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martes, 15 de febrero de 2011

Piden 25 años para ‘Lunarejo’

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El dictamen acusatorio fue emitido por el fiscal superior Jorge Chávez Cotrina.
Eduardo Salas Guzmán

En una ejemplarizadora acusación del Ministerio Público en su lucha contra el lavado de activos provenientes del tráfico de drogas, el máximo organismo defensor de la legalidad del país demandó ante el Poder Judicial condenar a Fernando Zevallos Gonzales a 25 años de prisión efectiva por haberse comprobado sus vínculos, y de otros sujetos, en esas ilícitas actividades, confirmaron fuentes judiciales de crédito.
El dictamen acusatorio fue emitido por el fiscal superior Jorge Chávez Cotrina, quien a lo largo de algunos años de arduo trabajo para desbaratar el “modus operandi” de la organización delictiva estableció que Zevallos y sus familiares más cercanos y un círculo cerrado de compinches decidieron formar diversas empresas –algunas dedicadas a la aeronavegación–, como una manera de poder reinsertar el dinero mal habido del narcotráfico dentro del sistema financiero local.
La acusación del fiscal Chávez Cotrina está ahora en poder de la Sala Penal Nacional, para que ésta fije más adelante las audiencias donde los abogados de los implicados pronunciarán sus alegatos respecto al dictamen del representante del Ministerio Público, anunciaron las fuentes.
Posteriormente, el colegiado (integrado por tres jueces superiores) por designarse en la Sala Penal Nacional, fijará la fecha y hora del inicio del proceso público contra Zevallos Gonzales y sus cooprocesados; lo más probable es que las audiencias orales se lleven a cabo dentro de dos meses en el penal Castro Castro, donde está recluido “Lunarejo”.
Kingpin Act: el fin del imperio
El año 2004 marca el inicio de la caída del imperio que había construido Fernando Zevallos Gonzales. En julio de ese año, las autoridades estadounidenses lo incluyeron en el denominado “Kingpin Act”, que es –en buena cuenta– una especie de lista negra de los narcotraficantes más poderosos del mundo. Lo paradójico del caso es que Zevallos Gonzales era, hasta ese momento, residente estadounidense, con todas las de la ley.
Pero los días felices de Zevallos Gonzales y todo su séquito estaban contados, tanto en nuestro país como en los Estados Unidos, país en el que constituyó varias empresas para, supuestamente, alquilarle aviones a Aerocontinente.
El dato
Un personaje clave para desenmarañar la red de Zevallos, fue su esposa, Sandra Sánchez Galdós, quien con las ‘empresas’ montadas en EEUU, cumplía con ‘blanquear’ el dinero obtenido dolosamente.

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