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domingo, 11 de marzo de 2012

Policías ratifican que entregaron vivo a

 "Tito" a comando militar

El equipo. Grupo de la Dirección de Seguridad de Protección y Seguridad del SIN que estaba bajo el mando de Zamudio, el día del rescate. Ninguno de ellos está involucrado en el caso.
El equipo. Grupo de la Dirección de Seguridad de Protección y Seguridad del SIN que estaba bajo el mando de Zamudio, el día del rescate. Ninguno de ellos está involucrado en el caso.
testimonios. Ante el tribunal que juzga a los llamados "gallinazos" del SIN, a los que se atribuye el asesinato del "tupacamarista" "Tito", dos policías que detuvieron al terrorista cuando pretendía escapar manifestaron que, por orden del general Zamudio, lo entregaron con vida a un efectivo de Chavín de Huántar que lo reingresó a la residencia japonesa donde apareció con un tiro en el cráneo. Ángel Páez.
Los suboficiales de la policía Raúl Robles Reynoso y Marcial Torres Arteaga han ratificado ante la justicia que sorprendieron al terrorista Eduardo Cruz Sánchez, alias "Tito", cuando pretendía huir por uno de los túneles donde salían los cautivos liberados.
 Luego de maniatarlo, llamaron por radio a su jefe, el comandante del Ejército Jesús Zamudio Aliaga, y este les ordenó que un comando recogería al subversivo. Efectivamente, apareció un efectivo que pertenecía al Comando Chavín de Huántar y se llevó al "tupacamarista". Eduardo Cruz Sánchez después fue consignado oficialmente en la lista de "caídos en combate". Había sido abatido con un tiro en la cabeza.
 Lo que manifiestan los policías Robles y Torres, que trabajaban para Jesús Zamudio, pone en cuestión la versión gubernamental que asegura que no se cometieron ejecuciones extrajudiciales durante el rescate de los rehenes de la residencia del embajador japones Morihisa Aoki. 
 Robles y Torres pertenecían a un equipo de la Dirección Seguridad, dependiente del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que estaba compuesta por miembros de la PNP y del Ejército, bajo el mando del comandante Jesús Zamudio.
 La tarea que se les asignó fue prestar seguridad a las viviendas aledañas a la residencia desde donde se construyeron los túneles para que los comandos Chavín de Huántar se infiltraran con el propósito de rescatar a los rehenes. Los policías siempre entendieron que lo que les ordenaba Zamudio era parte de la operación para liberar a los cautivos. Y, por lo tanto, comprendían que la cadena de mando era una sola, de allí que atestiguaron que fueron testigos de las comunicaciones de Zamudio con Montesinos y otros jefes militares.
 Como parte de su argumentación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Ejecutivo sostiene que los comandos de Chavín de Huántar no cometieron crímenes extrajudiciales, y que si existiera una posibilidad de homicidio en el caso de "Tito", los presuntos responsables se encuentran enjuiciados por la Tercera Sala Penal Liquidadora, en alusión a Vladimiro Montesinos Torres, Nicolás Hermoza Ríos, Roberto Huamán Azcurra y Jesús Zamudio Aliaga.
 Sin embargo, del testimonio de los policías Raúl Robles y Marcial Torres se desprende que "Tito" fue entregado con vida a uno o dos efectivos del Comando Chavín de Huántar por órdenes de Zamudio, lo que indica que éste no actuaba por su cuenta sino que obedecía a una cadena de mando. 
 En primera persona
 Después de escuchar las explosiones que dieron comienzo a la Operación Chavín de Huántar, a los pocos minutos empezaron a a aparecer los cautivos liberados por el túnel que se había habilitado desde la llamada "Casa Número Uno", donde se encontraban los suboficiales Raúl Robles Espinoza y Marcial Torres Arteaga.  
 "Una columna de rehenes comenzó a salir y entre ellos vi a una persona que no tenía la misma característica del resto. Entonces asumí que era un delincuente terrorista. (Lo identifiqué) porque en este transcurso de los cuatro meses (de la toma), en más de una oportunidad vimos a este tipo de delincuentes y habíamos cruzado miradas. Me parapeté en el borde de la puerta y es entonces cuando ese delincuente sale cogido del brazo de un rehén de rasgos japoneses", explicó Raúl Robles.
 "Mi compañero (Marcial Torres Arteaga) apareció a mi costado y también un camarógrafo de apellido o indicativo Túllume (agente de inteligencia Manuel Túllume Gonzales). Entonces el de rasgos japoneses gritó: '¡Soy un rehén!' Me acerqué con mi compañero que estaba a mi lado. En eso el terrorista se abalanza, seguramente por el deseo de estar libre o de escapar. Es ahí que yo trato de reducirlo con mi compañero. Lo redujimos en el piso. Recuerdo que una de las cosas que dijo fue: "¡Tengo dinero! ¡Suéltenme, tengo dinero!' No recuerdo si fue mi compañero o el que habla el que comunica al comandante Zamudio por la radio de que había un delincuente terrorista. Zamudio dijo: 'Voy a mandar a recogerlo'.  El delincuente estaba en el piso y no tuvimos grilletes para asegurarlo, no recuerdo si fue con correa o con pasadores que lo maniatamos. (...)  Después vino un comando, uno o dos, no recuerdo específicamente, pero un comando estaba con la cara camuflada, el uniforme camuflado, con el casco y todo lo demás. Y se lo llevó.  (...) El comando que vino a llevarse al detenido o al intervenido salió por el bypass (túnel, con dirección a la residencia japonesa)", explicó en detalle el 14 de noviembre del 2011, según el expediente del caso al que tuvo acceso La República.
