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viernes, 8 de abril de 2011

Nueve semanas y media

Nueve semanas y media

Autor: Fritz Du Bois
Finalmente se cerró la primera parte de una desagradable campaña. Las propuestas brillaron por su ausencia; lo que primó fueron los ataques a los contrincantes y en el tramo final tuvimos una verdadera lluvia demagógica de ofertas. Al final de este turbio escenario, el electorado ha terminado esperando ansiosamente con los ojos vendados.

Esto último debido a la paternalista disposición del Jurado que prohíbe la publicación de encuestas una semana antes de la elección. Es tan absurda esta medida que ayer los mercados estaban preocupados y un expresidente hizo un desesperado llamado para que renuncien a su favor otros candidatos, todo ello generado por los números que han arrojado dos sondeos de opinión. Estos sí pueden ser circulados en el exterior mientras que la mayoría de los peruanos no los pueden conocer porque el Jurado no quiere que los ciudadanos se enteren de sus resultados.

En todo caso, solo queda esperar al domingo para conocer al ganador de una elección que parece haber sido diseñada en el cuartel de campaña del candidato bolivariano. Así tenemos que el voto moderado que es abrumadoramente mayoritario, se dividió entre cuatro candidatos. Luego estos se pasaron durante la campaña atacándose pero nunca tocando al antisistema, dado que su apoyo estaba estancado y era quien tenía el mayor rechazo, por lo que los otros candidatos lo querían como el rival ideal para la segunda vuelta.

También contó con el apoyo de la prensa que lo trataba como el aspirante sin problemas, ya que al no tener chance no valía la pena cuestionarlo. Así que flotó mientras los otros se estaban masacrando. Hasta que un incidente secundario –conocido por los WikiLeaks– fue magnificado y estuvo durante días en la primera plana de algunos diarios, con lo que terminó siendo catapultado.

Ahora enfrentamos el riesgo de que la amenaza bolivariana se mantenga latente por nueve semanas más hasta llegar a la segunda ronda electoral. Lamentablemente, la prohibición de publicar sondeos de opinión también juega a su favor, ya que el electorado no se dará cuenta de la absurda situación en la cual tres cuartas partes de la población le están facilitando a la minoría la elección. Ello debido a que no pueden ser informados que dos de los cuatro moderados ya son un voto desperdiciado y su redistribución podría permitir que dejen en el tercer puesto al bolivariano.

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