Significado de los sucesos de
Cajamarca, la detención y pronta libertad del dirigente del partido político
Tierra y Libertad.
La muerte hasta hoy de cinco personas en la Provincia de Celendín,
Hualgayoc así como una cantidad de heridos civiles, militares y policías, sumada a la detención de Marco Arana, presidente del partido político
de Tierra y Libertad uno de los promotores del movimiento anti minero, marca el
punto más alto (punto de no retorno) de la agudización de un conflicto que
desnuda un manejo irresponsable de los involucrados en este drama.
Nos revela la incapacidad del sistema de inteligencia estratégica del Estado
al no avizorar la implicancias para el
gobierno que tendría este particular caso en el escenario político nacional e
internacional al no prever las acciones adecuadas
para evitar las consecuencias notoriamente previsible desde hace meses; es
decir; desde su primera manifestación en Andahuaylas, seguidos de los episodios
de Espinar, revelaba que cada día que pasaba era un paso más hacia el conflicto
ya que Conga se presentaba como el Estandarte de la protesta anti minera cuya
disputa era el nuevo campo de batalla social de este gobierno que tubo ya una
primera víctima: el Gabinete Lerner.
Nos
revela el enorme error de “senderizar la protesta antiminera”, error de
definición del tipo de adversario al que se enfrentaban, que les llevo a
cometer el mismo enorme error en la estrategia para combatirlo, llevando a la
opinión pública y a algunos medios de comunicación a “pelearse contra molinos
de vientos” o inexistente enemigos, cuando la supuesta amenaza no era otra que
el reclamo de la población que demandaba información adecuada del grado de impacto
ambiental sobre la tierra, sus animales, el agua y la vida de sus comunidades
que le infringirían estos proyectos ya que la única información que recibían era
por parte de los anti mineros. Errores que los llevo a no trabajar política y socialmente con las
comunidades, independientemente de la línea política de oposición de los líderes
locales y regionales.
Desnuda el rol abusivo de la inversión minera en el país la que viene
desde la conquista española mediante la extracción de metales preciosos
indiscriminado sin ningún respeto por el campesino, trato repetitivo durante el
siglo XX y sobre todo los últimos 20 años, en un desprecio absoluto por tratar
de trabajar en armonía con las comunidades en una relación de respeto y mejor
trato con estas poblaciones que paradójicamente son la de mayor pobreza extrema
del país. Nos revela también el poco compromiso de los empresarios mineros
quienes pese a tener contratos leyes
lesivos para los interese del Estado y de las comunidades, supuestamente
obtenidos en forma corrupta no asuman patrióticamente una conducta proactiva en
provecho de la solución dejando al Gobierno solo en la solución bajo el supuesto que esta obligado garantizar la inversión privada
como tarea del Estado.
Desnuda la perdida de respeto a la autoridad y a las fuerzas de
seguridad del estado, motivada por la campaña de descredito desarrollado desde
la caída del régimen fujimorista en la consabida idea que había que castigarlas
por el supuesto cogobierno con el régimen fujimorista, desconociendo el funcionamiento
de las mismas cuya responsabilidad de sus comandos se judicializo y sentencio, campaña
que caló hondamente en la población que le ha perdido el total respeto y que
aprovecha estos eventos para protestar violentamente entre otras cosas para
vengar los actos de corrupción en las que muchas veces se ven envueltos en su
relación comunidad policía nacional.
Desnuda
el triunfo de las organizaciones políticas de extrema izquierda que diariamente
atizaban la protesta para “agudizar las denominadas contradicciones” y en una
nueva relación generar su aceptación revelándose como sus defensores del abuso
de la empresa privada y de la corrupción del estado en la cabeza de sus autoridades,
a quienes se les responsabilizo de los supuestos atropellos.
Desnuda
que el primer acto de conspiración contra la inversión minera del proyecto
Conga fue justamente articulado desde el propio estado cuando ilusamente
pusieron de vice a un funcionario que pertenecía a tierra y libertad principal
partido político que se opone a la inversión deslizando a la prensa las supuestas
irregularidades en el estudio de impacto ambiental del proyecto conga, dinamitando
su solución.
Desnuda
la falta de propuesta de quienes promueven la campaña anti minera de no
presentar un proyecto sostenido y sustentable que beneficie al país y a la
población, intención antipatriota que tiene solo como propósito fines electoreros que
lamentablemente no resuelven el conflicto.
Frente a
todo ello ¿Qué Hacer?
Como lo que
está en juego es la “Credibilidad de las Autoridades y del Proyecto” , planteamos
la creación de una Comisión Política proponiendo como Cabeza de esta comisión a
Monseñor Bambaren o al Embajador Javier Pérez de Cuellar, conjuntamente con los
representantes de los ministerios comprometidos, las comunidades y autoridades
locales y regionales y representantes de las empresas mineras y los profesionales adecuados que entiendan el
problema con capacidad de articular propuestas viables a las comunidades y al Estado
Peruano.
Wilson Barrantes
Mendoza General
de Brigada