Editorial) Ciudadanos exigen seguridad

Viernes 24 de diciembre de 2010 - 07:03 am

Las fiestas navideñas y de fin de año se caracterizan no solo por un incremento casi frenético de compras de regalos, sino también por el recrudecimiento del insano clima de violencia criminal, desconfianza e indefensión que venimos soportando los peruanos en los últimos años. De allí la importancia de las campañas de prevención y seguridad focalizadas sobre todo en bancos, zonas residenciales y centros comerciales, donde aumentan de modo alarmante los robos, secuestros y otras fechorías.

Este problema, sin embargo, es tan grave como crónico y exige ser abordado seria y urgentemente por las nuevas autoridades edilicias y regionales, así como por los candidatos presidenciales que pretenden tomar las riendas del país.

Como lo revelan varias encuestadoras, la mayoría de ciudadanos reclama del Gobierno Central una política integral y firme de seguridad ciudadana, que combata los robos en domicilios, las bandas de ‘marcas’, los secuestros, el pandillaje y también la corrupción policial.

En el caso de Lima, como ya se ha adelantado, hace pocas semanas se discutió el tema al más alto nivel, pero todavía seguimos sin conocer un plan específico de seguridad, que debe convocar no solo al ministro del Interior, sino también a la nueva alcaldesa, a la ministra de Justicia (a cargo del INPE y de las cárceles, desde donde operan algunas bandas) y a las más altas autoridades del Poder Judicial y de la Fiscalía de la Nación, responsables del juzgamiento y la sanción.

El Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana tiene que ser relanzado, en tanto que la experiencia de los ronderos, brigadas barriales y de los serenazgos debe ser evaluada para dar mayores facultades a los concejos, al menos en el control del tránsito.

La ciudadanía no soporta más el grado superlativo de indefensión, que afecta la tranquilidad, el orden interno, la vida y cualquier proyecto de país desarrollado. ¿Quién invertiría en una nación plagada de robos, secuestros y asaltos a plena luz del día? ¿Cuántos turistas dejaremos de recibir por la imagen de país inseguro y violento que aún perdura?

En este sombrío escenario, los ciudadanos reclaman de los nuevos alcaldes y de los candidatos presidenciales un pronunciamiento claro y preciso sobre lo que debe ser la política del Estado para erradicar el grave problema de la inseguridad.