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viernes, 11 de febrero de 2011

Hijo del secretario de la Presidencia tuvo vínculos con los Sánchez Paredes


Nava Mendiola, hijo de Luis Nava Guibert, estuvo en EE.UU. con hijo de Orlando Sánchez Paredes. Videos, fotos y facturas confirman relación comercial entre ambos

Viernes 11 de febrero de 2011 - 07:46 am
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Ayer, durante una conferencia de prensa, el secretario nacional de Política dePerú Posible (PP), Juan Sheput, rechazó la imputación de la revista “Caretas” que trató de vincular a Javier Reátegui con el clan Sánchez Paredes.
Reveló que quien tenía contacto con ese grupo familiar era en realidad uno de los hijos del secretario general de la Presidencia de la República, Luis Nava Guibert.
La relación entre José Antonio Nava Mendiola (40), hijo de Luis Nava, y Alfredo Sánchez Miranda (31) y el padre de este último, Santos Orlando Sánchez Paredes (66), otro miembro del clan investigado por blanqueo de capitales del narcotráfico, está probada.
AMISTAD Y NEGOCIOS
Una investigación de El Comercio confirmó que los nexos entre Nava Mendiola y Alfredo Sánchez Miranda empezaron en el 2002. Este último, por entonces un joven de menos de 25 años, conoció al hijo de Nava Guibert en las oficinas de un periódico de filiación aprista. En aquella época el hijo del hoy secretario de la Presidencia de la República no se encontraba en una buena situación económica, pese a ser gerente de Transportes Don Reyna S.A., empresa creada en 1995 para el transporte de carga pesada.
La relación amical luego devino en una estrecha vinculación comercial y se prolongó hasta el 2007, es decir, meses antes de que al clan trujillano se le abriera investigación por desvío de insumos químicos y lavado de dinero por presuntas actividades de tráfico de drogas en los ochenta y noventa.
REUNIÓN EN LAS VEGAS
Un video muestra a Nava Mendiola en compañía de Alfredo Sánchez Miranda y un sujeto no identificado en la ciudad de Las Vegas (Estados Unidos). Las tres personas se encuentran conversando animadamente y riendo. Durante la grabación, Nava Mendiola, en tono juguetón, alcanza a decir: “Yo no puedo salir en la cámara”. Ahora se entiende el porqué.
Aquel video habría sido grabado en el 2003 o el 2004, cuando el hijo de Santos Orlando Sánchez Paredes acudió a Las Vegas a un evento de maquinaria pesada. Al parecer, a Alfredo Sánchez Miranda se le permitió llevar acompañantes, no lo pensó mucho e invitó con todos los gastos pagados al hijo de Nava Guibert.
Tanto Sánchez Miranda como Nava Mendiola revisaban maquinaria pesada durante el día, negocio rentable que les interesaba a ambos, ya que el primero estaba vinculado a Compañía Minera Aurífera Santa Rosa S.A. (Comarsa) y el segundo era gerente de Transportes Don Reyna.
Estas empresas tuvieron relaciones comerciales entre noviembre y diciembre del 2003, y la empresa de Nava Mendiola le cobró a la de Sánchez Miranda más de S/.76 mil por el transporte de insumos a la sierra de La Libertad, tal como indican las facturas que acompañan este reportaje.
NEGÓ VÍNCULOS
En las noches, tanto Sánchez Miranda como Nava Mendiola se reunían en los diversos locales de Las Vegas, como ocurrió en el Top of the World, Restaurante and Lounge, ubicado en el Boulevard Sur. Este hecho difícilmente puede pasar como anecdótico, ya que el año pasado, cuando se deslizó por primera vez esta vinculación, el propio Nava Mendiola dijo a la página web IDL-SC (hoy IDL-Reporteros): “No hubo ninguna relación personal con [ellos], ni volvimos a hacerles flete… se diluyó la relación con ellos en los caballos de paso o en los baños turcos, pero no conozco a los Sánchez”.
Las fuentes, que por el momento solicitan reserva de su identidad, indican que Nava Mendiola, además, visitaba la oficina que Alfredo Sánchez Miranda tiene en Comarsa y que también frecuentaba la casa del padre de este, Orlando Sánchez Paredes, que ya entonces registraba antecedentes por narcotráfico. Del mismo modo, Alfredo, sobrino carnal de Perciles y Simón Sánchez Paredes -asesinados en 1987 y 1991 en extrañas circunstancias-, visitaba la oficina y el domicilio de su amigo José Antonio Nava y del hoy secretario presidencial, por lo menos hasta mediados del 2007.
El saludo de rigor siempre era, según la fuente: “¿Hola, don Lucho [Nava Guibert], cómo está?”.

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