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jueves, 24 de febrero de 2011

‘Hay 50% de Indecisos’

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Asesor de Pepe Mujica y “Lula” da Silva ofrece pronóstico heterodoxo: “En mi análisis los que tienen las mayores posibilidades de pasar a la segunda vuelta son Keiko Fujimori y Ollanta Humala”.
Para el consultor Luis Costa Bonino, una campaña política pasa por tres fases: la primera es la de reforzar el voto de los simpatizantes y buscar a los electores informados. En la segunda se busca convencer a los indecisos entre esos informados. En la última, a la que vamos entrando, el discurso debe ser eminentemente emocional. Allí, para Costa, se encuentra el tesoro de votos escondidos.
Este uruguayo se formó en el Instituto de Estudios Políticos en París. Debutó en la campaña de François Miterrand en 1987. Es amigo de “Lula” da Silva desde hace más de 30 años y fue su asesor personal. También estuvo al frente de la campaña de su compatriota Pepe Mujica. En España, Francia y Portugal asesoró sobre todo a políticos socialistas. En México (“mi lugar de más promiscuidad política”, pues trabajó con el PAN, PRD y el PRI a pesar de considerarse personalmente “de centro izquierda”) compitió en varias campañas con el controversial venezolano J.J. Rendón, quien tuvo un paso aparentemente fallido por el equipo de Luis Castañeda.
“Vine a ver la campaña, a analizarla, y eventualmente a ayudar algún candidato. Y hay un principio al que puedo firmar y ponerle el sello: al día de hoy la mitad de los electores peruanos no tiene idea por quién va a votar.
¿El número de indecisos no se ve reflejado en las encuestas?
–Hoy aparece una encuesta (de IMA) que dice que Toledo tiene más del 36% de los votos y que hay menos del 7% de indecisos. Pero, en general, más de un 20% del electorado decide su voto en la semana de la elección. Si las empresas de opinión pública tienen una encuesta con el 50% de indecisos, no se la compran. Existen candidatos que circulan de manera maravillosa en la mitad del Perú que es informada y le interesa la política, como pueden ser Toledo, Castañeda, Lourdes Flores y Vargas Llosa. Esos candidatos circulan muy mal en segmentos que de golpe levantan a personas insospechadas.
–Con Castañeda existe la percepción de que tiene una campaña desorganizada y que el candidato no sabe expresarse. Hubo todo un drama en torno a J.J. Rendón. ¿Qué opina de esa campaña?
–Hay más de diez competidores formales, pero solo hay cinco campañas y tres candidatos, que son Toledo, Keiko y Ollanta Humala. Hay dos de esas cinco que son nebulosas, que son las campañas de PPK y Castañeda, que no tienen identidad como candidatos ni como campaña. Castañeda es un buen candidato potencial porque tuvo una excelente gestión pero tiene una pésima campaña. Está haciendo campaña de segunda vuelta porque está yendo a lugares que le son hostiles o inhóspitos como Puno, cuando tiene que apoyarse en los electores urbanos, de Lima, que son los electores que cuentan para él. Es la campaña que tiene más seguridad de ir al fracaso. Lo de Rendón es particular porque lo mínimo que se puede pedir a los consultores es que hagan campaña por el candidato y no al revés. Y hay algo que los electores no perdonan, que es la falta de ganas de ser presidente.
–Ganas casi animales, sexuales. 
–Usted lo ha dicho. Lo más importante para ser candidato es un deseo por el poder que llega a ser erótico. Quien no lo tiene es un mal candidato. Hay quienes son formalmente peores que otros, pero tienen eso que los lleva a ser grandes candidatos. El que dice no pasa nada si no gano es una persona peligrosa para la vida política y para la democracia, incluso.
–Toledo tiene ese deseo, pero usted le critica un exceso de argumentos y un déficit en proyección de imagen. ¿Por qué? 
–Sus campañas siempre tuvieron una especie de inflación argumental. En el 2001 tenía una inmensa intención de voto y empezó a perderla. Por poco le gana García. Toledo es un buen candidato en el universo del argumento y le falta identidad, imagen y emoción en las dosis que debe tener una campaña. Es muy bueno para la primera mitad de la elección y muy malo para el final. Diría que un 30% hoy es muy poco. Tendrá que hacer una inflexión para mantenerse porque puede tener ese destino trágico de los ganadores de encuestas y perdedores de campañas. Mucha gente “culta” considera una aberración la campaña del Baile del Chino cuando es la mejor que se puede hacer en términos de ese segundo Perú que es el árbitro real de las elecciones. Alguien al que le dan la oportunidad de integrarse a una familia circunstancial, pero muy poderosa y muy cálida. Y eso es irresistible para esa última parte del electorado. Una campaña es captación social, un intercambio de emociones y sentimientos que se centra básicamente en una persona.
–Se repite mucho la pregunta: ¿a cuál candidato le dejaría a sus hijos? ¿Es un tema de confianza? 
–Nadie le confía un hijo a la persona más inteligente, culta o la que tiene mejores argumentos. Uno siente una emoción esencialmente nutrida por la confianza.
–¿Qué piensa de la opción de Toledo que se ha ubicado como el opositor al gobierno actual a pesar de que este no está en carrera? 
–Esa es una guerrilla entre iniciados que apunta a los líderes de opinión. Ese momento ya pasó. Para el gran número, que es lo que le debe importar hoy, no interesa en absoluto. Tiene que apuntar a elementos de personalización y liderazgo emocional. Tiene problemas ahí y hay otros con grandes fortalezas. Es preocupante que en el APRA estén convencidos no solo de que ahora tendrán el 10% aún sin Meche Aráoz, sino que Ollanta Humala nunca va a ganar. Hoy tiene, por lo menos, tantas posibilidades de ganar como los otros tres. Los marginalizados de la decisión política no aparecen registrados en las encuestas porque normalmente purifican las bases con la gente que contesta. En ese 50% que todavía no ha decidido su voto está el gran electorado de Humala y Keiko Fujimori y no el de Lucho Castañeda ni Toledo. No es un oráculo ni mucho menos, pero en mi análisis los que tienen las mayores posibilidades de pasar a la segunda vuelta son Keiko Fujimori y Ollanta Humala.
–¿Y Keiko por qué? No es que haya transmitido mucho. 
–Keiko ha tenido una campaña muy conservadora que hasta ahora la ha situado en un electorado confortable de voto duro. Es la candidatura más elástica de todas, es decir ni sube ni baja. Ha hecho básicamente una campaña de tierra, de redes, cara a cara. No hay ningún elemento que dé más conversión a votos que el contacto directo con el elector. Ahora nada como muertito en espera de su electorado propicio, básicamente, en el último mes de la campaña. No necesita más del 5% o 6% para pasar a la segunda vuelta. Lo único que tiene que hacer es un mensaje emocional de Fujimori para no fujimoristas, para los no interesados en la política. Creo que va a llegar a pesar de que tiene un mensaje que no es particularmente atractivo ni esforzado. Una campaña no se gana por genialidades sino por cometer el menor número de errores. (Entrevista: Enrique Chávez)

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