CCFFAA compró alimentos vencidos para soldados que luchan en el Vrae
Corrupción. En el periodo 2009-2010, según auditoría de la contraloría. Se adecuaron las especificaciones técnicas, o se pasaron por alto, para que los productos de la firma colombiana ganaran las licitaciones.
Ángel Páez.
Indignante. Traficar con la alimentación de los efectivos militares que se juegan la vida en el valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae) se ha convertido en una rutina. Una auditoría practicada por la Contraloría a las compras de raciones de combate que hizo el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) entre 2009 y 2010 detectó que se montó un fraude para favorecer a la compañía colombiana Prolac, representada en el país por la firma Jadar.
De acuerdo con los reportes a los que tuvo acceso La República, los encargados de la licitación para el suministro de raciones de combate destinados a los militares desplegados en el Vrae se confabularon para que la corporación Prolac obtuviera la buena pro. No les importó que para cumplir con dicho propósito pasaron por alto gravísimas deficiencias que comprometían la calidad de los componentes de las raciones.
Se trata de dos compras por un valor aproximado a los 4 millones de soles y se hicieron cuando la jefatura del CCFFAA estaba al mando del general EP Francisco Contreras Rivas, hoy en misión en los EEUU.
Haciéndole un favor
La República reveló en anteriores publicaciones algunas de las irregularidades, ahora comprobadas por la Contraloría, pero Prolac desmintió los hechos y garantizó la calidad de sus productos. El CCFFAA también dijo en ese momento que no hubo nada de malo.
En la primera licitación, según la auditoría, el Comando Conjunto le dio la buena pro a Prolac sin que acreditara experiencia en la venta de raciones de combate –que es un rubro especialísimo–, y con productos que presentó sin registro sanitario, o los tenía vencidos, y se le aceptó alimentos que no correspondían a las características requeridas. No cuentan con el registro sanitario expedido por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), ni de su similar colombiana, Invima.
Prolac debió entregar los productos en un plazo de 30 días, pero al final lo hizo 68 días después. Además, para el internamiento de las raciones de combate, el 18 de enero del 2010 la colombiana Prolac suministró a las autoridades certificados de calidad, increíblemente, con fecha adelantada: 9 de febrero del 2010. La auditoría descubrió también que la compañía proveedora internó productos cuya fecha de vencimiento era anterior al tiempo de vida útil de un año, como señala la norma.
Tiempo fuera
Es más, como las bases de la licitación especificaban platos peruanos lo que hizo Prolac fue rebautizar los alimentos con denominaciones colombianas, señalan los reportes de la Contraloría. Los encargados del CCFFAA aceptaron el truco.
A pesar de todas las deficiencias detectadas, la fábrica colombiana volvió a ganar otra licitación. La primera fue por 980 mil soles. La siguiente sería por mucho más: 2 millones 967 mil soles. En total, casi cuatro millones.
En la segunda licitación, los parámetros de calidad se redujeron con la finalidad de que la propuesta de Prolac se ajustara perfectamente, concluyen los auditores.
Por ejemplo, se aceptaron los certificados de calidad de Colombia, así como los análisis físicos, químicos, microbiológicos y nutricionales del mismo país, cuando lo que correspondía era la convalidación con certificados emitidos por autoridades del país consumidor de los productos. El Perú.
Además, los certificados que presentó la compañía ganadora de la buena pro estaban referidos a los platos colombianos y no a los de denominación peruana, como indica la norma.
Para graficar las dimensiones de las irregularidades que se perpetraron en el CCFFAA para beneficiar a Prolac, la Contraloría ilustra el siguiente caso: el 22 de abril del 2010 la colombiana firmó contrato para suministrar 4,500 raciones de campaña. El 26 de abril, cuatro días después, según la guía de remisión de la compañía, cumplió con el suministro. Según los auditores, en cuatro días es materialmente imposible fabricar, certificar, importar, desaduanar e internar los productos. Los auditores preguntaron a Aduanas si Prolac había importado los alimentos, la respuesta fue negativa. ¿De dónde salieron?
Por cierto, como sucedió en la primera ocasión, Prolac tampoco cumplió con la fecha de entrega de las raciones. El Comando Conjunto no debió aceptar las postergaciones, tratándose especialmente de alimentos destinados a hombres que ponen en riesgo su integridad todos los días.
Cifras
25 mil raciones compró primero el Comando Conjunto en el año 2009.
