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lunes, 27 de septiembre de 2010

Así fue el “cerco” que permitió muerte del Mono Jojoy, jefe militar de la banda terrorista farc

Así fue el “cerco” que permitió muerte del Mono Jojoy, jefe militar de la banda terrorista farc

  Por: Martha Colmenares Categoría: ColombiaFarc


Por la muerte de Víctor Julio Suárez, alias ‘Mono Jojoy’, conocido igualmente como Jorge Briceño, un grupo de efectivos de la CTI (Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía), se trasladó a la Macarena, lugar donde tuvo lugar el operativo que logró la baja del jefe militar de la banda terrorista farc, el segundo al mando. Durante 35 años “estuvo en las filas guerrilleras sembrando el terror en toda Colombia”, es creador “de los campos de concentración de las Farc”. Se menciona que la operación de las Fuerzas Armadas colombianas ha sido impecable. “Bpmbardearon el corazón de su campamento madre en La Macarena, una fortaleza de 300 metros, con túneles y estructura de concreto, su madriguera”, según lo expresó el Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera. 
Abatido el Mono Jojoy “el símbolo del terror en Colombia”. Golpe contundente a las farc


Así fue la operación ‘Sodoma’ que dio muerte a ‘Jojoy’
La acción militar se consolidó en cinco días desde la base militar de Larandia, en Caquetá. Jorge Briceño Suárez fue hallado muy cerca del municipio de Uribe, en Meta, un sitio estratégico para las Farc en el que los militares fueron acorralándolo desde hace seis años.
Jueves 23 Septiembre 2010
Muchas veces se había intentado sin éxito ubicar y bombardear el sitio donde se escondía Jorge Briceño Suárez, alias el ‘Mono Jojoy’. A pesar de que esa fue una obsesión del ex presidente Álvaro Uribe y de su entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, nunca pudieron dar con él. Recientemente, lo más cerca que estuvieron fue en unas cavernas en las que se escondía el guerrillero y a donde llegaron las tropas horas después de que este se escapó en febrero del año pasado.
Sin embargo, la semana pasada, el alto mando militar se reunió con carácter urgente en la base militar de Larandia, en Caquetá. La razón: había altísimas posibilidades de dar con ‘Jojoy’. La operación se bautizó ‘Sodoma’, evocando la ciudad bíblica donde sucedía todo tipo de aberraciones. Una ciudad maldita.
Entre el sábado y el domingo, hubo contactos, desarrollos, avances y evolución de las tareas de inteligencia militar y de Policía que logró la información que el presidente Juan Manuel Santos quería oír: Briceño Suárez, el estratega militar de las Farc y uno de los hombres más sanguinarios, radicales y autoritarios de esta guerrilla, se encontraba en la serranía de La Macarena, 26 kilómetros al suroeste del municipio de Uribe, en la vereda de La Julia, una zona que perfectamente dominan los guerrilleros, pero que también vienen conquistando hombres de la Fuerza de Tarea Conjunta “Omega” desde hace unos seis años.
El pasado lunes en la noche, antes de salir para la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, Santos se reunió con el ministro de Defensa y la cúpula militar y dio la orden de entrar a la zona en una operación sin precedentes, donde se enfilaron tropas del Ejército, infantes de la Armada, aviones de la Fuerza Aérea y comandos jungla de la Policía Nacional.
Gracias a información que al parecer entregaron presuntos guerrilleros que conocían muy bien los movimientos de ‘Jojoy’, el avance comenzó el martes en la mañana, pero la fase crucial arrancó en la madrugada de este miércoles: “En esta operación llegamos a la madre de todos los campamentos de las Farc, un campamento de más de 300 metros de longitud, un búnker en concreto en el que se refugiaba este terrorista. Tenía túneles y áreas de escape para burlar la acción de la fuerza pública. Señor Presidente, hemos llegado a la guarida de las Farc”, le dijo el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, al presidente Santos durante una rueda de prensa.
En la operación estuvieron más de 30 aviones, cerca de 27 helicópteros y durante este miércoles, en medio de nueve combates, hubo varios intentos de desembarque en la zona donde se hizo la operación.
“Hemos dado el golpe más fuerte en la historia de esta organziación narcoterrorista. Estamos hablando de la muerte de uno de los colombianos más odiados del país, por sanguinario, por terrorista”, dijo el ministro Rivera, quien resaltó la labor de cada uno de los comandantes de las fuerzas militares y del director de la Policía.
Hay información de que, en el operativo, murieron algo más de 20 guerrilleros. Aunque todavía no se han confirmado las identidades de los otros subversivos muertos, se sabe que desde hace varios meses, a ‘Jojoy’ lo acompañaba la holandesa Tanja Nijmeijer. Tras la acción quedaron heridos cinco soldados. (Ver La guerrillera holandesa y “Supe que Tanja se quedaría en la guerrilla para siempre”)
“Es un día de gloria, de júbilo para los colombianos, y le damos gracias a Dios que nos ha bendecido con victoria. Un trabajo sin celos, coordinado, de alta precisión”, puntualizó el ministro.

