituir el inicio del declinamiento de los Estados Unidos como una superpotencia.” “Los ataques demostraron la fragilidad y vulnerabilidad de los Estados Unidos y mostraron que esencialmente no está listo para soportar este tipo de ataques. El Sistema Nacional de Misiles de Defensa (NMD) no la puede salvar ”.
“Estados Unidos, un tigre gigante, se ha metido con un ratón; inesperadamente, esta vez, fue mordido por el ratón”.
Los Coroneles chinos vislumbraron un mundo en el que las amenazas sobrepasarían el ámbito estrictamente militar, en el que se emplearían métodos vedados por las leyes internacionales y las cuales Estados Unidos, como gestor de las mismas no podría quebrantar tan fácilmente sin caer en el desprestigio político. Simplemente, el tiempo le dió la razón a sus planteamientos.
La nueva teoría ha resultado tan aplastantemente real que los estudiosos norteamericanos están buscando formas de comprenderla mejor. En marzo del año 2006, de El Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad John Hopkins y el Insituto de Estudios Internacionales Avanzados Paul H. Nitze, organizaron un importante simposium en el cual paneles con importantes expositores y mesas de discusión, expondrían y analizarían las implicancias de la nueva teoría (URW). El éxito y el interés ha sido tan grande que en marzo de éste año se organizó el segundo simposium en la misma institución.
Bajo este punto de vista, la guerra se desborda fuera del campo de batalla y los métodos empleados se multiplican a todos los ámbitos de las naciones y la tecnología.

La nueva teoría de la Guerra Irrestricta podría ayudarnos a entender muchos de los aspectos que rodean las decisiones y acciones políticas, económicas, ambientalistas, legales, financieras, etc. que dominan la geopolítica mundial, preparándonos para afrontar los desafíos y poder discernir entre la verdadera colaboración o las amenazas de estados y organismos nacionales, internacionales y supranacionales que rodean la geopolítica nacional y mundial.
En uno de los pasajes del libro, Qiao y Wang vislumbran el futuro de la guerra en la cual “el joven soldado que tenga que cumplir sus órdenes preguntara: ¿donde está el campo de batalla?, la respuesta debería ser: “en todas partes”ª

Quiao Liang and Wang Xiangsui- “Unrestricted Warfare”, Beijing: PLA Literature and Arts Publishing House, February 1999.

¿Que es la Guerra Irrestricta?
(extracto)
Son ataques integrados explotando diversas áreas de vulnerabilidad:

Guerra Cultural, controlando o influenciando los puntos de vista culturales de la nación adversaria.
Guerra de las Drogas, invadiendo a la nación adversaria con drogas ilegales.
Guerra de la Ayuda Económica, empleando la dependencia a la ayuda financiera para controlar al adversario.
Guerra Ambiental, destruyendo los recursos ambientales a la nación adversaria.
Guerra Financiera, subvertiendo o dominando el sistema bancario del adversario y su mercado de valores.
Guerra de las Leyes Internacionales, subvertiendo o dominando las políticas de las organizaciones internacionales o multinacionales.
Guerra Mediática, manipulando los medios de prensa extranjeros.
Guerra del Internet, mediante el dominio o destrucción de los sistemas informáticos transnacionales.
Guerra Psicológica, dominando la percepción de las capacidades de la nación adversaria.
Guerra de Recursos, controlando el acceso a los escasos recursos naturales o manipulando su valor en el mercado.
Guerra de Contrabando, invadiendo el mercado del adversario con productos ilegales.
Guerra Tecnológica, ganando ventaja en el control de tecnologías civiles y mitares claves.
Terrorismo

Tomado de la página introductoria del Simposium sobre Guerra Irrestricta del año 2006 (Universidad John Hopkins). 

En el seminario han intentado sistematizar y clasificar las amenazas que se derivarían de esta nueva teoría de la guerra, pero los especialistas chinos señalan inteligentemente que los métodos son casi infinitos si se toma en cuenta de que éstos pueden emplearse combinados entre sí.

Policías y militares: sueldos de hambre Luis García Miró Elguera

La “sociedad civil” –madriguera de las oenegés, los cívicos, los progre, los caviares, etc.– es ejemplo de hipocresía. Por un lado exige a la Policía y a los miembros de la Fuerza Armada que se desempeñen profesionalmente con valores, eficiencia, ética, entrega y desprendimiento por sus vidas. Es decir, cero corrupción y servicio como si fueran la Guardia Suiza. Sin embargo les asigna sueldos de hambre, equipos obsoletos, y hasta les cobra las municiones que usan. Pero las cosas no quedan allí. Encima de ese atropello la “sociedad civil” mantiene con rienda corta a nuestros defensores con el estigma de la violación de los derechos humanos de los delincuentes a los que, por cierto, obliga a enfrentar. O ¿acaso nuestros uniformados no viven amenazados con sentencias por violación de dd hh? Sucede claramente en el caso de los terroristas.