75 mil raciones adicionales adquirió CCFFAA en el 2010 a pesar de las deficiencias.
4 mil efectivos de las Fuerzas Armadas se encuentran en el Vrae.
Ángel Páez.
Indignante. Traficar con la alimentación de los efectivos militares que se juegan la vida en el valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae) se ha convertido en una rutina. Una auditoría practicada por la Contraloría a las compras de raciones de combate que hizo el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) entre 2009 y 2010 detectó que se montó un fraude para favorecer a la compañía colombiana Prolac, representada en el país por la firma Jadar.
De acuerdo con los reportes a los que tuvo acceso La República, los encargados de la licitación para el suministro de raciones de combate destinados a los militares desplegados en el Vrae se confabularon para que la corporación Prolac obtuviera la buena pro. No les importó que para cumplir con dicho propósito pasaron por alto gravísimas deficiencias que comprometían la calidad de los componentes de las raciones.
Se trata de dos compras por un valor aproximado a los 4 millones de soles y se hicieron cuando la jefatura del CCFFAA estaba al mando del general EP Francisco Contreras Rivas, hoy en misión en los EEUU.
Haciéndole un favor
La República reveló en anteriores publicaciones algunas de las irregularidades, ahora comprobadas por la Contraloría, pero Prolac desmintió los hechos y garantizó la calidad de sus productos. El CCFFAA también dijo en ese momento que no hubo nada de malo.
En la primera licitación, según la auditoría, el Comando Conjunto le dio la buena pro a Prolac sin que acreditara experiencia en la venta de raciones de combate –que es un rubro especialísimo–, y con productos que presentó sin registro sanitario, o los tenía vencidos, y se le aceptó alimentos que no correspondían a las características requeridas. No cuentan con el registro sanitario expedido por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), ni de su similar colombiana, Invima.
Prolac debió entregar los productos en un plazo de 30 días, pero al final lo hizo 68 días después. Además, para el internamiento de las raciones de combate, el 18 de enero del 2010 la colombiana Prolac suministró a las autoridades certificados de calidad, increíblemente, con fecha adelantada: 9 de febrero del 2010. La auditoría descubrió también que la compañía proveedora internó productos cuya fecha de vencimiento era anterior al tiempo de vida útil de un año, como señala la norma.
Tiempo fuera
Es más, como las bases de la licitación especificaban platos peruanos lo que hizo Prolac fue rebautizar los alimentos con denominaciones colombianas, señalan los reportes de la Contraloría. Los encargados del CCFFAA aceptaron el truco.
A pesar de todas las deficiencias detectadas, la fábrica colombiana volvió a ganar otra licitación. La primera fue por 980 mil soles. La siguiente sería por mucho más: 2 millones 967 mil soles. En total, casi cuatro millones.
En la segunda licitación, los parámetros de calidad se redujeron con la finalidad de que la propuesta de Prolac se ajustara perfectamente, concluyen los auditores.
Por ejemplo, se aceptaron los certificados de calidad de Colombia, así como los análisis físicos, químicos, microbiológicos y nutricionales del mismo país, cuando lo que correspondía era la convalidación con certificados emitidos por autoridades del país consumidor de los productos. El Perú.
Además, los certificados que presentó la compañía ganadora de la buena pro estaban referidos a los platos colombianos y no a los de denominación peruana, como indica la norma.
Para graficar las dimensiones de las irregularidades que se perpetraron en el CCFFAA para beneficiar a Prolac, la Contraloría ilustra el siguiente caso: el 22 de abril del 2010 la colombiana firmó contrato para suministrar 4,500 raciones de campaña. El 26 de abril, cuatro días después, según la guía de remisión de la compañía, cumplió con el suministro. Según los auditores, en cuatro días es materialmente imposible fabricar, certificar, importar, desaduanar e internar los productos. Los auditores preguntaron a Aduanas si Prolac había importado los alimentos, la respuesta fue negativa. ¿De dónde salieron?
Por cierto, como sucedió en la primera ocasión, Prolac tampoco cumplió con la fecha de entrega de las raciones. El Comando Conjunto no debió aceptar las postergaciones, tratándose especialmente de alimentos destinados a hombres que ponen en riesgo su integridad todos los días.
Cifras
25 mil raciones compró primero el Comando Conjunto en el año 2009.
75 mil raciones adicionales adquirió CCFFAA en el 2010 a pesar de las deficiencias.
4 mil efectivos de las Fuerzas Armadas se encuentran en el Vrae.
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