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miércoles, 10 de agosto de 2011


(Editorial) Crisis externa: entre el blindaje y el realismo

Tenemos que aprender las lecciones del pasado. Somos parte del engranaje mundial, como lo evidencian las reacciones de la bolsa local, que se recupera poco a poco
Miércoles 10 de agosto de 2011 - 07:00 am
El Perú no es una isla. Saludamos, al efecto, la actitud realista del ministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, quien ha admitido que debemos estar alertas ante la crisis financiera y económica que afecta Estados Unidos, la Unión Europea y otras partes del mundo.
Se deja así la actitud previa de algunos voceros gubernamentales, que insistían en remarcar que nuestro país estaba prácticamente blindado ante cualquier imponderable. Ante ello, lo oportuno y urgente ahora sería trabajar en un plan de contingencia integral
Es verdad que, en el 2008, el Perú capeó bastante bien la crisis financiera internacional que explotó en Wall Street. Pero, cada situación es distinta y lo mejor es actuar con cautela y tomando todas las previsiones.
En tal sentido, desde el punto de vista político resulta irresponsable y hasta temerario insistir en propuestas heterodoxas y desestabilizadoras, como la de cambiar radicalmente la Constitución en lo concerniente al rol empresarial del Estado. Ello, entre otras cosas, podría desincentivar la iniciativa privada, justo cuando se necesita el mayor compromiso del empresariado. Igualmente, debemos evaluar seriamente las prioridades presupuestales, sin caer en excesos populistas con fondos limitados.
Al respecto, es saludable que el titular de Economía haya señalado que el gasto fiscal 2012 será más cauteloso, pues “una caída de un punto en la economía global impactará en un punto en el crecimiento del país”. Recordemos que en los últimos años la economía peruana creció en promedio 6% anual, lo que se debió a la consistencia de políticas macroeconómicas, aplicadas por varios gobiernos, que atrajeron un flujo excepcional de inversiones y explican los fundamentos de la economía peruana, que son sólidos.
Pero, ante la incertidumbre sobre el derrotero que tomarán Estados Unidos y la Unión Europea, así como respecto de los precios de las materias primas, más vale permanecer alertas y seguir monitoreando cercanamente el desarrollo de la crisis. Es lo que están haciendo bloques conocidos, como Unasur, y debemos hacer internamente los peruanos.
En la crisis del 2008 pesó mucho la irregular actuación de algunos bancos privados estadounidenses, sobre todo en el rubro hipotecario. En la actual hay, sin embargo, muchos ingredientes políticos y fiscales, que han puesto en entredicho no solo las prácticas deficitarias de Estados Unidos, sino también el áspero enfrentamiento bipartidista y la polémica actuación de las agencias calificadoras de riesgo, que antes no alertaron sobre la inminencia de la crisis del 2008. Entonces, la reacción del Gobierno Peruano fue tardía y poco adecuada, lo que tuvo consecuencias en los resultados económicos.
Tenemos que aprender las lecciones del pasado. Somos parte del engranaje mundial, como lo evidencian las reacciones de la bolsa local, que se recupera poco a poco. Pero, en tanto, el Gobierno, el MEF y el BCR, deben trabajar coordinadamente junto con el empresariado, para dar una respuesta adecuada al inestable contexto externo y asegurar un clima estable y de confianza que atraiga más inversiones, garantice mercados para nuestras exportaciones, fomente el empleo y haga posible la inclusión social.

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