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jueves, 24 de marzo de 2011

Japón La Amenaza Radiactiva

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Rauda evacuación en Futaba, ciudad cercana a Fukushima, el pasado 19. Tokio ha abierto un centro de refugiados para el caso.
Corre el viento, aumenta el pánico, crece el riesgo. En Japón, la crisis nuclear de Fukushima, producto del tsunami del pasado viernes 11, llegó ya al nivel 5 de alerta (de siete escalones posibles) y ha terminado por engendrar el fantasma del riesgo radiactivo, a 24 años de la catástrofe de Chernobyl. La alerta ya llegó a la comunidad internacional.
Algunos de los países cercanos a Japón, como China, Corea del Sur y Taiwan, han optado por endurecer el control de alimentos importados desde la isla tras la advertencia de la Organización Mundial de la Salud de que la contaminación radiactiva en dichos productos es un problema “más grave de lo que se esperaba”. ¿No estaba la amenaza contenida?
“El nivel 5 de alerta se debe a que existe impacto radiactivo fuera del emplazamiento del reactor Daini en un área de hasta 20 kilómetros tras la fuga que ha ocurrido”, explica Rolando Páucar, especialista en energía nuclear y presidente del Instituto de Investigaciones para la Energía y el Desarrollo (IIED): “Si los elementos radiactivos nocivos como el estroncio 90, el yodo 131 y el cesio 137 salen del núcleo del reactor se crea una nube de polvo que se desplaza con el viento y se va esparciendo, pudiendo contaminar el agua y los vegetales”.
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La probabilidad de que los vientos lleven la radiación a Norteamérica es real. Sin embargo, el riesgo para la salud sería inexistente.
Pero el gran temor internacional no solo recae sobre la contaminación alimentaria, que puede ser salvada con controles radiométricos. Vientos fuertes y constantes de hasta 10 millas por segundo (ver mapa) tienen ruta hacia al este, pudiendo llevar la radiación a Norteamérica. Sin embargo, Páucar pone la calma: “La concentración sería muy baja y no sería nociva para la población. En el caso del Perú sería inexistente por el paso de clima frío del hemisferio norte a clima cálido en el sur, lo que genera un colchón donde las partículas radiactivas no pueden pasar”.

SALUD BAJO LUPA

Pese a lo anterior, el tema de las posibles consecuencias en la salud de la población japonesa es historia diferenciada. El esquema lleva a la comparación con las poblaciones de Ucrania, Bielorrusia y Rusia tras el accidente de Chernobyl en 1984. A 26 años del desastre, ocurren aún casos de niños afectados con cáncer a la piel, a la tiroides, diversas mutaciones y demás.
“Pero en Japón, por la evacuación, el riesgo es inexistente. Lo que sí va a verse son enfermedades psicofísicas por efecto del pánico a la radiación”. A la par, los sacrificados operadores que se han quedado en los reactores para contener la amenaza también tendrían aliento de vida. “Van a recibir una dosis de radiactividad de hasta 150 millisievert (mSv), que es tres veces mayor a lo normal –explica Páucar–. Pero no van a recibir ningún daño grave y, ni bien lleguen a esa dosis, se rota al operador”.

EL MILAGRO JAPONÉS

Con todo, lo que no deja de llamar la atención es la reacción de la población nipona. “Hay que entender dos cosas: el tema cultural y la experiencia histórica japonesa son los que los llevan a mantener ese orden y aguante ante las catástrofes”, señala el especialista en economía japonesa, Carlos Aquino. “Desde la era de los samuráis a la población le quedó grabado el concepto del respeto a la ley y el orden –explica Aquino–. Y, además, están acostumbrados a los desastres: el terremoto de 1923 mató a 100,000; las bombas nucleares del ’45 dieron muerte a más de 100,000, etc. Por ello, no se desesperan, no inician saqueos”.
Respecto a la cultura del sacrificio, como el caso de los operadores, “es su sentido de la responsabilidad. Se sienten culpables de lo que pasó y no existen excusas: el bienestar del país se antepone al individualismo”, indica Aquino. Por ello, pese al desastre, existe el convencimiento de que “Japón se va a recuperar: lo han hecho tantas veces en la historia que esto será una raya más al tigre”. (Thor Morante)

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