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domingo, 12 de diciembre de 2010

Sumas que restan Autor: Fritz Du Bois

Un proceso de acercamiento entre grupos políticos tratando de lograr objetivos comunes no es un ejercicio que debería ser percibido como negativo. Más bien es todo lo contrario, ya que justamente en la búsqueda de consensos amplios es donde reside el secreto de los gobiernos que han tenido éxito y que han sido apoyados por sus electorados.

Es claro que los tiempos de los compartimientos dogmáticos hace buen rato desaparecieron en el mundo moderno. Lamentablemente, en nuestro país muchos se han quedado mentalmente estancados.

En todo caso, por más que se les ha llamado un pan con mango o que conforman un sancochado, el hecho real es que uno puede claramente ver puntos de consenso entre los grupos de la Alianza para el Gran Cambio. Ninguno de ellos es liberal pero todos apoyan el desarrollo de la economía de mercado. Asimismo, nadie es abiertamente intervencionista pero todos están a favor de una mayor participación estatal en lo social. Por lo menos para un mandato tendrían suficientes coincidencias como para que esa eventual coalición pueda gobernar.

Igual ocurre entre Renovación y los fujimoristas. Ambos tienen una línea similar en materia económica, aunque en lo social Rafael Rey es mucho más conservador que un grupo que representa al gobierno que correctamente introdujo en las políticas públicas de salud el control de la natalidad. Nuevamente, como en el caso anterior, es probable que las diferencias no salgan a flote inicialmente así que no deberían de ser un obstáculo para gobernar.

Lo que sí es de muy difícil explicación es la alianza electoral alrededor de Fuerza Social.
Están los oportunistas detrás de los Fonavistas, están los dinosaurios de una izquierda dogmática camino a la extinción, está un movimiento antiminero que parece monotemático y está el sindicato de maestros que destruyó la educación estatal durante 35 años. No parece existir ningún punto en común excepto la ambición de llegar al poder, por lo que es una unión exclusivamente electoral que no podría durar en caso de que gane la elección.

Incluso es extraño que esa alianza se haya conformado, ya que durante la campaña municipal Fuerza Social se la pasó tratando de explicar los motivos por los cuales se había aliado tanto con Patria Roja como con Tierra y Libertad. Más aun, como no lograban convencer de la conveniencia matrimonial, al final trataron de minimizar el daño que les estaba causando, escondiendo a sus aliados hasta después del proceso electoral.

Sin embargo, ahora, solo dos meses más tarde, vuelven a repetir la equivocación; quién los entiende. Creo que el sancochado en este caso parece estar más bien en la mente de algunos de los involucrados detrás de este verdadero pan con mango.

Por otro lado, tanto Humala como Castañeda jugaron mal sus cartas y se quedaron en solitario, pese a que el último de los nombrados está invitando a la esposa de uno de los líderes de la Alianza por el Gran Cambio, de quien se viene pública y agresivamente divorciando.

Finalmente, está Toledo, quien está actualmente liderando su propia alianza, a la que ha atraído a AP, agrupación que todavía vive de la imagen de Belaunde; aunque ello ya no se traduce en mayor apoyo de la población, de cualquier manera bien podría aportar a una coalición. Así que en esta elección hay alianzas que hacen sentido, así como hay sumas que terminan restando y dando un negativo resultado.

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