Nelson Manrique sostiene que hay una grave
crisis de los partidos políticos que se refleja en los recientes escándalos en el partido Solidaridad Nacional. “Es lamentable que ahora los partidos se hayan convertido en un espacio para los grandes negociados, en que gente inescrupulosa, que sueña con una curul y ven el
Congreso como una oportunidad para expandir sus intereses, paga una suma de dinero para lograrlo”, dice.
-¿Qué opina usted sobre la inclusión en las listas parlamentarias de laFujimorista Martha Chávez, quien fue suspendida de su labor parlamentaria en el 2002, o de Jorge del Castillo, implicado en el tema de los petroaudios; además, de las subastas para ingresar a las planchas presidenciales? -Eso refleja en gran parte la
crisis de representatividad de los partidos políticos, que con la única intención de sobrevivir, forman alianzas porque no pasarían de ninguna manera la valla electoral. Y es lamentable que ahora los partidos se hayan convertido en un espacio para los grandes negociados, en que gente inescrupulosa, que sueña con una curul y ven el
Congreso como una oportunidad para expandir sus intereses, paga una suma de dinero para lograrlo, como se vio en el partido del ex alcalde Castañeda Lossio, que habría recibido dinero por otorgar una vicepresidencia.
-¿Entonces qué debe hacerse para renovar el sistema político? -Supuestamente, todos somos iguales ante la ley. Y todo individuo debería tener las mismas oportunidades para acceder a un cargo político, pero la realidad es otra, porque el hecho es que el poder que da el dinero y que pocos lo ostentan distorsiona la voluntad política de los partidos políticos. En ese sentido, las reformas deben basarse en ponerle límites estrictos al poder y al dinero. Por ejemplo, en EE.UU. toda contribución de cualquier institución o individuo a un partido político debe ser declarada y existe pena de cárcel para quien no lo hace.
-¿El nivel de los partidos políticos y sus cuadros se ha deteriorado en comparación a nuestra historia pasada?-No podría decir cuándo ha sido peor o mejor, porque ahora ya no hay partidos políticos, y el único que existe, el
APRA, tiene serios problemas de institucionalidad. Considero, sin embargo, que había antes mayores mecanismos de control y los afiliados se sentían mejor representados porque había más
Congresos y convenciones. Y en cada proceso eleccionario de cada partido se castigaba severamente al dirigente que no satisfacía las expectativas.
-¿No existe una real intención por parte de las mismas organizaciones de renovar la clase política?-Los partidos y sus altos dirigentes están envueltos en una red de corrupción. Y es iluso creer que estos mismos corruptos luchen contra la corrupción. Por eso creo que es un chiste cuando sus líderes, ahora candidatos a la Presidencia de la República, dicen que van a luchar contra los corruptos.
-¿Personajes como César San Martín a cargo de la presidencia del Poder Judicial y Susana Villarán, en el municipio de Lima, son esperanza de renovación?-Va a ser una lucha muy difícil. En el caso del Poder Judicial, hay una esperanza porque a pesar de la corrupción y vergüenza que existe en este aparato, el juez que pudo enviar a la cárcel al dictador
Fujimori ahora es su autoridad suprema. La cuestión es que ahora
San Martín se rodee de gente honesta para realizar las grandes reformas. Sobre Villarán, diría lo mismo, pero tendrá que enfrentar enormes obstáculos.
-En base a estos antecedentes ¿cómo ve la composición política para los próximos cinco años? -No va a haber grandes cambios. Y es penoso decir que la gran oportunidad para renovarla la tuvo la izquierda, después del triunfo de
Susana Villarán. Pero como siempre, los intereses mezquinos de algunos dirigentes no lo permitieron.
-De todos los aspirantes al sillón presidencial, ¿cree que hay algún candidato honesto?-Quisiera creer que sí. Pero no pondría las manos al fuego por ninguno.
Henry CamposRedacción