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viernes, 18 de marzo de 2011

Chile tendrá bomba atómica

                   Por Tankar Rau-Rau Amaru (*)

                    Representantes de los gobiernos de Chile y de Estados Unidos firmarán hoy viernes, en el salón Carrera de Palacio de La Moneda, un memorándum de entendimiento sobre cooperación nuclear. Este acuerdo se realiza a petición de Washington.
                   ¿Qué dirán ahora las Fuerzas Armadas peruanas (FF AA)? ¿Tenemos todavía Fuerzas Armadas? Ya no. Todo lo que queda del Ejército de Bolognesi son cuarteles que se ofrecen en venta en La Parada al mejor postor (mejor si es chileno) con tanques y todo, como chatarra. Todo lo que queda de la Fuerza Aérea de Quiñones son helicópteros y aviones viejos que se caen de puro viejos o se desarman solos por falta de repuestos. Y todo lo que queda de la Marina de Grau son oficiales incompetentes que, impotentes ante los barcos chilenos que navegan en mar peruano, se disfrazan de Popeye y bombardean, ¡qué valentía!, las herramientas de trabajo (dragas) de microempresarios peruanos en los ríos de Madre de Dios.
                   Ya lo había advertido César Hildebrandt hace algunos años: “Después de ser saqueadas por el fujimorismo, maltratadas presupuestalmente por el ciudadano norteamericano Pedro Pablo Kuczinsky durante el gobierno del norteamericano expectaticio Alejandro Toledo, las FF AA ya no dan más, están inoperativas”.
                   La labor de las Fuerzas Armadas y la Policía se ha desnaturalizado. El sistema imperante ha convertido el brazo armado de la Nación en brazo armado (sicario) de la oligarquía local y de las multinacionales, los principales enemigos de la Patria, para aplastar a todo aquel que levante la voz de protesta.
                   En lo institucional, es una suma de chatarra y carencias. En lo individual, el honor ya no es su divisa porque el soldado y el policía para poder ascender tienen que demostrar, primero, que son buenos matarifes de peruanos. Generales que se orinan de miedo ante sus similares chilenos pero que son valientes hasta el heroísmo ordenando el asesinato de peruanos desarmados (Frontón, Ayacucho, Andahuaylas, Bagua, Chala, Madre de Dios, etcétera). Almirantes de tina que se ufanan de navegar en un mar por el que no hicieron nada y que pronto ya no será nuestro. Policías que cuidan con celo de perro guardián las empresas de chilenos que invadieron el país (grifos, boticas y farmacias, ferreterías, Machu Picchu, tierras de Ica, supermercados, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, etcétera) pero que persiguen a palazos a los peruanos que intentan hacer empresa. Oficialidad sin capacidad de análisis y respuesta que permitió la imposición de un modelo económico que nos llevó al último lugar en todo. En veinte años de neoliberalismo nada ha mejorado. Los pobres han aumentado, los desempleados también, tres millones de peruanos fuera del país mendigando trabajo, dependencia en alimentación y tecnología, fraude en elecciones, corrupción generalizada, último lugar en educación, etc.
                   Esta caricatura de Fuerzas Armadas y Policía tiene que cambiar. Precisamos de instituciones dignas, con soldados y policías con honor y orgullosos de ser hijos de esta tierra. Pero primero tenemos que democratizar a estas dos instituciones (para que los Quispes, los Huamán o los Mamanis también sean generales y almirantes). No es saludable ni democrático que la Policía y las FF AA sean controladas por una casta de generales pusilánimes que aplauden, firmes y emocionados, la venta del país y la muerte lenta de la Patria. (tankar2@hotmail.com)

(*) Escritor y periodista. Autor de los libros “Entre dos fuegos”, “Apaga las velas”, “Ojos de Rocío y otros cuentos”, “Allin kawsay y el poder en el Perú” y “Crónicas del socavón”.

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