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viernes, 1 de octubre de 2010

El golpe avisa

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

¿Es lo ocurrido en Ecuador una alerta para el Perú?

El intento golpista contra el presidente Rafael Correa se debe rechazar de plano sin perjuicio de cualquier problema que este pueda enfrentar ni motivación de los que quieren romper la Constitución en Ecuador.

Por ello, hizo bien el presidente Alan García en repudiar –en el marco de reacciones similares en el continente– este golpe y en expresar la solidaridad del Perú al presidente Correa.

Los golpes, para consolidarse, necesitan varios factores. Uno es conseguir apoyo externo mediante el reconocimiento o, al menos, la vista gorda que, al final, se parecen mucho. Por ello, es clave la condena de los presidentes latinoamericanos.
Esto debe hacerse por razones de principios pero, también, por motivos puramente prácticos pues los golpes se contagian entre países. No están conectados pero es imposible dejar de pensar en este intento de golpe en Ecuador –que ojalá no se consolide– con el ocurrido en Honduras el año pasado.

No voy a eludir, entonces, la pregunta políticamente incorrecta que se cae de madura: ¿puede haber un golpe en el Perú en el futuro cercano? Me encantaría responder categóricamente que no, pero creo que, siendo muy baja la posibilidad de dicho escenario, no es, lamentablemente, nula. A eso aludió mi columna ‘Tocando la puerta de los cuarteles’, de hace una semana. Varios hechos van en la ruta equivocada del golpismo:

1. Agenda militar no resuelta que incluye un pliego de reclamos que va desde asuntos salariales (atraso antiguo), pensionarios (cédula viva)  y hasta juicios por derechos humanos.
2. Varios políticos interesados en engancharse con esa agenda, incluyendo desde el ex ministro Rafael Rey, el vicepresidente Luis Giampietri y, por supuesto, el fujimorismo en pleno.

3. Desaceleración del esfuerzo de modernización y  reforma de las fuerzas armadas y policiales ocurrida durante el gobierno aprista por la carencia de visión de la misma, falta de conciencia de su importancia y ni siquiera la voluntad de tenerla.
4. La sensación lamentable dejada por varios miembros de la derecha democrática liberal durante la elección que termina este domingo de estar dispuestos a mentir y llegar al macartismo más ramplón, reviviendo fantasmas terroristas con fines políticos, si el panorama político se les vuelve adverso.

5. La constatación de que existen varios medios de comunicación que alientan opciones autocráticas, incluyendo –en algunos días, dependiendo de a quién le toque cerrar la edición– a los más tradicionales del país.

En ese contexto, el intento golpista en Ecuador es un virus que se debe eliminar cuanto antes. Por principios pero, también, porque lo que ocurra en el vecino nos acaba afectando.

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