En esta fotografía del lunes 6 de julio del 2009, el ministro israelí del exterior Avigdor Lieberman habla durante un encuentro de la facción Yisrael Beiteinu, en el Parlamento. Lieberman se dirige en un viaje a Sudamérica, informó un diplomático el lunes 20 de julio del 2009 (AP foto/Tara Todras-Whitehill, archivo)
El ministro israelí de asuntos exteriores viaja esta semana a Brasil, Argentina, Perú y Colombia en una misión que tiene entre sus objetivos contrarrestar la “infiltración” de Irán en el continente, dijo el lunes un prominente diplomático de Israel.
En mayo, un reporte secreto del Ministerio Israelí de Asuntos Exteriores, obtenido por The Associated Press, aseguró que el programa nuclear de Irán recibía apoyo de Venezuela y Bolivia. El reporte acusó a ambas naciones de suministrar uranio a Irán. Los dos países sudamericanos negaron la acusación.
La visita de 10 días por parte de Avigdor Lieberman a Sudamérica se realiza en un momento en que Irán ha aumentado su influencia en América Latina.
Venezuela y Bolivia tienen estrechos vínculos con Irán, y funcionarios de Israel y Estados Unidos han expresado su preocupación sobre las actividades de los milicianos islámicos, algunos relacionados con Irán, en una región poco vigilada, donde convergen las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay.
La visita busca “enfatizar la gran importancia que el Ministerio de Asuntos Exteriores le confiere a América Latina”, señaló un comunicado de la dependencia.
Lieberman tenía programado partir el lunes por la noche. Durante su gira, abordará el asunto iraní con líderes sudamericanos, dijo el viceministro del exterior Danny Ayalon. Se enfocará principalmente en las actividades de la guerrilla Jezbolá, apoyada por Irán, en Líbano.
“Israel, junto con otros países, está preocupado por la infiltración iraní en América Latina, principalmente a través del Jezbolá, y esto será definitivamente un asunto a analizar entre el ministro israelí de asuntos exteriores y sus homólogos”, dijo Ayalon.
En Argentina, Liberman tiene previsto asistir a una ceremonia por el 15 aniversario del atentado dinamitero contra una asociación mutualista judía en Buenos Aires, perpetrado en 1994, que dejó 85 muertos y 200 heridos.
Aquel ataque se realizó dos años después de que una bomba destruyó la embajada israelí en Buenos Aires y mató a 29 personas.
Funcionarios argentinos afirman que Irán organizó el ataque y que agentes del Jezbolá lo realizaron. Estados Unidos e Israel señalan también que Irán estuvo detrás del atentado, pero Teherán ha negado su participación.
El presidente venezolano Hugo Chávez y su homólogo boliviano Evo Morales son simpatizantes firmes del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, y han reforzado sus vínculos con Teherán mediante acuerdos comerciales y apoyo político.
Tanto Caracas como La Paz rompieron vínculos con Israel en enero, para protestar contra una ofensiva militar en la Franja de Gaza.
Algo que también preocupa a funcionarios israelíes y estadounidenses es el área de la “triple frontera”, entre Brasil, Argentina y Paraguay.
El Departamento de Estado norteamericano señaló en su reporte más reciente sobre el terrorismo global que los controles laxos en la región dan a los extremistas — y a Jezbolá en particular — un refugio y una zona donde puede recaudar dinero para sus operaciones.
Las naciones sudamericanas niegan que haya un problema de terrorismo en la zona.
El reporte del Departamento de Estado, divulgado en abril, reconoció que ninguna “información corroborada muestra que Jezbolá, Hamas u otros grupos extremistas islámicos hayan usado la zona de la triple frontera para entrenamiento de tipo militar o para la planificación de operaciones terroristas”.
El reporte del Departamento de Estado, divulgado en abril, reconoció que ninguna “información corroborada muestra que Jezbolá, Hamas u otros grupos extremistas islámicos hayan usado la zona de la triple frontera para entrenamiento de tipo militar o para la planificación de operaciones terroristas”.
Sin embargo, el reporte señaló que Estados Unidos “seguía preocupado” de que los grupos islámicos siguen aprovechando las fronteras porosas para recaudar fondos destinados a organizaciones terroristas.
En 2006, el Departamento del Tesoro estadounidense colocó en la lista negra a nueve personas y dos empresas, que operaban principalmente en Ciudad del Este,ubicada en la triple frontera y considerada un centro de contrabando en la zona. Los incluidos en la lista negra, cuyos activos quedaron bloqueados, dieron “apoyo financiero y logístico” a Jezbolá, según el Tesoro.
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