Esto no es algo imaginario ni tampoco una invención de la derecha. Es la cruda, fría y cruel realidad peruana. Es la paradoja más miserable –fruto de exigencias “políticamente correctas”– que la “sociedad civil” impone al Estado como parámetro dentro del cual pueden desenvolverse los militares y policías peruanos. Es decir, honorabilidad, eficiencia, y sacrificio de su vida y salud, a cambio de mendrugos. En otras palabras, la esclavitud más canallesca, la humillación más vil y el abuso más repudiable a un ser humano impuesto por quienes trafican con la defensa de los derechos humanos.

En contraste con esta explotación, la “sociedad civil” se hace pagar decenas de miles de dólares por realizar inútiles, interesadas asesorías para ese mismo Estado al que luego obliga a remunerar con sueldos de hambre a nuestros defensores del orden. Más de una vez hemos publicado pactos suscritos por el Estado con la oenegé Comisión Andina de Juristas –uno de los portaviones de la “sociedad civil”– para “asesorar” al gobierno de Fujimori en la reforma del Poder Judicial. En un caso el contrato fue por 300 mil dólares, cantidad con la que el país hubiese podido pagar la planilla de 1,500 policías a lo largo de todo un mes. Es decir, con ese presupuesto el Estado pudo mantener a 6,000 personas dependientes de 1,500 custodios del orden, expuestos 18 horas al día a las peores amenazas del hampa, a la tentación del narcotráfico, a la metralla terrorista, etc. O sea remuneraciones miserables que difieren como el día y la noche de las cifras siderales que se hacen pagar las oenegés, manejadas por un puñado de gente que vive como millonaria y protesta como proletaria.

Cada año la “sociedad civil” se lleva buena parte del dinero de los contribuyentes. Pero jamás protesta contra la explotación al policía y al soldado, ni reclama por la violación de sus derechos humanos. Sólo se preocupa de los derechos de los terroristas. Policías y militares son simples vasallos al servicio de los cívicos, condenados a trabajar en forma incorruptible, aunque ganando sueldos de hambre. Incluso los cívicos promueven esa parafernalia de leyes que prohíben a los policías hacer uso de sus armas –en defensa de la sociedad–, bajo amenaza de procesarlos por violar dd hh de los pobres criminales a los que se les obliga a enfrentar. ¿Hasta cuándo el Perú va a seguir haciéndole caso a estos abusivos que pretenden controlar al Estado sin autorización del pueblo?

ESPECIAL PRESIDENCIALES BRASIL



El 3 de octubre y el milagro peruano

OPINIÓN | Dom. 03 oct '10

Autor: Fritz Du Bois
El 3 de octubre es una fecha de ingrata recordación política para los peruanos. Hace 62 años se levantaron en la Escuela Naval, en el Callao, marineros apristas que fueron reprimidos a sangre y fuego por Odría, quien aprovechó la ocasión para derrocar a Bustamante, quedándose ocho años en el sillón de Pizarro.

El “ochenio de Odría” fue un período oscuro, de brutal represión ante cualquier oposición, y de continua inauguración de innumerables, aunque siempre sobrevaloradas, obras públicas financiadas por una rebosante arca fiscal que se llenaba con el apogeo en el precio de las materias primas gracias a la guerra de Corea. Odría fue el más grande exponente del hombre fuerte sin mayores luces. Obras y no palabras, mira mis construcciones y no pidas explicaciones fueron su credo –totalmente opuesto a cualquier concepto de apertura o modernidad para nuestra sociedad–, pero el cual increíblemente, aún hoy, tiene entusiastas adeptos en la Alcaldía de Lima y hasta en el Palacio presidencial. 
Pero fue veinte años más tarde, el 3 de octubre de 1968, que sufrimos la mayor tragedia nacional. El golpe de Velasco inició una oscura era de idolatría de la revancha, de persecución de cualquier concepto liberal, que no solo fue un total fracaso económico y social, sino que dejó como secuela a Sendero con su terrorismo demencial. Velasco le costó al país más de treinta años totalmente desperdiciados y, en algunos sectores como el agro, 42 años después del desastre, aún no nos hemos recuperado.

