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sábado, 12 de marzo de 2011

EL ÉXTASIS DE LOS NARCOS


El último estudio de Cedro es aterrador, por un lado, pero aleccionador por otro. El dato más relevante es que el consumo de éxtasis ha superado al de cocaína. Más de 200 mil personas consumen esta droga, mostrando un crecimiento preocupante.

El consumo de cocaína es legal, de acuerdo a nuestro código penal. El de éxtasis no. Nos parece claro que con ello se demuestra que la penalización no sirve absolutamente para nada. Por el contrario, hasta podría ser un aliciente para su atracción consumidora.

No variaría mucho si se despenalizara el circuito de las drogas. Ya es legal su consumo respecto de la cocaína y la marihuana. El temor de que una despenalización generaría una explosión consumidora se cae por la propia evidencia empírica.

Más allá de la discusión de si, puestas en la balanza, el consumo de drogas sea un mal menor a la existencia del narcotráfico, lo cierto es que nada permite sostener la tesis apocalíptica de que nuestros jóvenes correrían a consumir drogas si estas se despenalizan.

¿Cuál es la droga cuyo uso ha crecido exponencialmente, según el estudio de Cedro? Pues aquella que está totalmente prohibida. Las parcialmente legales mantienen niveles similares.

Es necesario insistir, por ello, en que se discuta una opción que, lamentablemente, fue caricaturizada por cálculos electorales, la de despenalizar las drogas, en todo su circuito, el de la producción, comercialización y consumo.

El camino es complejo, sin duda. Por lo pronto, no podría tratarse de una iniciativa unilateral. No se trata de que el Perú, por su cuenta, decida hacerlo. Tendría que ser una decisión multilateral que, por ende, no implique sanciones ni exclusiones internacionales.

Pero es urgente asumir cabalmente el problema. Hay que combatir a fondo el problema de la drogadicción, pero con programas preventivos, estrategias de salud pública, etc. No con una farisea prohibición que, como vemos, no produce resultado alguno y, además, deja en pie la lucrativa existencia de las mafias del narcotráfico.

Hoy no se aprecia la gravedad del problema de seguridad nacional que esto implica porque este gobierno ha decidido desentenderse del asunto dejando que los carteles de la droga operen a su antojo. El día que decidamos enfrentarlos, recién nos daremos cuenta de ello, con el inmenso costo de violencia y muerte que acarreará. Y, para decirlo con claridad, mientras no nos demuestren lo contrario, creemos que solo la despenalización podrá resolver el tema. Y Cedro nos reafirma que el cuco de la narcotización salvaje de la población si ello se aplica, no es más que un prejuicio sin fundamento.

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