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sábado, 26 de marzo de 2011

NARCOS, SENDERO, IDL-Reporteros

SÁBADO, 26 MARZO DE 2011

NARCOS, SENDERO
Dilemas de estrategia
Foto

Generales Víctor Montes (Izq.) y Luis Howell, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, a bordo del helicóptero en vuelo a Vizcatán (Foto: IDL-Reporteros).

Por Gustavo Gorriti.-

Canayre.- Aquí, en la guarnición militar situada en este pueblo trágico que antaño fue la frontera entre el territorio dominado por Sendero y el que reconquistaron las rondas campesinas que en este valle se conocieron como Decas, se hacen claramente visibles los cambios en las estrategias y realidades en el VRAE.

Canayre es un pueblo trágico porque sufrió más que otros en este valle violento. En diciembre de 1989, un contingente senderista disfrazado con uniformes de la Fuerza Armada, entró al pueblo con engaños, reunió a la gente y mató a 39 personas.

Han pasado 22 años. La guerra se ha renovado y la frontera se ha hecho más elástica aunque no lo suficientemente lejana. Hoy, el cuartel militar luce remozado. La última vez que llegué aquí fue en 2008, poco antes que empezara la ofensiva de la Fuerza Armada contra Sendero Luminoso en Vizcatán. Cuando aterrizaba el helicóptero, los soldados tenían que sujetar los techos de calamina para que no salieran volando. Ahora, veo varias casas/oficinas prefabricadas y también más soldados.

La inédita comitiva de siete generales es recibida como lo ha sido en todas las guarniciones, con la tropa formada para rendir honores militares al jefe del Comando Conjunto, general EP Luis Howell. Aquí se los nota más combativos, en la forma que suelen expresar las compañías de comandos: gritos más estentóreos, lemas más restallantes; (“¡guerra, guerra, guerra!”)… incluso hasta en una curiosa declamación poética, que quizá no llegue a conocer el éxito en Broadway, pero que aquí es recibida con una aprobación cercana al deleite por la audiencia militar.

Tropa rinde honores al general EP Luis Howell 
Ver video en:


Pero lo interesante llega una vez terminadas las ceremonias de bienvenida, en la discusión sobre las más recientes operaciones militares realizadas y las que están en curso.

Sorprendentemente, el número más alto de operativos militares llevados a cabo en el VRAE no es contra Sendero propiamente dicho sino contra el narcotráfico.

En efecto, el jefe del Comando Especial del VRAE, general EP Víctor Montes informó poco antes que los efectivos de la Fuerza Armada bajo sus órdenes han intervenido 80 pozas de maceración de pasta básica de cocaína desde enero 2011.

En el puesto de comunicaciones de Vizcatán, capitán César Linares y general Víctor Montes (Foto: IDL-Reporteros).

Ninguna otra acción militar registra números comparables en ese lapso.

Tampoco se los puede comparar con acciones similares en años previos, pues entonces la Fuerza Armada no realizaba ninguna acción contra el narcotráfico. Ni en el VRAE ni, en lo que le tocaba, en el Huallaga. La premisa era que para combatir eficazmente a Sendero se necesita la adhesión del pueblo. Que si en un lugar dado el pueblo está militantemente a favor de la coca o del narcotráfico, no hay que confrontarlo sino mantener la neutralidad que haga posible obtener la ayuda popular contra Sendero.

Esa política tuvo dos resultados diferentes: sirvió para lograr un cierto éxito en la lucha contra Sendero Luminoso y corrompió a muchos oficiales de la Fuerza Armada.

Ahora, la situación ha cambiado: la Fuerza Armada patrulla y busca sin pausa las pozas de maceración de PBC, para destruirlas, mientras su relación con varios pueblos de la zona parece haber sufrido algún deterioro. Queda por precisar cuán extendido y profundo resulte ser dicho deterioro.

Pocas horas antes de la visita a Canayre, en el cuartel de Pichari, el Ejército había traído a tres prisioneros capturados en Santa Rosa, al sur del valle, por una patrulla militar. Se les encontró, indican, un kilo de Pasta Básica de cocaína. Los tres son, obviamente, campesinos pobres, parte del proletariado de la coca o de las capas más bajas del narcotráfico, y aunque reclamaban inocencia estaban claramente preocupados. Cerca de ellos se encontraba el paquete con un kilo de pasta básica y varios elementos precursores para el procesamiento de la coca. El fiscal especializado, Alfredo Casavilca, indica que las investigaciones están recién empezando.

