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sábado, 19 de febrero de 2011

Gresca en la puerta de la embajada

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Por Mirko Lauer.
La idea de que Alejandro Toledo acudió a pedir ayuda a la embajada de los EEUU para frenar el avance de Ollanta Humala en el 2005 suena algo extraña. Puede ser que en algún momento no le faltaran ganas. ¿Pero cuál habría sido un pedido concreto? ¿Eliminar al candidato? ¿Un comunicado fuerte desde Washington? ¿Un anticucho adobado por la CIA?
Si la cosa era parar a Humala a como diera lugar, el presidente Toledo estaba mejor ubicado que la embajada de los EEUU. Que sepamos no movió un dedo en esa campaña, en la que ni siquiera tuvo candidato propio, ni declaraciones en defensa del sistema que, se decía, amenazaba Humala. Pero quizás le gustaba moverse por lo bajo.
Humala ha demostrado ser hipersensible en lo de una conspiración o fraude en su contra. Interpretó la frase de Alan García sobre decidir quién no ganaría como un anuncio de fraude en su contra. Muchas encuestadoras le parecen fraudulentas, y ahora ha encontrado elementos de una conspiración en su contra entre los wikileaks.
No es descartable que en 2005-2006 muchos habrían trasgredido las normas para impedir el triunfo de quien era visto como un clon del chavismo en el Perú. Pero esto es algo que no basta sospechar, sino que se tiene que demostrar. Los márgenes electorales y el clima de aquella segunda vuelta cuestionan la idea.
¿Qué significaría una demostración de que Toledo pidió ayuda en el sentido que señala Humala? No mucho. Mostraría un Toledo asustado y cercano a los EEUU, pero eso ya lo sabíamos. También revelaría a Toledo como un mandatario preocupado por la marcha futura del modelo socioeconómico, algo que tampoco sorprendería a nadie.
Lo único disponible para Humala en este tema es un mayor acceso a algunas primeras planas y horarios estelares. Polemizar con el puntero siempre saca manteca en una campaña, aunque no está claro si el papel de víctima del imperialismo genera votos. Quizás Humala ya se ha presentado como víctima electoral demasiadas veces.
Ayudaría mucho a Humala poder presentar los físicos wikileaks con las palabras de Toledo, algo que no parece disponible por el momento. La embajadora de los EEUU no corrobora la versión, de modo que el escándalo mediático tiene patas verdaderamente cortas. Hoy por hoy solo la respuesta de Toledo mantiene el caso en el aire.
Pero da la impresión de que Toledo está tomando la ofensiva de Humala en serio, y quizás un indicio es su anuncio de que evalúa si de llegar al poder habrá un impuesto extraordinario a las grandes mineras. En el contexto peruano esta medida, que se viene aplicando y proponiendo por todo el mundo, es un verdadero paso hacia la izquierda. Humala la ha venido proponiendo.  

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