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sábado, 27 de noviembre de 2010

El abrazo del oso

OPINIÓN | Sáb. 27 nov '10
Autor: Fritz Du Bois
Sería ingenuo de nuestra parte exigirle al Gobierno que se mantenga totalmente al margen del próximo proceso electoral. En realidad, en todo el mundo los gobiernos participan en las elecciones a favor de sus candidatos, basta ver el reciente caso de Lula, aunque, inevitablemente, los gobernantes que intervienen siempre son cuestionados.

Sin embargo, consideramos que es importante guardar ciertas formas y también un mínimo de neutralidad. Por una parte, el canciller y el presidente tienen todo el derecho de apoyar a Luis Castañeda y harían bien en decirlo abiertamente. Pero, por otro lado, lo que no deberían hacer es utilizar la Orden del Sol para promocionarlo.

Más aun, si el Gobierno consideraba que se justificaba el condecorarlo por su labor como burgomaestre, entonces lo correcto era esperar a que concluyera el período electoral antes de anunciarlo. Al final de cuentas, Castañeda renunció voluntariamente tres meses antes de cumplir su mandato como alcalde para poder postular a la Presidencia, por lo que esperar un período de tiempo similar para ser condecorado no parece ser, en modo alguno, un planteamiento mezquino o exagerado.

Incluso, es correcto darle una llamada de atención al Gobierno por este hecho, cuando la campaña recién se está iniciando, lo cual debería frenarlos, no vaya a ser que se repitan con frecuencia este tipo de cuestionados incidentes durante un proceso electoral que ya viene con todos los vistos de que será bastante cargado.

En realidad, tomando en cuenta la agresividad con la que ha empezado la campaña, lo adecuado sería que el Gobierno trate de enfriar el ambiente y tranquilizar la situación. Lo último que necesitamos es que en lugar de calmar los ánimos, la actitud gubernamental termine acalorándolos y convierta al proceso electoral en un elemento desestabilizador de la inversión o generando innecesario temor.

Por otro lado, considerando la poca fortuna que han tenido los candidatos a los cuales el presidente ha apoyado, sería prudente para el propio Castañeda guardar la mayor distancia posible del mandatario. Menos aún ser visto como su candidato favorito, ya que es muy probable que el ocupar esa posición no le traiga buenos resultados, sino todo lo contrario. Posiblemente consciente de ello es que se está aliando con quien le arrebató el sólido norte al Apra, alianza que no será bien vista por los demás compañeros

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