Semana
Así se cerró el cerco sobre el ‘Mono Jojoy’


Con varios centenares de guerrilleros, Jojoy se movió durante cerca de tres años entre Cundinamarca, Meta y Huila.
* ‘El símbolo del terror en Colombia ha caído’, dijo presidente Santos sobre muerte del ‘Mono Jojoy’
Desde el 2008, mientras varios de sus compañeros del Secretariado y su propio hermano, Granobles, buscaban refugio al otro lado de las fronteras, ‘Jojoy’ decidió concentrarse en la zona del país que mejor conocía: la Sierra de La Macarena y el páramo de Sumapaz.
En varias ocasiones los bombardeos le llegaron tan cerca que el rumor de su muerte se volvió recurrente. Las últimas noticias suyas se tuvieron en julio pasado, cuando en medio de la Operación Júpiter las Fuerzas Militares llegaron hasta un campamento entre Uribe y Mesetas (Meta).
Esa fue la operación en la que el Ejército estuvo más cerca de ‘Jojoy’ antes de este miércoles. Se encontró una habitación con una cama en cedro y, en una butaca que servía como mesa de noche, una foto de ‘Manuel Marulanda’ abrazado con ‘Raúl Reyes’. Los dos, también miembros del secretariado, muertos en los últimos tres años.
A este campamento llegó el ‘Mono Jojoy’ después de que saliera huyendo de la zona de La Macarena (Meta), región donde se localizaban las cuevas que usaba como escondite y que fueron ocupadas por las tropas de la Fuerza de Tarea Omega en marzo de este año. De nuevo volvió a La Macarena y allí murió.
Fuentes militares aseguran que durante los últimos 10 meses, ‘Jojoy’ se ha movió en círculos, desde el Papaneme, sur de Uribe, pasando de allí hasta el Guayabero y subiendo nuevamente hacia el páramo de Sumapaz.
“A ‘Jojoy’ le ha tocado correr mucho, en ocasiones el clima le ha ayudado, así como la geografía, que él conoce muy bien, pero lo importante es que no hemos bajado la guardia y esta operación se mantendrá hasta obtener el resultado que los colombianos esperan”, declaró hace pocos meses el ex comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla.
Se estaba quedando solo
En febrero de este año, un informe de inteligencia reveló que ‘Jojoy’ se quedó sin 40 de sus 50 alfiles. Durante tres años, el jefe guerrillero fue perdiendo personas clave dentro de la organización cuyo papel en las Farc se había forjado desde 1982.
Según relatos de ‘Martín Sombra’, en la séptima conferencia de las Farc se acordó formar un grupo de comandantes que tomaran las riendas del ala militar de la guerrilla.
La mala racha de las Farc empezó con ‘Buendía’ y le siguieron las muertes del ‘Negro Acacio’, ‘Jacinto’, ‘Gaitán’, ‘Negro Arturo’, ‘Tabaco’ y ‘Byron’, y las capturas de ‘Cesar’, ‘Negro Antonio’, y ‘Chucho’. Hombres como Carlos Antonio Lozada y ‘Jhon 40′, están marginados.
De acuerdo con los últimos reportes, al jefe guerrillero le quedan ‘Romaña’, ‘el Zarco’, ‘Kokoriko’, ‘Efrén’, ‘Nelson Robles’, ‘Gentil Duarte’ y ‘Albeiro Córdoba’. Ellos eran los únicos sobrevivientes de la ofensiva militar.