Elías Barrientos, agricultor de Santa Rosa, conducido por soldados al momento de ser entregado al fiscal antidrogas (Foto: IDL-Reporteros).

En Canayre, sin embargo, de acuerdo con los informes del oficial a cargo de la guarnición, los narcotraficantes se adaptan velozmente a las acciones antidrogas. Por ejemplo, dice el oficial, ante la escasez de kerosene, están utilizando gasolina como reemplazo. Aparentemente, ésta es mezclada con sal, lejía y amoníaco. El cemento también es utilizado en el procesamiento de la droga.

De otro lado, los narcos han pasado a procesar la droga en pozas mucho más grandes que las de algunos años atrás. Son piscinas de 8 por 15 metros, o de 20 por doce metros que, dice el comandante, permiten preparar entre 50 y 60 kilos de PBC en dos o tres días.

Son pozas difíciles de detectar porque, contrariamente al uso tradicional, ya no se colocan cerca de los cursos de agua, sino a 150 o 200 metros de estos. El agua es bombeada a través de tubos de plástico hasta las pozas. De manera que cuando se ve a una camioneta cargada con tubos de plástico en el VRAE, se puede apostar que no están destinados precisamente al saneamiento ambiental.

El resultado de estas acciones no está bien calibrado hasta ahora, pero ya se hacen visibles algunos de los problemas que la Policía conoce bien. Poblaciones pequeñas con una actividad intensa en narcotráfico, como Puerto Ene, son ahora hostiles a la Fuerza Armada. Canayre, se encuentra a medio camino. Para prevenir mayores tensiones, se me informa, la Fuerza Armada no utiliza en lo posible a las guarniciones locales en acciones antidrogas dentro de su jurisdicción. En algunos casos eso significa viajar de un lado al otro del valle para efectuar una captura, como fue el caso con la que se produjo en Santa Rosa esa mañana: algunos soldados con quienes hablo en Canayre participaron en ella.

Es demasiado temprano para conocer qué va a pasar con esta nueva orientación operativa de la Fuerza Armada. Es difícil que se organice una oposición bien articulada, porque una cosa es defender la hoja de coca y otra muy diferente hacerlo con la Pasta Básica. Para lo primero se puede movilizar masas, para lo segundo, es mucho más difícil hacerlo. ¿Va a favorecer eso a Sendero? Hasta cierto punto, sí. Pero no lo suficiente, tanto por la tremenda hostilidad del pasado entre Decas y Sendero, como porque la presencia y la intensificada actividad militar ha hecho mucho más difícil para Sendero el poder moverse en áreas con cierta densidad de población.

Los siete generales

De izquierda a derecha, de pie: generales Ingemar Narro, Víctor Montes, Luis Howell, Juan Méndiz y Walter Chávez; arrodillados: generales Leonardo Longa y Ricardo Seijas (Foto: IDL-Reporteros).

El jefe del Comando Conjunto, general EP Luis Howell visitó varias de las guarniciones militares adentradas en territorio controlado hasta hace poco por Sendero. Howell había tenido visitas de comando al VRAE en diciembre y enero, pero esta era la primera vez que lo hacía acompañado por un grupo tan nutrido de generales.

Con él estuvieron los generales Víctor Montes, jefe del Comando Especial del VRAE; Leonardo Longa, comandante general de la 31 brigada, en Huancayo;  Juan Méndiz, jefe de Logística del Comando Conjunto; Wálter Chávez, Jefe de Operaciones del CC; Ricardo Seijas, jefe de Inteligencia del CC; Ingemar Narro (de la FAP), jefe de Operaciones de Información del Comando Conjunto. Luego, en Rondayacu, se les uniría el general EP Juan Urbano.

Casi todos ellos son oficiales que empezaron su carrera militar enfrentando a Sendero Luminoso. El general Montes, por ejemplo, fue destacado a Sivia en 1984, cuando era capitán, junto con el legendario ‘Amador’, para luchar en uno de los teatros más duros de la guerra. Ahora, como general, ha vuelto al mismo territorio.

Luego que Howell y los otros generales terminaron de revistar tropas, de caminar y reunirse en los lugares que hasta 2008 fueron el reducto de ‘José’, ‘Alipio’ y ‘Raúl’, IDL-R conversó con ellos en el terreno sobre la marcha de las operaciones, las realidades, fallas y perspectivas. A continuación, algunas de sus respuestas más significativas.

