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domingo, 10 de octubre de 2010

Editorial Desarrollo y defensa nacional



Atinada y oportuna es la advertencia que han hecho desde las páginas de EXPRESO ex jefes militares que señalaron que el Perú crece en su economía pero es vulnerable en su defensa nacional. Por cierto que la base económica con su correlato de inclusión social es fundamental para tener un país viable, fuerte, globalizado, pero, al mismo tiempo, es menester contar con una capacidad militar selectiva y disuasiva. Buscar ese justo medio debe ser una política de Estado y a ella deben apuntar las políticas en los otros ámbitos relacionados.
Así, no podemos permanecer impasibles ante el anuncio del ministro de Defensa de Chile, Jaime Ravinet, de que Holanda entrega a nuestro vecino del sur de los 18 aviones militares F-16 de combate que adquirió en el 2009 dentro de una carrera armamentista evidente y en constante desarrollo. Es obvio que Chile se arma contra el Perú; eso lo sabemos históricamente y debemos actuar en consecuencia, sin caer en la onerosa emulación pero sí atendiendo como se debe a nuestra capacidad operativa en el campo militar.
Crecer económicamente es lo mejor que nos puede pasar. Signo de vitalidad y de potencia, nos coloca ante la región y el mundo como un ejemplo a seguir. Persistir en esa línea es nuestra gran meta nacional, pero, asimismo, debe serlo mantener unas Fuerzas Armadas lo suficientemente equipadas como para defender esas conquistas económicas y sociales de la rapiña exterior.En eso estamos con el fortalecimiento del Núcleo Básico de Defensa pero no podemos bajar la guardia, ni tampoco ceder a los cantos de sirena que nos desvíen de nuestros grandes objetivos de desarrollo: hacer del Perú un país cada vez más democrático, institucionalizado, participativo, inclusivo, pero en el marco de una economía estable, pujante, en permanente conquista y afianzamiento de mercados y abierta a los capitales e inversiones del mundo entero.
Necesitamos concertar con todas las fuerzas políticas la asignación al sector Defensa, para que mantenga un crecimiento adecuado. Nuestras Fuerzas Armadas trabajan con el equipamiento que tienen, lo conocen, lo dominan, con una gran capacidad y creatividad pero no podemos descuidarnos. Requerimos propender a un equilibrio disuasivo y adecuado en la región, para que podamos proyectar nuestro verdadero e integral poder en el Pacífico.
El Perú ha denunciado en varios foros regionales y, últimamente en la ONU, la carrera armamentista y ha llamado a la comunidad internacional a actuar en consecuencia, obteniendo el apoyo y el reconocimiento generalizado porque dicho planteamiento lo hace un país que ha sido puesto como modelo en el mundo por su fortaleza frente a la crisis mundial.
Nuestra clase política debe empeñarse con eficiencia y sentido de patria y de unidad, en encontrar ese justo equilibrio entre desarrollo y defensa nacional adecuada. Todo un pueblo conciente de su gran tarea histórica y de sus deberes con la ciudadanía de Costa, Sierra y Selva, a las que sabrá defender en el momento necesario.  

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