El Tiempo
Por muerte de ‘Mono Jojoy’ se desplaza comisión del CTI a La Macarena
Un grupo de forenses e investigadores adelanta las labores de identificación y levantamiento de las 22 bajas guerrilleras en la zona.
Por la muerte de alias ‘Mono Jojoy’, Víctor Julio Suárez, también conocido como Jorge Briceño, un grupo de efectivos del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, CTI, ya se encuentra en la serranía de La Macarena, donde se adelantó el operativo donde se produjo la baja del segundo al mando de las Farc.
Un equipo de investigadores y expertos forenses se podrá al frente de las labores de identificación y levantamiento de los cuerpos de los guerrilleros que perecieron en la operación adelantada en un sector conocido como La Escalera, en el Meta.
Al parecer, eran 22 los insurgentes que rodeaban al ‘Mono Jojoy’ en ese campamento, atacado este miércoles por unidades de la Armada Nacional, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional.
En la operación, bautizada por el presidente Juan Manuel Santos como ‘Bienvenida a las Farc’, también habría caído la compañera sentimental del jefe del Bloque Oriental de ese grupo guerrillero.
Víctor Julio Suárez, de 57 años de edad, se incorporó a la lucha armada desde 1975 y se convirtió en el segundo al mando de la organización luego de la muerte de tres de sus más importantes comandantes, como Pedro Antonio Marín, alias ‘Manuel Marulanda Vélez’ o ‘Tiro Fijo’; Edgar Devia, alias ‘Raúl Reyes’ e Iván Rios

Un golpe estratégico


ALGÚN DÍA SERÁ POSIBLE en Colombia no alegrarse por la muerte de seres humanos.
‘Mono Jojoy’ impartiendo órdenes


Pero cuando alguien ha entregado su vida a generar muerte y sevicia, como Víctor Julio Suárez Rojas, alias Mono Jojoy , el máximo líder militar de las Farc abatido esta madrugada en un bombardeo de la Fuerza Pública, es apenas natural que el país sienta alivio y regocijo como el que se expresó en todos los rincones de la patria al conocerse la noticia de su abatimiento en una muy bien planificada operación de nuestra Fuerza Pública.
Y no es solamente por las vidas que con su muerte se pueden salvar, sino además por el efecto simbólico que este gran golpe a la cabeza de las Farc puede tener de cara a un posible final de nuestro conflicto. Hace apenas una semana, la sociedad colombiana asistía perpleja a la cita del terror propuesta por las Farc, con los ataques selectivos y llenos de sevicia contra miembros de la Fuerza Pública indefensos al ser tomados por sorpresa en alejados parajes de nuestra geografía. El hecho de que tan lamentables muertes en realidad fueran más muestra de un terrorismo desesperado que de un renacer estratégico de las Farc, no impidió que voces de pesimismo sobre la fortaleza de la estrategia de seguridad del Estado se levantaran incisivas. El momento en que llega este golpe, justo después de que el presidente Santos reorganizara a las fuerzas en una cumbre estratégica en Larandia, en el Caquetá, es pues muy significativo.
Frente a golpes selectivos localizados en lugares vulnerables por parte de las Farc, inteligencia y ataques certeros a sus cabezas. Tremenda diferencia. Muy miope sería, sin embargo, considerar este operativo apenas como una respuesta a los ataques recientes. Por el contrario, lo que demuestra es un trabajo paciente de inteligencia con objetivos definidos. Y el resultado está a la vista. La Fuerza Pública ha logrado quebrar el espinazo militar de las Farc. Si la muerte de Raúl Reyes fue determinante para descifrar las redes políticas y de apoyo de las Farc en el mundo, la caída del Mono Jojoy significa el desplome de la planeación operativa del grupo subversivo. Con el gran estratega militar fuera de combate, las posibilidades de recuperación de su aparato de muerte han quedado seriamente afectadas.
Tanto más en cuanto ha caído quien tras años de persecución implacable ya comenzaba a caracterizarse como invencible. Años llevábamos pendientes de la noticia del abatimiento del Mono Jojoy y siempre debíamos conformarnos con la confirmación de que había logrado escapar al cerco de la Fuerza Pública. Confirmación que tanto nos llenaba de frustración, como a las filas de las Farc de renovado entusiasmo sobre su aparente invulnerabilidad. Hoy, la euforia nacional no es menor que las dudas que por dentro de las Farc deben tener sus militantes. Si cayó uno de los más protegidos, cualquiera puede caer.
De ahí la importancia simbólica de este golpe, que es tan importante, o quizás más incluso, que su efecto puramente militar. Si bien habrá quienes dentro de las Farc busquen radicalizar su lucha —y en ese sentido es importante no cantar victoria—, inevitable será que la reflexión sobre el poco sentido de su guerra crezca en sus filas. El resultado final de dicha reflexión es difícil de adivinar, pero lo lógico es que lleve a que entiendan que sus posibilidades están agotadas. Que lo que está al frente es su final con cuentagotas. Que se ahorrarían muchos sufrimientos si en serio plantearan su reintegración a la sociedad. Que llegó la hora de abandonar la guerra.
El Espectador

