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jueves, 6 de enero de 2011

Del Castillo, hora cero

 
Jorge del Castillo se ha convertido en la manzana (podrida) de la discordia. Su afán autoritario de encabezar la lista de candidatos del APRA alCongreso ha suscitado disgusto deMercedes Aráoz, la candidata presidencial; discrepancias en el aprismo y la invocación de Armando Villanueva, el último líder histórico del partido, para que se retire de la contienda.

Villanueva, que a pesar de altibajos en su salud, conserva peso político en el APRA, pidió ayer, después de conversar con Mercedes Aráoz, que Del Castillo dé un paso al costado. “Aráoz es la candidata del pueblo, es la candidata unitaria”, declaró.

Con ello confirmaba lo que la señora Aráoz había manifestado minutos antes: que Villanueva le había dado su apoyo absoluto.

Todos los indicios conducen a confirmar la idea de que a la candidata le repugna llevar como portaestandarte parlamentario al desacreditado personaje que timoneó la corrupción revelada por los petroaudios. Además, cabe suponer que ella se percató, cuando fue ministra de Economía, de hasta qué punto el entonces presidente del Consejo de Ministros actuaba de lobista a favor de intereses turbios.

Creíble resulta la información, desplegada por diversos órganos de prensa, de que ella había amenazado en los días recientes con renunciar a la candidatura si Del Castillo insistía en su pretensión. Se sabe que ella prefiere que en el puesto preferencial de las candidaturas al Congreso vaya un independiente o un aprista que no esté quemado por delitos de corrupción.

Hace quince días, el 21 de diciembre, lancé en esta columna la hipótesis de una renuncia de Aráoz a la candidatura. Escribí en esa ocasión: “A pesar del auspicio oficial, la señora Aráoz no sube del cinco por ciento de intención de voto. El enorme peso de la corrupción gubernamental atenta contra su candidatura… En vista de tan baja aceptación, no se puede excluir la posibilidad de que Aráoz decida retirarse de la contienda”. Fue entonces una puesta audaz.

Que Del Castillo es el lastre, el peso muerto, en las candidaturas del APRA, es opinión generalizada. Hasta Alan García llegó a compartirla, en un desayuno en Palacio. “Por culpa de Del Castillo le pusieron cartel de corrupto al gobierno”, dijo el primer mandatario, según refirió Gustavo Gorriti en la edición de Caretas del jueves 4 de noviembre último. García dejó constancia, sin embargo, de su gratitud a Del Castillo por haber sido su abogado eficaz en otra época.

García tuvo en esa cita una frase cruel sobre Javier Velásquez Quesquén: “Ha sido presidente del Consejo de Ministros, pero es de esas personas que entra a una sala, y nadie se da cuenta de que está”.

Ahora todo el mundo se da cuenta de que el APRA y sus candidatos, por culpa de Del Castillo y su cúpula, no convocan el voto.

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