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lunes, 18 de octubre de 2010

Foto carné

Uri Ben Schmuel
uribs@larazon.com.pe
Consideramos oportuno un comentario sobre la última encuesta nacional de Ipsos-Apoyo, que arroja un empate técnico entre Castañeda y Keiko. Pero antes una digresión. Después del papelón que hicieron las encuestadoras en las elecciones municipales, tomamos lo que dicen con pinzas. Por más de un mes le atribuyeron a Villarán una ventaja sobre Lourdes de, en promedio, 10 puntos –la Católica insistía en 15% de diferencia entre ambas– y en sus sondeos ‘flash’ del sábado 2 de octubre admitieron que habría un empate. Para justificarse, argumentan ahora que los indecisos se decidieron. Pero todavía no explican cómo así más de medio millón de limeños optaron de la noche a la mañana por dar, todos, su voto a Flores Nano.
Siempre han jugado con inflar a los indecisos para que al final puedan cuadrar sus encuestas, y esta vez el truco no funcionó. Apenas un punto y pico de diferencia separa a las dos, según los últimos reportes a paso de tortuga (Es obvio a estas alturas que Villarán será proclamada alcaldesa. Tan obvio que hasta los más fieles asesores de Lourdes le aconsejan convertirse en la versión criolla y femenina de De Gaulle –¿habrá tenido el buen Charles una piscina en Colombey-les-Deux-Èglises?– y arbitrar la política nacional desde su hogar. El único problema con esto es que le Général había ganado elecciones, para no mencionar una guerra mundial, y eso le daba peso a sus opiniones. En cambio, doña Lourdes solo ha triunfado en el rubro de desperdiciar oportunidades. En fin…).
Así pues, de aquí en más nos guiaremos por el instinto periodístico y no tanto por las encuestas. Después de todo, no nos ha ido tan mal con ese método. Hace más de un año, escribimos en esta columna que veíamos en segunda vuelta a Keiko y Toledo. Y la foto que empieza a emerger de los sondeos, con todas las distorsiones e intereses poco santos que estos puedan tener en su confección, corrobora esa impresión. El ex presidente está creciendo como debe hacerlo un candidato: poquito a poco, en forma homeopática, sin estar realmente en campaña. A Keiko, por su lado, también le sonríen los astros, pese a que aún no ha puesto el pie en el acelerador.
¿Y Castañeda?, se preguntará el lector. Pues creemos que es lo suficientemente inteligente como para leer de manera adecuada los datos de la realidad. La carnicería que prepara Villarán una vez que asuma la alcaldía –va a escarbar montos y obras sin piedad–, el abrazo del oso de Alan García –últimamente Midas contrafáctico que convierte en barro a candidatos de oro– y su poco arraigo en el interior son elementos que le harán la vida difícil si insiste en tentar el sillón de Pizarro. Lucho, que sabe mucho, bien podría formar parte de alguna plancha. Con su perfil, tranquilamente encajaría como el primer vicepresidente de Keiko o de Toledo. Una fórmula así arrasaría en las urnas, quizá hasta en primera vuelta...

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