‘Romaña’ y el ‘Mono Jojoy’ abatidos por la Fuerza Pública

Durante 35 años Víctor Julio Suárez, alias el ‘Mono Jojoy’ estuvo en las filas guerrilleras sembrando el terror en toda Colombia.
‘Mono Jojoy’ creador de los campos de concentración de las Farc
De los largos 46 años de historia criminal de las Farc, Víctor Julio Suárez Rojas, alias el Mono Jojoy protagonizó 35 en las filas del grupo guerrillero; pronto se convirtió en el más sanguinario comandante militar y, como estratega de batalla, fue bajo su égida que los ataques terroristas se multiplicaron en toda Colombia y se puso en marcha la horripilante práctica de secuestrar militares, policías, civiles y dirigentes políticos como botín de guerra.
Su historia tuvo punto final el miércoles luego de una impecable operación de las Fuerzas Armadas que bombardearon el corazón de su campamento madre en La Macarena, una fortaleza de 300 metros, con túneles y estructura de concreto, su madriguera, en palabras del Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera.
Treinta aviones, 27 helicópteros y unos 600 hombres fueron necesarios para demoler el búnker del segundo hombre en importancia en las Farc después de Alfonso Cano, ubicado a 26 kilómetros del municipio de La Julia, en el Meta, una zona que durante años fue considerada inexpugnable y desde la cual despachaba el “símbolo del terror y la violencia” de la guerrilla, como refirió jubiloso el presidente Juan Manuel Santos al confirmarle la noticia al país a muy tempranas horas de la mañana, antes de entrar a la asamblea anual de Naciones Unidas en Nueva York.
Fue en el sitio conocido como La Escalera, cerca al Río Duda, en donde se produjo la histórica noticia que fue la más comentada en todo el mundo en la red social Twitter.
Bautizada como la Operación Sodoma, con la inicial “s”, por desarrollarse en el mes de septiembre -La Operación Jaque se llamó así porque ocurrió en julio-, y con una especial significación por la tradición cristiana por la referencia de Sodoma en la Biblia, las Fuerzas Armadas le propinaron el golpe más contundente al corazón de las Farc en su casi medio siglo de trasegar violento.
“Esta es la Operación Bienvenida a las Farc”, reiteró el Jefe de Estado, quien a la distancia siguió muy atento el desarrollo de la noticia y, cómo uno a uno se fueron confirmando los nombres de una veintena de guerrilleros que cayeron con el Mono Jojoy, el jefe del secretariado por el que se ofrecía una recompensa de $5.000 millones y que nació febrero de 1949 en Pasca, Cundinamarca.
Infiltrados de las Fuerzas Militares y de Policía y guerrilleros aportaron los datos clave para la ubicación del campamento matriz de Jojoy, su círculo de custodia y hombres de confianza. Información que fue corroborada desde Bogotá por agentes de inteligencia de la Policía y la Armada, cuya labor se concentró en verificar coordenadas y valorar los testimonios entregados por los delatores.
Desde hace dos meses se puso en marcha el operativo y se constató entonces que el Mono Jojoy empezó a enviar órdenes por radio y a tener comunicación constante con Alfonso Cano -quien le solicitaba ayudaba para mitigar la avanzada del Ejército en el Cañón de las Hermosas- y Carlos Antonio Lozada, integrante del estado mayor de las Farc y cerebro de la Red Urbana Antonio Nariño (Ruan).
Se descubrió que del anillo de seguridad de Jojoy fue encargado Lozada, conformado por unos 30 subversivos. Con esta milimétrica información recaudada, la cúpula militar y la Policía, en compañía del ministro Rivera, le mostraron al presidente Santos sus avances y el mandatario no dudó en darle la bendición a la Operación Sodoma que este jueves celebra el país.
En la noche del martes aviones Supertucano y Arpía sobrevolaron la zona y dieron inició a una sucesión de nueve bombardeos que fueron apoyados desde anoche y la madrugada de hoy por 200 hombres en tierra de la Séptima Brigada, Infantería de Marina y la Fuerza de Tarea Omega.
Las Farc respondieron, aún disminuidos, e impactaron dos aeronaves de las FF.MM. sin mayores consecuencias. Cinco soldados, sin embargo, resultaron heridos y el ministro Rivera lamentó la muerte de la perra antiexplosivos Sasha.
En el computador del Mono Jojoy, que ya está en poder de las autoridades, preliminarmente se hallaron archivos que revelarían la ubicación de varios campamentos guerrilleros en los que estarían cautivos los 19 militares y policía que llevan más de una década en poder de las Farc.
Así lo estableció El Espectador con fuentes de entera credibilidad que además añadieron que ya se estarían movilizando tropas hacia esos sitios para darle el golpe de gracia a la guerrilla.
También se habla con insistencia que Carlos Antonio Lozada, Alfonso López Mena, alias Efrén, jefe del frente 22, y el propio Henry Castellanos Garzón, alias Romaña, estarían en el grupo de cadáveres que siguen en proceso de identificación por el CTI de la Fiscalía.
Muy prudente el ministro de Defensa Rivera no quiso entrar en detalles sobre los informantes que permitieron el operativo histórico “para proteger a nuestros hombres”.
No obstante, trascendió que se alistan millonarias recompensas, como las entregadas en los operativos que permitieron dar de baja a Iván Ríos y Raúl Reyes, en marzo de 2008.
El general Julio Alberto González Ruiz fue definitivo a la hora de dirigir la incursión aérea de los aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea y el general Alejandro Navas, comandante del Ejército, fue vital para asegurar el terreno junto con el comandante de la Omega, general Javier Alberto Flórez, el mismo oficial que comanda la ofensiva contra Alfonso Cano.
El Espectador también supo que Arauca y Caquetá se convirtieron en sedes alternas para la planificación de esta operación y que allí mismo se procesaba información de inteligencia que fue sumándose hasta que se ordenó el ataque, previo visto bueno del presidente Santos. Todos coinciden en que la muerte de Víctor Julio Suárez, alias el Mono Jojoy o Jorge Briceño constituye un golpe cardinal en la lucha contra la guerrilla.
Para quienes hace unos pocos años creían que el secretariado era intocable, las muertes de Reyes, Ríos, Manuel Marulanda y la de Jojoy confirman el avance de las Fuerzas Militares y la decisión política de acabar su imperio criminal a como dé lugar.
Elespectador.com