Es importante recordar la historia porque hoy día podría quedar registrado como otro 3 de octubre ingrato para los peruanos si es que el electorado opta por la revancha en lugar de la modernidad. En esta edición estamos reportando las declaraciones de personajes cavernarios, que nunca han aportado nada más que odio a la sociedad, saliendo de sus tumbas políticas esperando nuevamente tener protagonismo y buscando retroceder el reloj de la historia a un pasado que todos creíamos superado. 

Por circunstancias de la campaña electoral, el voto hoy ya no es solo una preocupación vecinal, la implicancia de la elección municipal podría ir mucho más allá e influir en la presidencial. Por ello creo que debe de meditar profundamente antes de votar, especialmente considerando que nuestro país se ha convertido en el milagro latinoamericano. Hemos pasado la peor crisis financiera internacional de los últimos 80 años y no nos hemos percatado. Estamos nuevamente creciendo a una tasa del 8% cuando en el resto del mundo las economías recién se están reconstruyendo.

Sin embargo, el verdadero milagro es que lo hemos logrado pese a nuestro ineficiente aparato estatal y gubernamental, a pesar de una clase política para olvidar y al lastre de un corrupto Poder Judicial. El verdadero milagro peruano es que la población está saliendo adelante y prosperando pese a todas las trabas que pone el Estado. Somos, sin duda, un país de emprendedores.

¿Qué sentido tendría entonces echarle agua fría a ese entusiasmo, que es el motor de la inversión, eligiendo una trasnochada opción? El estatismo e intervencionismo solo existen como triste recuerdo en el mundo moderno, excepto en las afiebradas mentes de dinosaurios de Patria Roja, por ejemplo. Creo que toca pensar en el futuro y no permitir que un voto hepático nos devuelva a un oscuro pasado.

Médicos de Hospital Policial desmienten secuestro de Correa

Politica


Ponen en duda la teoría esgrimida por el gobierno de una supuesta intentona de golpe
Los médicos Gilberto Calle y Fernando Vargas, del Hospital Policial de Quito, desmintieron el sábado que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, fuera secuestrado en el lugar, como se comunicó.
Los dos señalaron en declaraciones a un medio local que una vez que procedieron a atender al mandatario, en la mañana, tras ingresar por un cuadro de asfixia y de presión alta, se intentó sacarlo del hospitasl en dos ocasiones, pero Correa se negó, indicó DPA.
Adicionalmente señalaron que el mandatario estuvo recibiendo todo el tiempo a sus colaboradores que lo querían visitar y en contacto telefónico permanente con el exterior del hospital, sin ningun guardia en la puerta ni nada que lo impidiera abandonar el lugar, dijeron sin mencionar el cerco externo de policías sublevados que rodeaba el lugar.
Las autoridades no reaccionaron aún a las declaraciones de los doctores.
El pasado jueves, cuando tuvo lugar la rebelión policial, Correa fue hasta el lugar de la protesta, el Regimiento Quito, al lado del mencionado hospital, y tras dar un corto discurso que encendió los ánimos de los manifestantes, sufrió un cuadro de asfixia a causa de una bomba lacrimógena disparada muy cerca suyo.
Además, el mandatario está convaleciente de una operación de su rodilla derecha que hubo de ser revisada tras el tumulto y los empujones, por lo que fue trasladado hasta el hospital más cercano, que era el Policial.
En ese lugar, Correa permaneció por cerca de nueve horas, durante las cuales se hicieron aseveraciones confusas de que estaba retenido en el lugar y de que saldría en cualquier momento, hasta que en la noche, un violento operativo militar –que desató un fuego cruzado de más de veinte minutos entre policías rebeldes y militares– lo sacó del sitio.
El automóvil en que se evacuó al presidente, para dar por terminada la sublevación, presentó cinco impactos de bala, por lo que Correa afirmó que hubo un intento de asesinarlo.
Los cuestionamientos
El afán del Gobierno por encajar todo en el formato golpe los sucesos de la pasada semana alimenta la desconfianza de los críticos sobre lo que realmente pasó. Para el analista Alfonso Oramas lo que sucedió fue un “burdo” atentado contra la democracia y una agresión “intolerable” contra el presidente.
Pero, al mismo tiempo, sostiene que si Correa no hubiera desafiado a los agentes la situación no hubiese pasado de un conflicto laboral. “El discurso crispado del presidente, la falta de información del Gobierno sobre el grado de malestar de la policía y el coqueteo abierto de algunos políticos y militares con la sublevación dispararon una crisis evitable”, dice Oramas.
Francisco Latorre, asesor y amigo personal de Correa, confirma que la decisión de acudir en persona al Regimiento Quito fue del presidente. Esto es lo que ha dado pie a algunas de las críticas más duras contra el Ejecutivo. El general retirado del Ejército Galo Monteverde, citado por el diario El Comercio, asegura que no hubo un golpe de Estado sino una insurrección policial. “El malestar policial y militar lleva dos años y los ministros tendrían que haberse encargado de resolverlo”, según el militar.
El analista Adrián Bonilla añade otro factor para descartar el golpe: que nunca se planteó la sustitución del presidente como ha sido habitual en las rebeliones desde 1997. Todo lo contrario, el vicepresidente Lenin Moreno manifestó de inmediato que él no iba a relevar al presidente mientras éste estuvo sitiado por policías rebeldes en el hospital donde acudió tras escapar del cuartel.

