Columna

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Rolando Breña, secretario general del Partido Comunista Patria Roja, acaba de declarar que “el triunfo de Susana Villarán abre la posibilidad de unir a todos los sectores de izquierda y forjar una alternativa antineoliberal para las elecciones de 2011”. Breña, con quien hemos conversado durante horas y en numerosas ocasiones cuando era senador, es una persona inteligente y honesta. Pese a ello, no puede evitar esos clichés tan gratos a los marxistas, en su mayoría –no es el caso de Breña– obtusos en materia económica.
Si el “neoliberalismo” es malo, eso significa que la “alternativa antineoliberal” debe ser el “socialismo del siglo XXI”. Cabe entonces preguntarse si están mejor los pobres ahora con Hugo Chávez que bajo los gobiernos “neoliberales” que le antecedieron.
Juan Carlos Hidalgo, coordinador para Proyectos de América Latina del Cato Institute, abordó tiempo atrás el tema, en un artículo en el que recomienda la lectura de un ensayo de Francisco Rodríguez, economista en jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela del 2000 al 2004 (durante los primeros cinco años del gobierno de Chávez), aparecido en la revista Foreign Affairs.
Rodríguez es contundente: “La hipótesis de que ‘Chávez es bueno para los pobres’ es inconsistente con los hechos”. Y ofrece estadísticas oficiales para ifoto:col.jpg
respaldar lo dicho:
1- El Coeficiente de Gini –que mide la desigualdad social– pasó de 0,44 a 0,48. Es decir, bajo Chávez la disparidad entre ricos y pobres ha aumentado significativamente.
2- El porcentaje de bebés con bajo peso aumentó de 8,4% a 9,1%.
3- El porcentaje de familias sin acceso a agua potable pasó de 7,2% a 9,4%.
4- El porcentaje de familias viviendo en tugurios se triplicó del 2,5% al 6,8% de la población.
5- El promedio del presupuesto estatal dedicado a salud, educación y vivienda bajo Chávez es del 25,1%, igual al 25,0% en la década anterior “neoliberal”. Es decir, no ha habido un aumento del “gasto social” durante la “revolución bolivariana”.
La realidad, como anota el escritor sueco Johan Norberg, es que gracias al “modelo neoliberal” que tanto disgusta a don Rolando Breña y a la progresía en general, el número de pobres absolutos (gente que gana menos de US$1 al día) se ha visto reducido, de acuerdo con el Banco Mundial, en más de 400 millones en las últimas dos décadas.
Otros indicadores de calidad de vida de la ONU y el Banco Mundial apuntan en la dirección de que la humanidad no ha visto jamás un incremento tan drástico en las condiciones de vida como los que hemos visto en las últimas décadas. El mayor progreso se produce en los países globalizados, donde los mercados se han abierto y son bienvenidas las inversiones extranjeras.
Un reciente informe del Banco Mundial concluye que 24 países en vías de desarrollo con una población total de 3.000 millones se están integrando más que nunca en la economía global. Asimismo, su crecimiento per cápita se ha incrementado de 1% en los 60 a 5% a finales de los 90. Al ritmo actual, el ciudadano medio de estos países en desarrollo verá doblados sus ingresos en menos de 15 años.
Hay algo que se está haciendo correctamente y no es el “socialismo del siglo XXI”. Vale la pena repetir las palabras del ex Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan: “Los principales perdedores en el muy desigual mundo de hoy en día no son aquellos que están muy expuestos a la globalización. Son aquellos que han quedado excluidos”
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