"La precisión fue impecable"

Por: María del Rosario Arrázola
El general Julio Alberto González reveló las minucias de la epopeya militar que libró a Colombia del terror de ‘Jojoy’.
Julio Alberto González
Foto: Gabriel Aponte
En su oficina en Bogotá, el general González dialogó con El Espectador sobre la forma en que cayó abatido el jefe militar de las Farc, gracias al bombardeo de un avión Supertucano como el de la imagen.
Desde sus tiempos como cadete en la Escuela de Aviación de Cali, hace ya unos largos 37 años, demostraba una serenidad pasmosa en momentos difíciles. La heredó de su padre, también oficial de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) en tiempos en que las Farc apenas se gestaban, hace cuatro décadas y media, y lo demostró en esta semana histórica para las Fuerzas Armadas. En su calidad de comandante de la FAC, el general Julio Alberto González tomó las riendas de buena parte de la ‘Operación Sodoma’ que borró de un tajo al jefe subversivo que encarnaba la máquina de guerra de la guerrilla más antigua del mundo: el Mono Jojoy.
La precisión de los bombardeos de sus aeronaves precipitaron el cerco, la sorpresa y, después, la noticia que le dio la vuelta al mundo. No es la primera vez que participa en una operación de semejante envergadura. En 1990 fue uno de los protagonistas del histórico ataque a Casa Verde, la retaguardia de siempre de las Farc, allí donde el secretariado despachaba a sus anchas. Muy sonriente el general González recibió a El Espectador para ampliar los detalles de la epopeya militar que le puso punto final a 35 años de historia criminal del más sanguinario de los guerrilleros en 46 años de conflicto armado.
General González, ¿cómo se planeó la ‘Operación Sodoma’?
Me enteré con horas de anticipación. El martes pasado debía asistir a Arauca a una reunión de comandantes de fuerzas y cuando estaba subiendo al avión recibí una llamada del almirante Édgar Cely, comandante de las Fuerzas Militares. Me ordenó que me dirigiera de inmediato al Comando de Operaciones Especiales y allá estaba el comandante del Ejército, general Alejandro Navas. Iniciamos la reunión muy temprano. El almirante Cely me dijo que tenían información de altísimo valor sobre la ubicación de un campamento en donde estaba el Mono Jojoy. Luego me preguntó cómo planear la operación para que nada fallara. Entonces me mostraron un mapa hecho con informaciones de inteligencia.
¿Cuál fue el paso siguiente?
Nos regimos por el protocolo establecido, que nos obliga a verificar que no haya comunidades indígenas en el área, ni civiles cerca de la zona, ni secuestrados. ¿Usted se imagina atacar un blanco así y darnos cuenta de que había un grupo de secuestrados? Sería devastador. De la misma forma, nos reunimos con el equipo jurídico de la Fuerza Aérea, profesionales especializados en operaciones aéreas, conflictos armados, Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Este equipo de abogados está siempre al lado nuestro para evitar que se nos pase algún detalle que luego lamentemos. Por eso estos operativos son impecables y nos cuidamos mucho de que no haya daños colaterales.
¿Tienen tiempo para reunirse con abogados, pilotos, generales y, además, dirigir semejante operativo?
Sí. Nos toca hacerlo. Este operativo fue especialmente rápido y había que tomar decisiones inmediatas, pero como esta cúpula tiene tanta experiencia ya sabíamos cómo cumplir con los protocolos y lograr que la ‘Operación Sodoma’ fuera exitosa.
El papel suyo como cabeza de la Fuerza Aérea fue definitivo. ¿En qué momento supo qué aeronaves iban a participar, cómo se hizo esa escogencia? ¿Lo decidió usted solo o lo consultó con el Estado Mayor? 
Todas son decisiones que se van comentando, pero luego de revisar el mapa y de ver la información de inteligencia que se tenía designé helicópteros medicalizados para transportar al personal herido en caso de que algunos de nuestros hombres resultaran afectados, aviones de inteligencia, de apoyo, de escolta y de ataque aéreo.
¿Usted también escogió a la tripulación?
