Buscar este blog

domingo, 10 de octubre de 2010

Editorial Movimientos regionales



Ha señalado el presidente García que los resultados electorales con el triunfo de cientos de movimientos o frentes regionales y vecinales, reflejan el nacimiento de un país más descentralizado, interesado en la gestión pública, y no uno que afianza su  dispersión y acentúa males seculares como el desorden y la desintegración.
La descentralización es un proceso complejo pues implica una gran reforma estructural del Estado peruano y el comienzo del fin de un centralismo hondamente arraigado y con ramificaciones de toda índole y a todo nivel. Con ese antecedente, es claro que las dificultades que enfrentará son grandes y así ha sido en lo que tiene hasta ahora de desarrollado. Pero, sin duda, las ventajas son mayores y las expectativas aún más.
En tal contexto, las palabras del presidente tratan de destacar lo positivo de un esquema descentralista que es sinónimo de modernidad y que constituye el necesario paso para que nuestro país, con accidentada geografía y multiplicidad de regiones y ecosistemas, se integre desde una perspectiva plural y a la vez concordante.
Por ello los movimientos políticos regionales que han surgido en forma aluvional con el proceso de descentralización son en el fondo una buena noticia porque dan cuenta de un deseo creciente de participación ciudadana en el manejo de la cosa pública, en la administración de sus propias regiones con un importante criterio local que, sin embargo, no debe contraponerse con el normativo y rector a nivel nacional y de acuerdo a competencias.
Es en este último aspecto que debe, empero, trabajarse con racionalidad y espíritu concertador. Porque así como es malo el centralismo también lo es el descentralismo sin orden ni concierto y por el solo prurito de serlo. En ese sentido las transferencias de competencias señalan un cronograma y una hoja de ruta que en aspectos como educación y salud se están cumpliendo con auspicios aunque no exentas de dificultades. Aquí debe quedar claro que la normativa y la rectoría la genera el nivel nacional pero la responsabilidad de la ejecución presupuestal y los compromisos de inversión y gestión corren por cuenta del nivel regional y local. Propiciar una sinergia inteligente y dinámica hacia una efectiva articulación es responsabilidad de los tres niveles de gobierno.
Ahora bien, corresponde llamar la atención para que estos grupos políticos regionales tengan una visión de país y recojan, además, las lecciones de la modernidad, enterrando aquellos provincianismos que lo único que han conseguido allí en donde se han ejercido es atraso y prejuicios. En tal sentido alertamos a la ciudadanía de las regiones– especialmente de aquellas con ingentes recursos debido al canon– para que permanezcan vigilantes de tal forma de bloquear a los grupos antisistema que bajo un ropaje demagógico y un discurso vocinglero y chauvinista, quieren convertir a las regiones en sus cotos políticos con fines meramente electoreros.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario