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lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Brasil aloja a las FARC? por Maximiliano Sbarbi Osuna | 20.09.10



Brasil aloja a las FARC?

     por Maximiliano Sbarbi Osuna | 20.09.10

Investigaciones policiales permitieron descubrir la presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio brasileño. Los archivos desclasificados del número dos de las FARC, Raúl Reyes confirmarían esta hipótesis, como también las acusaciones del candidato presidencial opositor brasileño José Serra. ¿Existe una complicidad entre Lula y la guerrilla colombiana? ¿Brasil apoya a la insurgencia armada contra Bogotá o es sólo un caso de corrupción que admite que algunos colombianos se ocupen del narcotráfico?




Imagen de ¿Brasil aloja a las FARC?




Luego del bombardeo del ejército colombiano sobre un campamento de las FARC en Ecuador en 2008, la evidencia de que la guerrilla actúa en Brasil comenzó a salir a la luz - AP
La presencia de la guerrilla más importante de Colombia en países vecinos no es una novedad, sin embargo Bogotá se ha encargado, en los últimos años, de acusar especialmente a Venezuela y a Ecuador de tolerar la presencia de líderes y bases del grupo armado. Pero, ¿por qué el ejecutivo colombiano evita referirse públicamente a la presencia de las FARC en Brasil?

Desde la llegada de Lula da Silva al poder en Brasil, el gobierno colombiano del ex presidente Álvaro Uribe evadió lanzar acusaciones similares a las realizadas contra Quito y Caracas. Pero, luego del bombardeo del ejército colombiano sobre un campamento de las FARC en Ecuador en 2008, la evidencia de que la guerrilla actúa en Brasil comenzó a salir a la luz.

ORIGEN DE LAS ACTIVIDADES EN BRASIL

El primer indicio de la presencia de líderes de la guerrilla en Brasil se remonta a 1997, cuando el “Cura Camilo” visitaba esporádicamente Brasilia como delegado de la guerrilla en medio del proceso de paz promovido por el gobierno colombiano.

Pero luego de la ruptura de los diálogos en 2002, el Cura Camilo volvió a Brasil y de acuerdo con varios medios colombianos, tuvo influencia en algunos ministros del gobierno de Lula.

Las presiones de Colombia consiguieron que Brasil encarcelara a Camilo en 2005, pero negó su extradición a Bogotá.

Luego, la captura de la computadora de Raúl Reyes, el número dos de las FARC muerto en el ataque a Ecuador en marzo de 2008, permitió al gobierno de Uribe y a su ministro de Defensa, el actual presidente, Juan Manuel Santos, acentuar sus acusaciones contra los países vecinos. Bogotá pasó del mutismo absoluto sobre las incursiones de las FARC en Brasil, a realizar tibias críticas.

Aparentemente, de acuerdo con la desclasificación de los correos electrónicos de Reyes, habría relaciones entre miembros de las FARC asentados en Colombia con altos funcionarios brasileños, que serían cómplices del tráfico de drogas en Brasil.

La confiscación de los archivos de Reyes por parte de Colombia impide conocer la realidad de los nexos de la guerrilla con importantes ministros brasileños, ya que los e-mails encontrados podrían haber sido manipulados por la inteligencia colombiana.

Pero, sea cierta o no esta relación, Uribe evitó irritar a Lula, porque ya en 2008 a Colombia le quedaban pocos aliados en la región, además el apoyo del gigante brasileño es fundamental.

En tanto, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, acusado por Uribe de tolerar a las FARC en su territorio, mencionó que así como la guerrilla tenía bases en Ecuador, también podría tenerlas en Brasil, con lo que la presencia insurgente en este país comenzaba a ser conocida públicamente.


EL NEXO BRASIL-FARC 2010

Al ser este un año electoral en Brasil, el candidato opositor José Serra, volvió a poner sobre el tapete el supuesto vínculo entre el gobierno de Brasil y la guerrilla colombiana.

Percibiendo su descenso en las encuestas, Serra no dudó en acusar directamente al oficialismo: “el PT (Partido de los Trabajadores) está vinculado a las FARC y al narcotráfico”, manifestó el candidato.

Paralelamente, el diario O Estado de Sao Paulo publicó en junio una investigación realizada por la Policía Federal, en la cuál habría evidencias de la presencia permanente de bases de las FARC en Brasil.

El diario narra cómo es el accionar de la guerrilla, luego de la captura de un colombiano - José Samuel Sánchez -, que supuestamente pertenece a las FARC: “El colombiano es acusado de comandar una importante red de narcotráfico, que usaba los ríos amazónicos para transportar hasta Manaos cargamentos de cocaína producida en la selva colombiana por las FARC. De la capital del Amazonas, la droga era distribuida a otros Estados brasileños o se enviaba a Europa”.

En tanto, un desertor de la guerrilla apodado “Carlos”, que se adhirió al programa de desmovilización, habría confesado que trabajaba para las FARC en Brasil. La droga sería canjeada con narcotraficantes de San Pablo y Río de Janeiro por insumos para procesar la cocaína y por armas, con pleno conocimiento de importantes autoridades brasileñas, según informó la policía colombiana a los medios.

Por otro lado, a comienzos de este mes el presidente Santos solicitó al gobierno de Lula que calificara a las FARC de “terroristas”, sin embargo consideró el problema con la guerrilla como un “tema interno” de Colombia, luego de que la candidata oficialista Dilma Rousseff hubiese manifestado su voluntad de mediar en el conflicto.

Serra le prometió personalmente a Santos que declararía terroristas a las FARC si llegase a ser presidente. En cambio, Lula y Rousseff se niegan a hacerlo.

¿BRASIL ALOJA A LAS FARC?

Tanto las investigaciones policiales como las acusaciones de Serra califican al brazo de la guerrilla presente en Brasil, no como un grupo armado insurgente, sino como una organización dedicada al narcotráfico, con el que financian sus actividades en Colombia.

Precisamente, este es el motivo por el cuál las FARC tienen miembros asentados en Brasil. Si Colombia acusase formalmente a Brasilia de permitir a los guerrilleros utilizar su territorio como base de operaciones para el narcotráfico, el gobierno de Lula, se vería seriamente afectado, dado que ya ha sido golpeado por múltiples escándalos de corrupción desde 2003.

La difusa frontera selvática entre Brasil y Colombia permitió que varios guerrilleros cruzaran del lado brasileño, principalmente ante el embate armado de Uribe contra las FARC.

Por un lado, Brasil no toleraría a un grupo insurgente armado, ni una base militar de las FARC, por eso desplegó 25 mil soldados en la frontera con Colombia. Pero, aparentemente habría permitido la presencia de guerrilleros, los cuáles tendrían relaciones comerciales ilícitas con algunos funcionarios.

Por otro lado, Colombia no ve como una amenaza militar los asentamientos de las FARC en Brasil, por eso evita perder el apoyo brasileño lanzando una acusación contra Lula.

La campaña electoral destapó nuevamente el tema, pero aparentemente los nexos se limitarían al tráfico de drogas, constituyendo un problema de delincuencia común organizada y no un apoyo militar a una guerrilla que intenta tomar el poder en Colombia.

Las acusaciones son graves, pero no alcanzan una importancia tal como para que Colombia se arriesgue a desaprovechar a un importante aliado en la región.

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