No. De eso no me entero. Simplemente llamé a las bases aéreas donde estaban los Tucanos y los Arpías que íbamos a utilizar y los comandantes de esas unidades son los encargados de seleccionar al personal. Esta operación demostró que escogimos a los mejores. La precisión fue impecable. Después de eso, no me acuerdo cuántas horas habían pasado, procedimos a ubicar los sitios donde se desplazarían las aeronaves. Tenían que ser sitios que quedaran relativamente cerca del campamento, pero ubicados de tal forma que no fueran descubiertos. No había tiempo para equivocarnos.
¿Desde su oficina en Bogotá dirigió el ataque aéreo?
Pues así tocaba hacerlo. Por eso le digo que la experiencia en esto fue fundamental. Todos los generales que estuvimos al frente tenemos la experiencia suficiente para poner en marcha un operativo de esta magnitud. Por supuesto que hay que resaltar que sin la información suministrada por las inteligencias de todas las fuerzas hubiera sido imposible lograr este éxito. La información era precisa. Pero no sólo yo dirigí a mis hombres. También lo hicieron los generales Navas, del Ejército, Óscar Naranjo, de la Policía, el vicealmirante Echandía, de la Armada, y el Almirante Cely. Nos encerramos desde el martes hasta el jueves en el Comando de Operaciones Especiales y monitoreamos cada paso, cada movimiento de las tropas en tierra y de los aviones y helicópteros que estaban bajo mi mando. Sólo íbamos a nuestras residencias a cambiarnos de ropa, pero duramos sin dormir más de 48 horas, encerrados en esa oficina, mirando monitores, revisando coordenadas, intercambiando información. Estoy seguro de que la coordinación entre las fuerzas fue definitiva.
¿A qué horas falleció ‘Jojoy’? ¿Durante el bombardeo o después de los combates? 
Sólo lo confirmamos cuando las tropas entraron al campamento. Lo primero que hicimos fue lanzar las bombas inteligentes o convencionales, como estaba previsto, y realizamos ametrallamientos, tal y como se ve en el video grabado desde uno de nuestros aviones. Todo con el propósito de despejar el área lo suficiente para que entraran las tropas en tierra. Ellos fueron quienes se dieron cuenta de la muerte de Jojoy y fueron los encargados de avisarnos. No tengo la hora exacta de su muerte. Eso lo determinará Medicina Legal. Tampoco le puedo decir si fue por causa de una bomba.
¿Temió equivocarse o dar un paso en falso en el operativo?
Sólo pensaba en que no podíamos equivocarnos, pero jamás perdí la serenidad.
¿Es la primera vez que participa en un operativo de esta magnitud?
De esta trascendencia, no, pero en 1990 participé en otro que, creo, cambió la historia de la confrontación y le dio un vuelco definitivo a la guerra contra las guerrillas: el ataque a Casa Verde. Estaba en Barranquilla dirigiendo operaciones contra el narcotráfico, que entonces era muy fuerte en el Caribe, y mi misión allá era ubicar las naves que transportaban droga. Recibí una amenaza muy grave y me tocó salir del país. Me fui a Estados Unidos. A los pocos días de estar allá me enteré de que el atentado que me tenían preparado se lo hicieron a mi señora sobre la Avenida Circunvalar de Barranquilla. Jamás supe quién fue. En todo caso, me ordenan desde Bogotá que debía regresar y participar en el ataque a Casa Verde, sede de las Farc. Nadie creía que eso se podía hacer y lo hicimos. Ese día estuve al frente de un A-37. Cuando llegamos los guerrilleros ya habían escapado. En esa época estaban allí Tirofijo y Jacobo Arenas. 
¿El ‘Mono Jojoy’ no andaba por esos lados?
No, no creo.
¿Usted conocía esa zona antes? Es que es una región de difícil acceso y aunque se tenga experiencia se requiere conocimiento y mucha pericia...
Es de muy difícil acceso. Por eso le digo que la información suministrada por la inteligencia fue definitiva. Pero sí había estado en la base aérea de Apiay durante tres veces en mi carrera.
¿Cuántas bombas fueron utilizadas?
No tengo la cifra exacta, pero entre 30 y 40 bombas. Son armas convencionales y fabricadas por la Industria Militar colombiana. 
¿Vienen más operativos?
Para eso estamos.
 