 Para disipar dudas, el tribunal interrogó al suboficial Robles:
 "¿Usted ha referido que después de los hechos se enteró que dicho emerretista (detenido en el túnel) se llamaba 'Tito'", le preguntaron.
 "Sí, después me enteré", contestó.
 "¿Tuvo oportunidad de ver la fotografía del tal 'Tito'?", le pidieron que precisara.
 "En algún momento durante el proceso judicial me enseñaron fotos de él", respondió.
 "¿Correspondía a la persona que usted había aprehendido?", le preguntaron.
 "Sí", admitió.
"¿También ha referido que vinieron dos personas a recogerlo, pero en un momento dijo 'una o dos personas', está seguro de eso?", le reclamaron que aclarara el punto.
 "Es lo que no recuerdo exactamente, si fue uno o fueron dos", alegó.
 "¿Y que una por lo menos estaba vestida de Comando", le preguntaron.
 "Todos estaban vestidos de comandos", fue su respuesta.
 Queda claro que el "tucapamarista" "Tito" fue entregado a los militares del Comando Chavín de Huántar, y que estos lo volvieron a llevar en la residencia japonesa, donde fue eliminado. El testimonio de Raúl Robles fue corroborado por el suboficial Marcial Torres.
"Por mi casa salieron varios rehenes, dentro de ellos había un señor más o menos de mi estatura que me hacía ciertas señas, como diciendo que una de las personas no era parte de los rehenes. Por ese motivo separamos a esa persona y le comunicamos al comandante Zamudio. Vino un comando y lo hizo retornar por el túnel.  Eso es lo que recuerdo", relató.
 "¿Cómo sabía que era un comando?", le interrogaron.
 "Se sabia que era gente del Ejército, que eran militares", apuntó el suboficial Marcial Torres.
 "¿Cuando usted nos dice comandos se refiere a los que participaron en la incursión militar?", el tribunal le pidió aclarar.
"Así es", fue su respuesta.
 Fue un comando
 Seguidamente, el policía Marcial Torres  relató la secuencia de cómo entregaron al "tupacamarista" "Tito" a uno o dos miembros del Comando Chavín de Huántar, lo que no quiere decir, necesariamente, que haya sido alguno el autor del asesinato del terrorista. El ahora coronel en retiro EP Jesús Zamudio Aliaga podría decirlo, pero es un prófugo de la justicia. 
 "Creo que mi compañero redujo a este señor (terrorista) o yo, no me acuerdo. Y lo apartamos del grupo de aproximadamente quince rehenes.
 "Una vez reducido el presunto emerretista, ¿qué acción realizó usted?", preguntó el tribunal, el 21 de noviembre del 2011.
 "Nos comunicamos con el comandante Zamudio Aliaga", explicó.
 "¿Recuerda usted qué le respondió Zamudio Aliaga?",  le preguntaron.
 "Que esperara, que vaya un comando", respondió.
 "¿Quién llegó a recoger al supuesto emerretista como usted lo ha dicho? 
 "Un comando", indicó.
 "¿Por donde salió este comando? 
 "Por el túnel", contestó.
 "¿Por el mismo lugar donde habían salido los rehenes con el presunto emerretista? 
 "Por el mismo lugar", respondió el suboficial Torres.
 Ambos policías, Robles y Torres, testificaron coincidentemente que el terrorista fue retornado a la residencia del embajador Aoki. Y que no supieron más de él. Lo que para el "tupacamarista" "Tito" fue su último destino, para el gobierno es el principio de un enorme problema: demostrar que no se cometieron crímenes extrajudiciales durante la Operación Chavín de Huántar. ❧
El equipo de la Dirección de Seguridad y Protección del SIN
 Ni bien se conoció la toma de la residencia japonesa, el entonces presidente Alberto Fujimori decidió que era necesario resguardar las viviendas aledañas. Dispuso que el SIN se hiciera cargo de esa tarea, lo que determinó que el jefe de la Dirección de Seguridad y Protección del SIN, el entonces comandante Jesús Zamudio Aliaga. Así lo declaró en el juicio Vladimiro Montesinos.
 La orden de Fujimori la ejecutó el jefe nominal del SIN, general Julio Salazar Monroe.
 " Zamudio (fue) con doce efectivos. Eran ocho suboficiales de la Policía Nacional y cuatro miembros del Ejército. Todos eran miembros del SIN que laboraban en la oficina ejecutiva de Seguridad y Protección", dijo Montesinos.
 Para no despertar sospechas, todos estaban vestidos de policía, incluido Zamudio.
 Claves
 El 13 de mayo del 2008, cuando ya se encontraba en condición de prófugo de la justicia, el coronel EP (r) Jesús Zamudio Aliaga consiguió sin problemas sacar su Documento Nacional de Identificación (DNI).
 Luego, el 24 de mayo del mismo año, inscribió en Registros Públicos un amplio poder a su esposa para que dispusiera de sus bienes y la facultaba a cobrar lo que le correspondía
 Zamudio cobra sus beneficios de retiro normalmente. 
 En cifras
 12 efectivos tenía el equipo de Jesús Zamudio durante los hechos.
 8 eran elementos de la Policía Nacional.
 4 del mismo equipo formaban parte del Ejército.

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