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domingo, 19 de junio de 2011

EL PERU POR LA AMNISTIA POLITICA by Mauricio Quiroz Torres Wednesday, Mar. 24, 2004 at 7:59 PM limaprovincias@hotmail.com

EL PERU POR LA AMNISTIA POLITICA
by Mauricio Quiroz Torres Wednesday, Mar. 24, 2004 at 11:59 AM
 LA AMINISTIA POLITICA ES UN PASO NECESARIO PARA EL PAIS Y DEBE DARSE A LOS PRESOS POLITICOS Y PRISIONEROS DE GUERRA.
 PRESOS POLITICOS ENTRE DOS FUEGOS:
COMISION DE LA VERDAD : AJUSTICIAMIENTO ?
Soc. Mauricio Quiróz Torres*
Si la revolución exige violencia, voluntad, disciplina,
Estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina.
Las acepto en bloque con todos sus horrores
sin reservas cobardes.
J.C. Mariátegui

 Preambulo 

Este artículo fue publicado en el año 2001 antes del inicio del trabajo de la Comisión de la Verdad y lo reeditamos pues las afirmaciones allí contenidas conservan actualidad hoy que la Comisión de la Verdad no dijo nada de la Amnistía Política y cuando el régimen toledista continúa el fujimorismo judicial y político- con el silencio de la clase política criolla y el socialismo domesticado- condenando y manteniendo a hijos del pueblo en carcelería con leyes antiterroristas inconstitucionales y avalando a policías y militares genocidas amnistiados y bendecidos como luchadores de la burda democracia formal.
EL INICIO
 Cuando en 1980 se inició la guerra política en el país nada presagiaba su final y quienes afirman que el Partido Comunista del Perú, iniciador de esta guerra, fue sólo una sanguinaria máquina de matar no toman en cuenta la verdad de los hechos ni la necesidad de poner punto final a la misma con la concesión de una amnistía política a quienes purgan cárceles. 

Ese es el meollo que cierta intelectualidad y los socialistas domesticados no quieren ver pues su graduación de eventuales comisionados de la verdad y de prestigiados académicos con sus estadísticas de muertos, desplazados, desaparecidos, presos, etc. les permitirá comodidades del stablishment y del Estado Peruano mientras tantos inocentes siguen sufriendo. Disfrutarán de viajecitos por conferencias sobre la verdad de la violencia en el país sin asumir una posición clara sobre la guerra política iniciada en 1980 y que aún hoy no se ha cerrado.
Con la Comisión de la Verdad cierta intelectualidad quiere desentrañar e identificar responsabilidades para no repetir dizque experiencias como la del senderismo, sin tocar el papel asumido por ellos y que muy bien el historiador Alberto Flores Galindo les reclamaba por la violencia política ante la inacción de los partidos políticos y la sociedad civil. Ernesto de la Jara afirma por ejemplo que el primer sector que va a salir muy mal parado con la Comisión de la Verdad va a ser Sendero Luminoso y otros buscan desmontar la verdadera dimensión de la sanguinaria ideología de los grupos armados.
Allí ya hay una tendencia del trabajo que va realizar la susodicha Comisión que más que buscar justicia quiere ajusticiar a uno de los bandos de la guerra y eso está mal.
Señalamos al inicio del presente artículo, que es necesario ir a la verdad de los hechos y poner punto final con una amnistía de los presos políticos y prisioneros de guerra. No ajusticiar. He allí el interés de este artículo que abordando sólo algunos aspectos del problema busca abrir debate al respecto.
EL INICIO FUE DECLARADO OFICIALMENTE
 Con la égida del pensamiento guía de Gonzalo, desde 1980, el maoísmo en el Perú anunció la conquista del cielo por asalto y comenzó a batir el campo peruano, especialmente el ayacuchano, para la toma del poder por el pueblo luchando contra el imperialismo, la semifeudalidad y el capitalismo burocrático; es decir, anunció una revolución bajo las banderas de su ideología marxista-leninista-maoísta.
Movilizaron decenas de jóvenes, intelectuales, campesinos, obreros, maestros, etc., especialmente de provincias y con armamento casero: contados y viejos fusiles y pistolas, dinamita, etc.; es decir desde un inicio, declararon la guerra al viejo Estado terrateniente y burocrático y nos lo dijeron directamente, en campo y ciudad con innumerables acciones que iban desde el boicot a las elecciones quemando ánforas, colgando perros, remitiendo cartas, cortando el cabello de personas por malos comportamientos, echando latigazos y desterrando a explotadores de sus pueblos, entre otros. No podemos decir que no nos avisaron.
Y qué hizo el Estado?. El Estado peruano respondió como siempre lo había hecho desde sus orígenes: aplastando a sangre y fuego, matando y quemando las huellas de sus matanzas, como lo veremos más adelante.
Cuando los policías huían de sus puestos y comisarías en el campo peruano el Partido Comunista del Perú desarrollaba un nuevo poder muy ajeno a los vicios del Viejo Estado y SIN EXISTIR SIQUIERA UNA CENTENA DE HERIDOS O MUERTOS: se ordenó la producción, se superaron conflictos por linderos comunales, hubo designación directa de autoridades y con revocatoria por asamblea popular, entre otros. Así ocurrió entre Mayo de 1980 hasta 1982. Esto asustó a los altos mandos del Estado.
Temor que se agravó por el desenlace de una sincronizada operación militar contra la Cárcel de Ayacucho donde el Partido Comunista de Gonzalo demostró una capacidad militar impecable logrando neutralizar a las fuerzas policiales y liberando a sus militantes presos; y en la participación masiva del pueblo ayacuchano en el entierro de una militante gonzalista, Edith Lagos.
LAS FUERZAS ARMADAS INICIARON LAS MATANZAS Y DESAPARICIONES
 Fortalecido el accionar maoísta en Ayacucho éste comenzó a fortalecerse en las áreas rurales de otros Departamentos del país con el cual ya en 1982 comenzaba el periodo de una generalización de la guerra de guerrillas y la construcción de la dualidad de poder en el campo peruano. 

Con el ingreso de las Fuerzas Armadas para enfrentar al maoísmo, la guerra politica adquirió otros ribetes pues el aniquilamiento sistemático de poblaciones campesinas del campo fue una constante en el accionar militar de las FFAA.

Flores Galindo, antes de su sentida partida, afirmaba con evidencias palmarias, que en Ayacucho con el ingreso de las Fuerzas Armadas comenzó el verdadero genocidio contra los peruanos pues, siguiendo la lógica del gaucho Cisneros, las FF.AA. liquidaban senderistas donde había campesinos. Y así fue.
El primer año del ingreso de las FF.AA. la cifra de muertos civiles llegó a casi dos mil personas y comenzaron a presentarse los primeros casos de desaparecidos. Y en la década 1980-1990 el Perú tiene en su haber durante el gobierno de Fernando Belaúnde a 1,230 desaparecidos y durante el régimen de Alan García, de 1,682

Esto que es una verdad hoy se pretende olvidar.

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