Tanja, la guerrillera holandesa en las FARC

Carlos A. Lucas | 25/9/2010 
Tanja NijmeijerFoto: Tanja Nijmeijer
El periódico holandés NRC Next, basándose en altos cargos militares colombianos y desertores de las FARC, ha publicado que Tanja Nijmeijer (32), la guerrillera holandesa de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), no ha sido muerta en el reciente operativo donde fuerzas coordinadas del gobierno colombiano, la CIA y agencias supranacionales de EEUU, dieron muerte a uno de los más emblemáticos comandantes de las FARC, el mono Jojoy (Víctor Julio Suárez).
La guerrillera holandesa supuestamente se desempeñaba como asistente personal del jefe de las FARC, dedicada a traducciones, computación, comunicaciones y a tareas de indoctrinamiento de las tropas. Ella estudió filología hispánica y en 2002 llegó a Colombia, pero agitada por las crueles injusticias sociales que percibió, decidió unirse a la lucha armada de las FARC.
En 2007, después de un operativo del ejército contra un campamento de las FARC, fue localizado un diario de Tanja, donde expone sus motivaciones y dudas sobre la luchas de las FARC, los secuestros y los ataques a poblaciones civiles. De esa manera, se hizo público su involucramiento y surgieron las preocupaciones sobre su vida, dadas posibles represalias de las FARC por estas críticas y la misma pérdida del diario.
En mayo del corriente, se difundió en Holanda un documental llamado “Más cerca de Tanja”, donde aparece el "productor holandés Leo de Boer de la cadena IKON, buscando a la guerrillera en las selvas colombianas, acompañado de la madre, Hannie Nijmeijer y de la hermana mayor de Tanja". El mensaje es que supuestamente Tanja estaba lista para  abandonar la guerrilla.
Sus padres han lanzado, desde 2007, dramáticos mensajes llamando a tener pruebas de vida de su hija, especialmente por Radio Netherlands.
El viernes 24 de septiembre del corriente, el presidente de Colombia, José Manuel Santos, junto con el de EEUU, Barak Obama, se dieron de manos y felicitaron mutuamente en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, por la muerte de Jojoy. Todavía continúan los combates y las persecuciones en las áreas cercanas a la Serranía de La Macarena, en la provincia del Meta, centro de Colombia.

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