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lunes, 25 de octubre de 2010

El Soldado

El Soldado

Esta historia fue contada por un soldado
que pudo regresar a casa después de la guerra,
le habló a sus padres desde San Francisco:
“Mamá, Papá.
Voy de regreso a casa,
pero les tengo que pedir un favor.
Traigo a un amigo que me gustaría
que se quedara con nosotros.”
“¡Claro!” Le contestaron sus padres emocionados,
“Tráelos nos encantaría conocerlo.”
“Pero hay algo que deben de saber  
“Él fue herido en la guerra.
Pisó en una mina de tierra
y perdió un brazo y una pierna,
él no tiene a donde ir,
y quiero que él se venga a vivir
con nosotros a casa.”
“Caray  hijo.
A lo mejor podemos encontrar un lugar
en donde él se pueda quedar.”
“No, Mamá y Papá,
yo quiero que él viva con nosotros.”
“Hijo…” 
“Tú no sabes lo que estás pidiendo.
Alguien que esté tan limitado físicamente
puede ser un gran peso para nosotros.
Nosotros tenemos nuestras propias vidas
y no podemos dejar que algo como esto
interfiera con nosotros.
Yo pienso que tú deberías de regresar a casa
y olvidarte de esta persona.
Ya encontrará él una manera
en la que pueda sobrevivir él solo.”
En ese momento el hijo colgó la bocina del teléfono.
Los padres ya no volvieron a escuchar de él.
Unos cuantos días después,
recibieron una llamada telefónica
de la policía de San Francisco.
Su hijo había muerto después
de que se había caído de un edificio.
Fue lo único que les dijeron.
La policía creía que era un suicidio.
Los padres destrozados por la noticia
volaron a San Francisco
y fueron inmediatamente
llevados a la morgue de la ciudad
para que identificaran a su hijo.
Ellos lo reconocieron,
efectivamente era su hijo,
para su horror,
ellos descubrieron algo que no sabían,
su hijo tan sólo tenía un brazo y una pierna.
Los padres de esta historia
son como muchos de nosotros.
Encontramos fácil amar a personas
que están completas
y que tienen beneficios económicos
pero no nos gusta la gente
que nos hace sentir alguna inconveniencia
o que nos hace sentir incómodos.
Preferimos estar alejados de personas
que no son muy saludables,
hermosas o inteligentes
como lo somos nosotros.
Afortunadamente,
hay una persona que no nos trata de esa manera.
Alguien que nos ama con un gran amor,
que siempre nos recibe en su familia,
no importa qué tan destrozados estemos,
física o mentalmente.

De la web
Octubre - 2010

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