Agenda Política
Me impresionó mucho el resultado del estudio que tuvieron a bien mostrarme hace poco más de un año los investigadores Jaime García y Jaime Antezana, sobre el incremento de las áreas de cultivo ilegal de la hoja de coca y la producción de cocaína en el Perú. La dimensión del problema de la droga, apenas captada como uno de los tantos existentes en nuestro medio, ha echado raíces muy profundas y amenaza convertirse en el comején del sistema social que sin duda erosionará todo proyecto político o económico de desarrollo enarbolado para las próximas décadas.
Por eso tiene razón el distinguido jurista Augusto Ferrero Costa, aspirante a la primera vicepresidencia por Solidaridad Nacional, cuando –como lo destacó EXPRESO en su edición de ayer– manifiesta su sorpresa ante el frívolo y torpe comentario de Alfredo Torres de Ipsos Apoyo respecto a que la campaña electoral “se ha narcotizado”, aludiendo a las demandas de Luis Castañeda Lossio, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski para poner en valor este tema y exigir que todos los candidatos, por ética, demuestren su no adicción a cualquier estupefaciente a través de un examen toxicológico.
Bien dice Ferrero que no es la campaña sino el Perú el que se encuentra narcotizado y que éste es un punto por abordarse con toda seriedad. La prueba toxicológica no debería tomarse como una chanza publicitaria y más bien adoptarse como un requerimiento ineludible para calzarse la función presidencial.
Recordemos que el Plan Colombia le permitió a ese país desplazar los ejes productivos hacia otras naciones, gracias a la enorme ayuda económica de los Estados Unidos. Nosotros en cambio, como dice Ferrero, cada vez hemos recibido menos ayuda y por eso enfrentamos el crecimiento exponencial del problema.
La experiencia de México nos subroga de mirar otros espejos. Todo un Estado en guardia frente a la ofensiva de las mafias que agreden por igual a las autoridades políticas, jueces periodistas y ciudadanos comunes en su afán de preservar su imperio. Un flagelo que se inició en las localidades costeras y hoy llega a diversas jurisdicciones aztecas.
Es un tema por discutirse a profundidad. Castañeda lo trató ampliamente ayer en una conferencia de prensa donde estuvo acompañado por un equipo de especialistas que vincularon lo del narcotráfico a los rubros de seguridad ciudadana y defensa. Coincidimos con el colega Jaime de Althaus quien calificó positivamente este enfoque, pues sólo una visión integral hará posible una respuesta efectiva a toda la cadena: desde la producción de la droga hasta el consumo.
El Perú narcotizado es una realidad monda y lironda. Afrontemos el reto de combatir decididamente este cuadro y convirtámoslo en uno de los ítems más importantes de los planes de gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario