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lunes, 6 de diciembre de 2010

Piñera frenó oferta de enclave a Bolivia


Politica
2-1_jhonel_rodriguez_copyBachelet había considerado dar cualidad marítima, no soberanía, a los bolivianos.El diario La Tercera reveló ayer que Bolivia estuvo a punto de recuperar su cualidad marítima mediante un enclave en Tarapacá que había sido ofrecido por la presidenta chilena Michelle Bachelet, pero todo se frustró por la oposición de Sebastián Piñera a poco de ser elegido presidente de Chile. Aquí la información de interés para el Perú.
En diciembre del 2009, sólo días después de que Sebastián Piñera triunfara en las elecciones presidenciales, el gobierno de Evo Morales envió un reservado documento a la administración de Bachelet.Se trataba del borrador de un acta de carácter oficial que pretendían firmar ambos países, en el que se daba cuenta del proceso de negociaciones bilaterales de los últimos cuatro años y donde Chile adquiría el compromiso de continuar avanzando en las conversaciones para resolver la histórica demanda marítima paceña sobre la base de lo que hasta ese momento habían trabajado ambas cancillerías.
El borrador enviado desde La Paz formaba parte de un acuerdo al que habían llegado en octubre los vicencancilleres de Bolivia, Hugo Fernández, y de Chile, Alberto van Klaveren. Los viceministros habían liderado las nueve rondas de consultas políticas de las diplomacias de ambos países desde julio de 2006 y en este encuentro, el último antes de que Bachelet concluyera su mandato, hablaron de consensuar un documento común. Bolivia quedó a cargo de redactarlo y Chile le realizaría las correcciones.
NegociacionesA esa altura, las conversaciones en torno al tema marítimo estaban avanzadas. Aunque el acta boliviana no consignaba fechas ni fórmulas, según señalan fuentes del gobierno de la época, para entonces Bachelet tenía en vista tres opciones para conceder un enclave costero sin soberanía a Bolivia en la provincia de Tarapacá. Una de ellas llegó a consolidarse durante las negociaciones: se trataba de un punto entre el sur de la Quebrada de Camarones y el norte de Iquique. La fórmula sin soberanía sorteaba las obligaciones del Tratado de 1929, que dispone que Chile debe consultar a Perú por la cesión de territorios que le pertenecían antes de la Guerra del Pacífico.Durante el primer semestre de ese año viajó en forma reservada a la provincia de Tarapacá una delegación de tres técnicos del gobierno de Morales para ver in situ las características del lugar que se había definido negociar.
Durante tres días, con mapas y documentos topográficos y legales, los técnicos bolivianos comprobaron las características del terreno y las posibilidades de desarrollo del enclave. El lugar que exploraron fue una caleta deshabitada: era una de las condiciones de ambas partes para concordar un enclave.
AlternativaLos negociadores bolivianos también plantearon condiciones. Pidieron que en el enclave se autorizara la construcción de un eje urbano, aledaño al sector industrial. La pretención paceña era algo mayor de 400 kilómetros cuadrados, lo que Chile no aceptó. De todas formas, el mecanismo que se exploró era similar e incluso superior a la concesión que otorgó Perú a Bolivia en el puerto de Ilo. El acuerdo firmado en 1992 por los entonces gobernantes Alberto Fujimori y Jaime Paz Zamora incluía la cesión por 99 años de un enclave costero de cinco kilómetros y 163 hectáreas para Bolivia.
Rechazo de PiñeraPese a la derrota de Eduardo Frei en las urnas, Bachelet mantuvo vivo el interés de alcanzar un acuerdo con Bolivia antes de terminar su mandato. El borrador del acta boliviana estaba siendo revisado para su ratificación mientras se iniciaba el traspaso de mando a Piñera (…)La decisión de Piñera de febrero pasado echó por la borda las reservadas negociaciones de Bachelet y Morales. En julio de 2006, ambos acordaron establecer una agenda de 13 puntos, en los que estaba incluido el tema marítimo en el punto sexto de la tabla. Meses después, en abril de 2007, se comenzó a hablar de eventuales fórmulas entre sus gobiernos. 
El final
El 14 de junio de ese año, en Tarija, Morales dio un mensaje similar a Bachelet. Durante su conversación a solas, el mandatario boliviano la urgió a apurar el tranco. “Hasta ahora hemos construido una confianza. Debemos pasar a la segunda fase”, dijo Morales, indicando que estaba dispuesto a explorar una fórmula sin soberanía. Aquella vez, afirman fuentes del gobierno de Bachelet, el mandatario pidió que le explicara en detalle qué era lo que Chile planteaba por enclave.“Después del encuentro de los presidentes se hicieron mapas, cartas naúticas, planimetrías detalladas de los posibles lugares”, señala una fuente del edificio Carrera. A la Dirección de Fronteras y Límites de la Cancillería de Chile se le encomendó hacer un barrido de las pertenencias mineras y de los propietarios de cada una de las zonas para detectar eventuales conflictos jurídicos posteriores. RREE también sondeó la posición de las FFAA. (…)
La propuesta de Chile fue bien recibida en Bolivia, que, a su vez, envió a Santiago sus propios mapas para ubicar el enclave. “No había mucha diferencia en los lugares que habíamos propuesto, sí en las dimensiones, las que eran más grandes en la contrapropuesta boliviana”, añade un personero que conoció las negociaciones.Las conversaciones seguirían en curso en los meses siguientes. Nada hacía prever entonces que las tratativas marítimas quedarían en punto muerto.
Instalación militarVilma Ayala Rojas A poco más de un mes del encuentro entre los presidentes del Perú y Bolivia, en Ilo, el jurista Martín Belaúnde Moreyra reitera su preocupación por los convenios suscritos con el país antiplánico dentro de lo que se denomina “Boliviamar”, en lo que se refiere a la construcción de una Escuela Naval de Bolivia en territorio peruano, y consideró “precipitado” que se haya puesto la primera piedra de esta edificación antes de que haya sido aprobado y ratificado por el Congreso de la República. Afirmó que la Escuela Naval de Bolivia equivale a una instalación militar.En diálogo con EXPRESO, señaló que lo primero que se tiene que hacer es publicar los textos del Convenio, que incluye varios puntos, y luego someterlo a debate tanto en el Congreso como entre la opinión pública peruana, y es evidente que ahí el Ministerio de Defensa tendrá que pronunciarse.Indicó que el tema podría ser debatido en este o en el próximo gobierno, “esa es una decisión soberana del Parlamento”; entre tanto no puede haber ninguna construcción. Para el jurista lo mejor sería dejar el tema para el próximo Congreso.

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