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miércoles, 5 de enero de 2011

(Editorial) Villarán: el reto de combinar participación con eficiencia


Los vecinos y residentes de Lima, incluso los que no votaron por Villarán, esperan que, superado el calor de la campaña, se continúen las obras ya iniciadas…

Miércoles 05 de enero de 2011 - 07:00 am
La nueva alcaldesa de Lima, Susana Villarán, asumió el cargo con un positivo discurso de apertura democrática en el que delineó los ejes de su gestión: concertación, transparencia, participación vecinal, inclusión, eficacia y principio de autoridad.
La ceremonia fue realzada por la presencia del embajador Javier Pérez de Cuéllar, así como del presidente Alan García, varios de sus ministros (del Interior, Salud, de la Mujer y Desarrollo Social) y un nutrido grupo de regidores de diversas bancadas políticas.
Más allá de lo formal, este ánimo convocante debe prevalecer, vista la compleja correlación de fuerzas dentro y fuera del municipio. Han sido públicos los roces y diferencias dentro de la confluencia de izquierda que llevó a Villarán a la alcaldía, lo que la obliga a ejercer un liderazgo responsable, fino y democrático para conseguir el respaldo de los regidores de oposición y de los alcaldes distritales, la mayoría de los cuales pertenece al PPC.
El tiempo apremia. Urge tomar decisiones para afrontar problemas de gran envergadura, principalmente en materia de transporte, seguridad ciudadana y desarrollo urbano. Muchos proyectos, como es sabido, ya han sido iniciados por la anterior gestión, pero aún resta mucho para hacer de esta metrópoli de más de 8 millones de habitantes un lugar ordenado, seguro y amigable para sus residentes. Y la autoridad municipal tiene que liderar este proceso.
Al respecto, merece exhaustivo análisis la propuesta de consultar con los vecinos la aprobación de las grandes obras y la implementación de cabildos abiertos. Por principio, como medio de comunicación comprometido con el interés nacional, promovemos la democracia representativa y participativa, así como los instrumentos para ejercerla, entre ellos la consulta popular y el referéndum, de uso común por ejemplo en países como Suiza.
Sin embargo, entendemos que para aplicarlos de manera regular y efectiva en nuestro país, como pretende Villarán en Lima, tiene que establecerse una metodología clara a partir de proyectos de factibilidad debidamente motivados y sustentados técnica y presupuestalmente.
Esto es absolutamente necesario para evitar entrampamientos en la gestión, que podrían paralizar algunas obras sin medir los nefastos perjuicios para el desarrollo metropolitano a mediano y largo plazos. El reto aquí es combinar la participación vecinal con la eficacia en la gestión, sin caer en extremos.
Villarán ha prometido también una gestión transparente y sin corrupción. Se espera, en tal sentido, el cumplimiento estricto de las leyes de acceso a la información pública y la actualización de los portales web, con toda la información económica y financiera, e incluso con la transmisión de las sesiones de concejo. Asimismo, debe incluirse mecanismos de rendición de cuentas, fiscalización y control, sin esperar las alertas de la contraloría.
Los vecinos y residentes de Lima, incluso los que no votaron por Villarán, esperan que, superado el calor de la campaña, se continúen las obras ya iniciadas y que la nueva alcaldesa sepa plasmar su discurso democrático en una gestión realmente abierta y efectiva que modernice y devuelva el orden, la seguridad y la armonía a nuestra casa grande.

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