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jueves, 17 de febrero de 2011

Botox Periodístico

Con el sano afán de que esta cofradía siga echando flores a CARETAS todos los días, mañana, tarde y noche, por la radio, prensa y televisión, publicamos este sesudo análisis de la evolución y oportuno cambio de sus posiciones políticas.
Rosa María Palacios de Varillas debería revisar la definición de la palabra en inglés disclosure.
Se trata, por cierto, de la advertencia que un periodista hace a su público cuando aborda un tema que lo involucra directamente.
Su reciente campaña contra CARETAS obvia que esta revista fue el medio que puso al descubierto el papel de la empresa Petro-Tech en el escándalo de los petroaudios.
Uno de los jugadores principales de esa empresa fue el abogado Alberto Varillas, esposo de Rosa María. Varillas era el más cercano colaborador de William Kallop, estadounidense especializado en expoliar durante años al Estado peruano con la complacencia de funcionarios oficiales de turno. Eso hasta que fue ajustado por Daniel Saba, actual presidente de Perupetro y sobreviviente de la inflada saga de interceptaciones.
Una multitud de elementos conducen al rastro de Petro-Tech detrás de los móviles de interés de los petroaudios. Y a Rosa María le fastidió sobremanera que CARETAS documente esos móviles. A eso se debe su inquina con esta revista.
¿Cómo pudo tomar abiertamente partido con los petroaudios?
¿Cómo ahora se le ocurre emprenderla contra Miguel Hidalgo cuando él fue quien organizó el equipo especial que se tumbó a los “chuponeadores” de BTR, de quien Petro-Tech fue cliente?
Ahí también se le olvidó el disclosure.
Palacios de Varillas se mueve en medio de intereses gigantescos y con la millonaria venta de Petro-Tech, relacionada también al escándalo, su patrimonio conyugal debió incrementarse notablemente. Eso se desprende de una reciente columna suya de Diario.16 en la que comenta la declaración jurada de Pedro Pablo Kuczynski:
“¿Quién diría que PPK ha acumulado un patrimonio un poquito mayor al millón de dólares? ¿Nada más? 72 años de vida, más de treinta trabajando en banca internacional y ¿eso es todo? Con la subida del valor de las propiedades en San Isidro eso no alcanza para mucho, la verdad. Así que si PPK quiere vender la imagen de exitoso hombre de negocios, la verdad es que muy exitoso (al menos económicamente) no ha sido. Para un par de casas y eso”.
Rosa María destaca en el grupo de los periodistas que a su paso dejan importantes preguntas sin contestar, comenzando por sus asesorías al fujimorismo. Y ahora la prensa post-fujimorista comienza a repetir un guión. Durante las campañas, un importante porcentaje de medios y columnistas apuestan al extremo por un candidato. Luego se dedican a demoler la figura presidencial durante cinco años, y todo el sistema por añadidura, con el consecuente debilitamiento de una ya frágil democracia.
El ejemplo de Alejandro Toledo es elocuente. Varios de sus acérrimos defensores en la prensa fueron quienes pidieron su cabeza durante buena parte del quinquenio anterior.

“Régimen Deleznable”

Imposible eludir el caso de Juan Carlos Tafur. El perceptivo psicólogo social fue responsable en buena medida de la nueva emergencia del tabloide político con el relanzamiento de Correo. Varias experiencias después se encuentra al frente de Diario. 16, un periódico dedicado a darles palos feroces a todos los candidatos. Claro, con la muy notoria excepción de Toledo.
El domingo 6, Tafur exploró su vena narrativa con un diálogo ficticio entre Alan García y Luis Castañeda. En un pasaje el primero le increpa al segundo:
“Mira nomás lo que ha pasado con la foto de Sánchez Paredes. Al final, lo terminaste ayudando al cholo. Era para sacarla de acá a un mes, no ahorita”.
Y el mudo responde: “¿Pero no me dijiste que en tus focus groups salía que ese tema lo iba a demoler?”. 

