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sábado, 11 de diciembre de 2010

Inseguridad ciudadana se nutre del status quo

Opinion

MAG. FÉLIX M. MURAZZO CARRILLO Teniente General PNP (r)
La oportunidad que tuve de ocupar los cargos públicos de Director General PNP (2004) y Ministro del Interior (2005), me dejó la sensación de la existencia de un factor en nuestra sociedad, que aparece como una sombra, que hace inocultable laexistencia de una evidente resistencia a la solución de los problemas relacionados con la inseguridad ciudadana; y allí pareciera que la labor sobrecargada y el afán de resolver los problemas del día a día en dichos cargos, te absorbe, conspira y determina que perdamos la percepción del cómo resolver este crónico problema social.
Adicionalmente a lo mencionado me quedó la impresión de que la inseguridad ciudadana que nos atormenta, se nutre de un status quo social, cuya prevalencia favorece a quienes convierten este problema como la fuente de una actividad muy lucrativa -no me refiero solamente a los delincuentes, infractores de la ley penal- la misma que se traduce en réditos económicos a través de actividades comerciales, financieras y por ende empresariales.
Pero ello monopolizando la seguridad en la comunidad, curiosamente utilizando como infraestructura -sin mayor inversión- los recursos humanos e incluso medios (uniforme, armamento, municiones, etc.) que el Estado Peruano con dineros de todos los peruanos habilitó a las fuerzas del orden para la labor de cumplimiento de una misión -en los hechos- de alguna manera usurpada y hasta desprestigiada, por la existencia de factores y grupos de interés, que como producto generan más desorden social.
Como si fuera poco, la carencia crónica por muchos años de una Política de Estado en el tema de la Seguridad que sea coherente, permanente, inclusiva y sobre todo eficiente, basada en el dominio de esta temática que es eminentemente técnica; genera que la solución a la inseguridad, se vea siempre desde el punto de vista de acciones que tienen como destinatario el escenario de las consecuencias del delito.
Es decir, se piensa que, para resolver este sempiterno problema de la inseguridad, se tiene solamente que aumentar el número de policías -aunque no respondan a un esquema estratégico y táctico- aumentar el número de unidades móviles, aumentar la dotación de combustible, adquirir mayor armamento y municiones, un mayor equipamiento, etc. abastecimientos que en muchas oportunidades por la “prioridad” aducida y la forma utilizada devienen en irregularidades que terminan afectando la imagen de las autoridades de los gobiernos; pero siempre el desprestigio institucional.
Esta percepción para “resolver” los problemas de inseguridad no es casual, siempre lamentablemente se incide en este escenario, de repente por los dividendos que en el camino quedan; pero lo más grave es que a la vez gubernamentalmente, se descuida el otro escenario, el referido a las causas del delito (hogares disfuncionales, desintegración familiar, violencia familiar, desempleo, subempleo, desocupación, dependencia alcohólica, drogadicción, enfermedades contagiosas crónicas, etc.), que es el medio de donde se proveen los infractores del delito.
Y lo más importante, en donde se encuentra “la información” necesaria, pertinente y suficiente, como factor para el control de la inseguridad ciudadana, lo que permitiría con la aplicación de esquemas estratégicos y tácticos inteligentes que están diseñados y en espera de ejecución, ir progresivamente resolviendo el problema de la Seguridad Ciudadana, con una labor silenciosa, cuya aplicación y efectividad –para garantizar el éxito- se conocerá por los resultados más que por su concepción.

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