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sábado, 23 de junio de 2012


Testimonio de un combatiente: Espartaco quiere luchar contra “José” y “Gabriel”

Foto: Ana Jau
Rondero ayacuchano que formó parte de la lucha antiterrorista ofrece su experiencia para incursionar en el VRAE. Guillermo Flores advierte del crecimiento de los cultivos de coca y de los grupos armados
Por María Claudia Alba mcalba@siete.pe
Espartaco es su nombre de comando. En realidad se llama Guillermo Flores y tiene 42 años. Ha luchado contra Sendero Luminoso con éxito desde los 14 años y hoy plantea enfrentar y acabar con los narcotraficantes del VRAE que son liderados por los denominados camaradas “José” y “Gabriel”.
Pero para llevar adelante ese apoyo decidido, Espartaco emplazó al Estado a reconocerle a los ronderos los beneficios que les corresponden por haber derrotado a la subversión y recibir el apoyo apropiado, en armas y preparación, para luchar en igualdad de condiciones contra esas bandas de narcotraficantes camuflados de subversivos.
 ¿Cuál es su motivación para emprender esta nueva iniciativa?
Yo no tuve vida familiar. Sendero me la quitó. Cuando nació mi hija, yo estaba preso por haber luchado contra los terroristas. Me separé de mi primera esposa. Ahora tengo cuatro hijos más, de otro compromiso, y no quiero que ellos pasen por lo mismo. Quiero que estudien y progresen.
 ¿El narcotráfico es una amenaza muy fuerte actualmente?
Sí y puede ser enfrentada ahora. Después no sé. Somos testigos de los cultivos de hoja de coca en la sierra y en la selva, así como de la forma en la que las comunidades cocaleras (campesinos) cambian su ideología para alinearse al grupo armado. Los subversivos dejaron de ser Sendero Luminoso y ahora solo actúan por fines económicos. Ellos continúan amenazando a la población, reclutan con engaños a los adolescentes, le ofrecen una paga de entre 600 y 800 dólares, que solo cumplen los tres primeros meses. Estos grupos manejan mucho dinero, pagan a sus informantes y captan jóvenes. Así actúan.
 ¿Son narcos o sicarios?
Ellos defienden el cultivo de la hoja de coca. Hay un grupo que negocia la droga y otro que se dedica a la comercialización. El fin es ese, manejar y controlar el negocio de la coca.
 ¿Quién o quiénes tienen el control ahora?
El camarada “Gabriel” se ha posicionado en la zona y cuenta con todas las facilidades tecnológicas para operar. Poseen celulares satelitales de último modelo con acceso a Internet. Además, tienen armamento nuevo y buenos sistemas de comunicación. Están creciendo y el Gobierno no está tomando las precauciones para hacer frente a este problema.
 ¿Tienen amplia capacidad de fuego entonces?
Por eso que la Policía no puede hacerles frente.  No hay que olvidar que ellos obtuvieron tres toneladas de dinamita a raíz de un intercambio de trabajadores de la empresa Techint en Camisea que habían secuestrado hace algunos años. De esa cantidad solo han utilizado un poco. Son muy peligrosos y saben hacer uso de ese material explosivo.

Espartaco: “Nosotros alertamos de esto hace mucho”
El comando Espartaco habla sin eludir responsabilidades. Confesó que hace varios años vino con un grupo de dirigentes a alertar a los diversos ministros de los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García. “No le se les dio la importancia del caso y el problema ya creció. El olvido ha generado que estos grupos armados tomen posesión de zonas, ahora apoyadas por las comunidades que buscan beneficios económicos”.

¿Cómo hacer frente al crecimiento de estos grupos?
Las rondas campesinas ya dejaron de ser una opción debido a la desconfianza de la gente con respecto al Estado. Las comunidades ya no colaboran con las fuerzas oficiales, no funcionan como fuente de información y prefieren el silencio.Esto podría cambiar si es que el gobierno realizara modificaciones a la ley que otorga beneficios a los ronderos a partir de 1992. Esa norma debe abarcar a los compañeros que lucharon desde los ochenta. Muchos murieron y sus familias quedaron en el desamparo. Hay que solucionar eso primero.
 ¿Pero usted está dispuesto a entrar nuevamente a la lucha?
Claro que sí, pero bajo condiciones muy claras. Si hay consenso, no hay que olvidar que vamos a defender al país. No nos puede pasar lo mismo que contra Sendero. Nosotros los enfrentamos con éxito y luego los abogados ligados a la subversión nos iniciaron juicios que hasta hoy no terminan.  Tenemos que tener la garantía de que vamos a contar con el respaldo del Estado.
 ¿Cuántos ronderos podría movilizar para una operación en el VRAE?
La rondas ya están desactivadas, pero quedan muchos combatientes experimentados. Nosotros podemos reunir a mil de gran experiencia, un grupo muy bien formado en labores de combate e inteligencia.
 ¿No hay peligro de que el bando contrario los incorpore?
No creo, por lo menos a la mayoría no. Por eso hay que actuar rápido y darles las garantías del caso. Muchos dudarán, pero si demostramos el compromiso del Estado podrán creer en el proyecto y podrán tranquilizar a sus familias de que esta pelea vale la pena.
¿Quién es Espartaco?
Guillermo Flores comenzó a los catorce encargándose de la seguridad de Vinchos, su pueblo en Ayacucho. A los 17 años se volvió miembro de la élite del grupo que asumió los enfrentamientos contra Sendero Luminoso. Viajó a la zona central del país, cuando mataron a sus jefes él asumió el liderazgo de la ronda campesina.
Se hizo acreedor de cargos de homicidio por buscar y combatir contra Sendero y estuvo preso durante cinco años sin comprobársele ningún delito.Desde hace algunos meses vive en Lima, vino desde Huamanga,  Ayacucho, con sus cinco hijos, para verlos crecer con tranquilidad y sin ser testigos del rebrote del grupo armado en la sierra y selva del país.
Guillermo representa a uno de los tantos líderes olvidados por el Gobierno, comprometido en la década de los  ochenta en la lucha contra el terrorismo, donde estuvo a cargo de una ronda conformada por 300 hombres.
Tiene cicatrices de bala y dinamita en la piel, y volvería a encabezar enfrentamientos si es que el Gobierno reconoce y premia a todos aquellos que murieron en combate o quedaron mutilados.
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