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sábado, 2 de octubre de 2010

HERMOSA HISTORIA DE UN COMBATIENTE JAPONES QUE FUE AMNISTIADO


Hiroo Onoda es ala fecha un Tte. En retiro de 88 años del desaparecido Ejercito Imperial Japonés de la Segunda Guerra Mundial, fue entrenado como oficial de inteligencia en la Escuela Nakano y el 17 de septiembre de 1944 fue enviado a la Isla Lubangp ubicada a 75 millas al sudeste de Manila en las Filipinas. 

Llegó a Lubang el 26 de septiembre de 1944. Las órdenes del Tte. Onoda eran realizar una guerra de guerrillas, contra los estadounidenses, que estaban listos para invadir la isla. Antes de partir el Mayor Yoshima Tanigushi, jefe directo de Onoda, le dijo claramente: "Está prohibido terminantemente el suicidio. Puede tomar tres años, puede que sean cinco, pero pase lo que pase, regresaremos para buscarlos. Hasta entonces, mientras uno de los soldados permanezca vivo esta guarnición seguirá bajo su mando y operando. Pueden sobrevivir comiendo cocos, y si eso fuera necesario, vivirán comiendo cocos. Pero, bajo ninguna circunstancia se rendirán o se quitarán la vida voluntariamente."

En febrero de 1945, las fuerzas estadounidenses invadieron Lubang y arrasaron con las defensas japonesas y parte de los 250 hombres bajo su mando, por lo cual ordeno a sus hombres dividirse en equipos de guerrillas. Su equipo estaba formado por tres soldados mas, 

En marzo, 41 japoneses se rindieron y los restantes lo hicieron el 14 de agosto de 1945, pero Onoda no se enteró de la Orden Imperial de deponer las armas. Los cuatro hombres sobrevivieron comiendo cocos, plátanos verdes y robando reses de los rebaños de los campesinos.

Durante todos esos años el grupo sobrevivo en base a técnicas de guerra de guerrilas, y continuo atacando a lo que creían era un objetivo militar, para posteriormente internarse en la selva, con el correr de los años perdió dos de sus compañeros y quedo solo con uno, siguió viviendo en la selva filipina en la convicción que la guerra no había terminado y rechazo cualquier estratagema para sacarlo del monte, a pesar que fueron familiares incluso su padre en 1959 y decirle con megáfonos que la guerra había terminado el nunca se rindió ni enseño la cara. 

El 19 de octubre de 1972, Onoda y Kozuka el ultimo soldado que le quedaba se prepararon para incendiar pilas de arroz que los campesino habían cosechado, "para sabotear las líneas de abastecimientos del enemigo." la Policía Filipina descubrió a los dos hombres y les disparó. El soldado Kozuka de 51 años resultó muerto en el combate, finalizando así 27 años de lucha clandestina. El Tte. Onoda escapó internándose en la selva, la noticia de la muerte de Kozuka llego al Japón y los familiares concluyeron que Onoda estaba vivo.

El 20 de febrero de 1974, Onoda encontró en uno de sus patrullajes en la ribera de un rió al estudiante japonés Norio Suzuki, que había logrado seguirle la pista, pero el Tte. Estaba en un dilema porque no podía tomar prisioneros, pero después de una difícil comunicación inicial, Onoda confió en el joven y se hicieron amigos, El muchacho dijo "Soy japonés. ¿Ud. es Sr. Onoda?" El Tte. Japonés contesta "Sí, soy Onoda". El militar preguntó, ¿Es Ud. de parte del gobierno japonés?, No, soy solo un turista, El joven le dice “La guerra ha terminado”. ¿No quiere volver a Japón conmigo? ¿No quiere ver los cerezos de la patria? “No puedo volver a Japón” Ud. no lo comprende, No he recibido órdenes en tal sentido, La guerra no ha concluido para mí, Si Ud. quiere que yo vuelva a Japón, tráigame la orden Pero, tiene que ser una orden formal de parte de las autoridades encargadas, Quedando en encontrarse en el mismo lugar dos semanas después.

El 9 de marzo de 1974, el Tte. Onoda fue al lugar de la cita con cierto recelo, pensando en una emboscada, vestido con su uniforme de combate, sable y su fusil Arisaka, municiones y varias granadas de mano se dispuso a presentarse a su superior el Mayor Tanigushi ya retirado, que en 1944 le dio la orden de combatir hasta morir y no suicidarse, Onoda espero recibir nuevas órdenes para continuar la lucha, pero el Mayor llevó consigo las ordenes escritas del Emperador donde ordenaba deponer las armas y cesar todo acto de guerra, leyéndolas en voz alta, después de unos instantes de tensión, Onoda abrió el cerrojo de su fusil, descargó el arma, se quitó las cartucheras y puso todo el equipo en el suelo, Onoda pasó casi 30 años combatiendo en la selva al no haber recibido la orden de rendirse de su Comandante inmediato. 

El 10 de marzo de 1974, se rindió formalmente en la Base de Radares de Lubang, ante el Mayor General J. L. Rancudo de la Fuerza Aérea de Filipinas representando a las Fuerzas Vencedoras, Onoda le presentó al General su sable de Oficial en señal de rendición y este se la devolvió en señal de respeto. Al día siguiente, la ceremonia se repitió ante el Presidente Marcos quien, para asombro de Onoda, también le devolvió el sable. Durante las acciones guerrilleras, Onoda y sus hombres mataron a unas 30 personas e hirieron a un ciento más, pero el Presidente Marcos consideró que Onoda actuó con la firme convicción de que la guerra seguía y por tanto le perdonó por las muertes y el daño causado a los campesinos y pescadores.

El 12 de marzo de 1974, el Tte. Onoda llegó al aeropuerto de Narita en Japón, siendo recibido como Héroe Nacional, visitó las tumbas de sus compañeros caídos y fue recibido inmediatamente por el Emperador y el Primer Ministro. El Gobierno de Japón le abono 1,000,000 de Yenes para compensar 30 años de servicios a la Patria, donando en Tte. Onoda todo lo recibido al Templo de Yasukuni para la paz de los caídos en las guerras, Onoda reporto muchas veces ser infeliz con toda la atención prestada hacia El, su disciplina y formación ancestral no lo permitían, también le desanimo como habían cambiado las virtudes japonesas de Patriotismo y el concepto del honor, fue entonces que en Abril de 1975, siguió los pasos de su hermano y fue a radicar a Brasil, asumiendo un rol en la comunidad local japonesa.

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