Politica Fallo de sala Villa Bonilla refuta condena de sala San Martín contra Alberto Fujimori


Si en Barrios Altos no hubo política de Estado criminal, tampoco hubo “autor mediato”
El jurista Marcos Ibazeta destacó que la sentencia impartida por la primera sala penal anticorrupción, que preside la vocal superior Inés Villa Bonilla, al haber establecido que no ha habido una política de estado sistemática de violación de derechos humanos en la actuación del llamado grupo Colina en el caso Barrios Altos, queda en claro que no ha habido autor mediato y al no haberlo queda igualmente claro que el ex presidente Fujimori no reunió esa condición según la sentencia que lo condenó a 25 años de prisión.
“La sala que preside Villa Bonilla, tan criticada por su morosidad y agresividad contra los procesados uniformados, ha suscrito una sentencia en verdad de enorme repercusión porque ha establecido que se ha tratado del accionar de un grupo y no de una política sistemática de violación de los derechos humanos”, dijo.
Para Ibazeta, al no haberse encontrado en el caso Barrios Altos evidencias de esa política, no se justifica por lo tanto que en base a indicios endebles, como parece haber ocurrido en la sentencia de la sala San Martín aplicada al ex presidente Fujimori, haya sido condenado como autor mediato de los casos de Barrios Altos y La Cantuta.
“Hemos sido críticos severos de la sala Villa, pero en el presente caso, hay que reconocer la importante precisión de destacar la inexistencia de autor mediato y de reconocer que se trató de un grupo militar que actuó aisladamente de la política para combatir el terrorismo”, remarcó.
Respecto a como queda la sentencia condenatoria del ex presidente Fujimori, sostuvo que el fallo de la sala Villa Bonilla lo cuestiona y pone en tela de juicio, porque al no haber una política de estado sistemática de violación de los derechos humanos, no hubo autor mediato y por lo tanto Fujimori no tuvo esta condición, en que precisamente está basada la condena de prisión de 25 años.
Salvaron a la sociedad
Por su parte, el jurista Juan Vicente Ugarte del Pino expresó que la sala Villa Bonilla en su fallo condenatorio no ha considerado que el llamado grupo Colina es en primer lugar un grupo militar que actuó en el marco de una guerra interna para salvar a la sociedad de la acción del terrorismo y que con esta sentencia se les ha castigado y condenado precisamente por haber efectuado esa acción salvadora.
Respecto a las muertes producidas por su actuación, advirtió que pueden entenderse como una infracción de las órdenes que recibieron para combatir al enemigo en el marco de una guerra que el Estado no inició, y debían por lo tanto ser juzgados por los jueces militares.
“Creo que fallos de esta naturaleza son desmoralizadores y no garantizan que mañana en caso de ocurrir una nueva situación de guerra interna contra el Estado peruano, los uniformados salgan a defendernos si existe el antecedente de que en anteriores ocasiones fueron perseguidos y condenados”, subrayó.
Seguidamente, dijo que la sala Villa Bonilla al haber calificado al llamado grupo Colina como grupo criminal ha empleado el mismo lenguaje de los terroristas que los califican de ese modo; y que la sala que presidió el vocal César San Martín, al haber calificado de Estado criminal al gobierno del ex presidente Fujimori, empleó igualmente la misma calificación que hacen los terroristas.
“A más de 20 años de esos sucesos es lamentable que la ideología de los terroristas esté presente en los juzgadores de los militares que combatieron al terrorismo, de manera que yo espero que la verdadera sentencia contra ellos sea dictada por la historia”, indicó.