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viernes, 7 de enero de 2011

Guerra sucia

OPINIÓN | Vie. 07 ene '11
Autor: Fritz Du Bois
Al igual que existen tendencias de colores para una época predeterminada, los políticos también adoptan modas por temporada. Sin embargo, lo hacen con más ligereza que la que demuestra el locutor de una estación de radio al proclamar cuál sería la canción del verano.

Así tenemos que, desde la campaña municipal, la frase más trillada de la política peruana ha sido 'guerra sucia’, detrás de la cual se han escudado todos aquellos que no han querido responder alguna denuncia o, incluso, una simple pregunta. En realidad, no es sino una nueva variación de la tradicional teoría política del 'miente… miente que al final algo quedará y la gente al menos creerá que es una media verdad’.

Ahora, luego del destape efectuado por este diario sobre los ofrecimientos de dinero que habría realizado la señora Acuña a más de una agrupación política, para ser incluida en su plancha o lista, nuevamente los políticos involucrados, así como los medios que están de su lado, lo están utilizando para evadir la respuesta acerca de este nuevo escándalo.

Creo, por ello, que es importante reiterar el interés público detrás de este caso. Para nosotros, no existe duda alguna que pagar para ser incluida en una plancha presidencial es altamente inmoral y probablemente también sea ilegal.

Más aun, en un país donde los narcotraficantes mueven miles de millones anuales y están al acecho de poder comprar, a cualquier precio, influencia política. Entonces, la transparencia con la que se registren los aportes de campaña es fundamental.

Sin embargo, este no es el caso en esta ocasión, ya que ha quedado confirmado que sí hubo un aporte, pero nadie ha aclarado el monto involucrado ni en qué cuenta quedó depositado. Uno tiene la impresión que les llega el dinero en bolsas y nadie lo tiene registrado. Suponemos que cuando los políticos son elegidos les pasan la factura, quien sabe de qué forma, por lo aportado.

Incluso, la señora Acuña hasta ahora no aclara por qué tiene interés de ser elegida. No ha expresado la más mínima idea política y no parece contar con una agenda programática o ideología. Tampoco debe de estar detrás de un salario en el Estado, sería un pésimo negocio gastar un millón de soles para recuperar en sueldos la décima parte al cabo de 5 años. Simplemente, quiere llegar al poder, no importa con quién, y vaya uno a saber para qué. Si ese no es un tema de interés público, ¿cuál lo sería?

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