El viernes 4 Tafur editorializó que esta revista puso en su “justa dimensión” el tema del narcotráfico en campaña. Pero en la primera plana de ese mismo día tildó a Hidalgo de “sinvergüenza” por las averiguaciones que adelantó Inteligencia de la Policía.
Era otro el editorialista de Correo. Solo un ejemplo entre tantos, del 20 de enero del 2005:
“Desde esta columna se ha dicho, cuando el asunto era casi intocable, que el tema de la vacancia no tendría por qué ser visto como una violación del orden constitucional o democrático y que de darse las causales establecidas a nadie le debería temblar la mano para proceder a ella (cosa en la cual seguimos creyendo, por cierto).
Asimismo, hemos propuesto sin disimulos que, de no darse el escenario de la vacancia, una salida posible –aunque poco probable– podía ser la renuncia voluntaria del presidente Toledo y el pase a una suerte de neotransición hasta el 2006 o, eventualmente, a un adelanto de las elecciones.(...)
Es que nos queda absolutamente claro que Toledo, este gobierno y sus sicarios son, felizmente, un hito pasajero y que la democracia y el país están por encima de las excrecencias de un régimen deleznable que en su momento tendrá que responder ante los tribunales por sus tropelías (las cuales, estamos seguros, como en un iceberg, solo son visibles en un porcentaje mínimo)”.

“Cadena de Ineptitudes”

Augusto Álvarez Rodrich, columnista de La República, ex director de Perú.21 y ex funcionario de las privatizaciones durante el decenio fujimorista, también acusó sin empacho a esta revista. “El tema elegido (para perjudicar a Toledo) es el de las drogas”, aventuró el domingo 6. “Y el ataque viene desde el plano personal con el fin de presentar a Toledo como drogadicto con el impulso del examen toxicológico. A su vez, la fotografía difundida de Manuel Sánchez Paredes con Toledo busca vincularlo a las mafias de narcotraficantes. Según fuentes creíbles, ambas líneas de ataque son lanzadas por medios y periodistas en coordinación con Palacio de Gobierno”.
El sábado 12 pasó de la sugerencia a la más burda distorsión. “Fuentes creíbles me comentaron ayer que, hace unos días, antes de las ‘tandas’ de Caretas contra Toledo, el presidente Alan García habría comentado en una celebración informal en Palacio que luego de las ‘revelaciones’ que haría dicho medio, el candidato de Perú Posible quedaría seriamente golpeado”.
Para Álvarez, “Toledo aún no se cae y Alan García desespera y dispara”.
Olvida que él fue también entusiasta francotirador con poca economía de adjetivos. El 21 de marzo del 2004, un año antes del aludido editorial de Tafur, él ya enterraba al “cholo” en Perú.21:
“El gobierno del presidente Alejandro Toledo se ha convertido en una cadena interminable de ineptitudes y escándalos que no van quedando atrás porque estos se hayan resuelto –mediante una explicación satisfactoria o la sanción de los responsables– sino, simplemente, porque el siguiente bochorno aparece de inmediato y tapa al previo.
(…) Sin duda, lo mejor para el país sería que el gobierno culminara su mandato, pero es evidente que las cuchipandas en que se ha metido han erosionado seriamente sus bases y lo han puesto al borde del abismo.
(…) No obstante, lo más probable es que la continuación por un tiempo más de todos los problemas que hemos visto hasta ahora será imposible de administrar y, simplemente, acabará llevando al gobierno al colapso. A estas alturas, lamentablemente, parece muy difícil que el régimen del presidente Toledo pueda sobrevivir a sus graves errores y deficiencias y a su inclinación por la búsqueda del interés particular de sus principales integrantes”.
Y sobre la trayectoria de Nicolás Lúcar no hace falta abundar.
Los lectores atentos se encuentran avisados. Algunas veces el periodismo es un mero ejercicio de estilo en el que el péndulo se mueve de igual forma, aunque los personajes cambien de sitio. (Escribe:Enrique Chávez)

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