Conocimiento del enemigo.- Howell y los otros generales no tienen puntos de vista totalmente coincidentes, aunque hagan esfuerzos por que aparezca así. Pero resalta la claridad con la que reconocen los puntos fuertes del senderismo en el VRAE. Aunque se supone que la honestidad intelectual es requisito esencial de una buena estrategia, no es una virtud abundante en institutos armados, lo que hace más remarcable la claridad de sus observaciones.

Los siete generales 
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Todos los generales coinciden en que: “hay aumento en la fuerza base senderista”. Esto significa una base social mayor. “Actúan mucho en la sierra en época de lluvias”, dice uno de ellos, “y los pueblitos los apoyan”. Se trata, y no es un detalle totalmente irrelevante, de la misma zona geográfica en la que actuaron las guerrillas del MIR en 1965.

Los puntos fuertes de Sendero, dice Howell es que “trata bien a la población, conoce bien el terreno. Está mejor armado [que antes]. Sabe hacer la guerra”. De hecho, el jefe del Comando Conjunto toma la visión de guerra sin tiempo propia de la contrainsurgencia, “podrán pasar uno, dos, tres, cuatro años y no será quizá suficiente para acabar con SL”.

Para el general Longa, una de las razones que explican el crecimiento de Sendero es que “el terrorista le soluciona al poblador sus problemas en forma más acelerada que el Estado”.

Problemas operativos.- Todos coincidieron en la gran dificultad operativa que plantea la geografía del VRAE: 37 mil kilómetros cuadrados que comprenden cinco departamentos, medio millón de habitantes y un territorio con cambios abruptos de altura entre los 400 y los 4 mil 600 metros. “Aprendimos a conocer al enemigo de nuestras malas experiencias”, dice Howell.

“Hasta el 2009-2010, SL no estuvo bajo presión” anota Longa, “ahora hay columnas presionadas”. Pero la inteligencia se hace difícil continúa porque, por ejemplo, “no hay credibilidad en las recompensas”.

Avances.- Para la mayoría de la gente, pensar que los 500 senderistas de la fuerza principal del SL-VRAE no puedan ser prontamente neutralizados por la Fuerza Armada, es difícil de entender.

Según Longa, “el presupuesto de la FFAA fue muy bajo durante siete años. No hemos recuperado lo que necesitamos”. Tema común en los militares de todo el mundo, pero que aquí tiene justificación factual en algunos casos, y en otros, no.

Pero, en cuanto a lo que se ha logrado hasta ahora, todos los generales coinciden en que, luego de haber abandonado la vigilancia, presión y presencia por más de siete años, la Fuerza Armada recién empezó a actuar a partir de 2008.

Desde entonces, dice Howell, “hemos avanzado en la lucha contra SL. Están encajonados en 3mil- 4 mil kilómetros cuadrados”. Eso es discutible, pero no los esfuerzos. “Se está cerrando todas las vías de abastecimiento”, añade el jefe del CC.

El jefe de Estado Mayor del VRAE, general EP Felipe Aguilar, que estuvo a cargo de las operaciones en el Comando Conjunto el año pasado, observa que en los últimos meses “No ha habido emboscadas. Ha habido una percepción de seguridad”.

Howell coincide: “ De acuerdo con varios indicadores, hemos avanzado. Uno de ellos es que las actividades en el VRAE son normales”.

En cuanto a la inteligencia sobre Sendero, Longa describe el progreso:  “Antes no había caras. Ahora hay caras. Es el primer avance”.

Corrupción.- No solo la criminalidad organizada y manejada por Montesinos corrompió al liderazgo de la Fuerza Armada, sino que la cultura delincuencial que creó, se proyectó y derramó hasta bien entrada la primera década del siglo, en casos a la vez tan indignantes y deprimentes como el de los generales gasolineros.

Según el general Montes, a quien le toca terminar de investigar el caso de la venta ilegal de combustible para helicópteros a griferos del VRAE que lo venden a su turno a poceros del narcotráfico, el énfasis va a estar dado en la “acción preventiva. No con uno sino con dos inspectores”.

De acuerdo con el general Longa, “Venimos de un desprestigio. Pero tenemos un compromiso. La institución está tratando de reintegrarse a la sociedad y recuperar su confianza”.

Y Howell busca de ser lo más explícito posible: “Combatimos la corrupción con mucha fuerza. Es lo principal para nosotros”.

Pero lo principal, en realidad, parece ser el intento por recuperar el tiempo perdido. En ese aspecto, el general Wálter Chávez acuñó la que quizá sea la frase memorable de esa entrevista: “[para el Ejército] el siglo XXI empezó el 2008”.

Publicado el Sábado 26 de marzo, 2011 a las 5:06

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